El director chileno Pablo Larraín tenía desde hace tiempo el sueño de trabajar con Angelina Jolie, y finalmente encontró el proyecto ideal para ello: una biopic sobre la legendaria María Callas, quien revolucionó el mundo de la ópera en el siglo XX.
Después de finalizar la filmación de Spencer, una cinta sobre la vida de la princesa Diana, Larraín contactó a Jolie y la convenció de interpretar a Callas tras una proyección privada del largometraje de 2021 en los estudios de Paramount.
La preparación para el papel no fue sencilla. Como describe el cineasta latino en una entrevista con la revista Vanity Fair, la actriz se sometió a un intenso entrenamiento de más de seis meses que abarcó lecciones de canto, postura, acento y un profundo estudio de la vida de la diva.
“John Warhurst contribuyó significativamente, mezclando grabaciones de la soprano con el canto de Jolie para crear una voz sintetizada que pudiera capturar la esencia de Callas en diferentes etapas de su vida”, señaló el cineasta.
El film, titulado Maria, se sitúa en la París de los años 70 y narra los últimos años de la cantante, cuando intenta regresar al mundo de la ópera. Pablo Larraín declaró que la película utiliza vistosos flashbacks en blanco y negro para explorar su turbulenta relación con el magnate naviero Aristóteles Onassis, interpretado por Haluk Bilginer.
Onassis abandonó a Callas para casarse con Jacqueline Kennedy, lo que añade un interesante giro que conecta la nueva película del director con su previo trabajo sobre la ex primera dama.
El proceso de encarnación del personaje fue tan intenso para Jolie que llegó un momento donde el director decidió no darle más indicaciones, simplemente la dejaba actuar.
“Era tan real que solo la dejábamos actuar. Ella puede dejarte entrar cuando quiere y crear distancia cuando quiere. Es una danza de vulnerabilidad”, explicó Larraín. Esta libertad permitió a Jolie entregar una actuación “definitoria, decisiva y abrumadora”, cumpliendo con las altas expectativas de Larraín, según reportó Vanity Fair.
Larraín considera Maria como la conclusión de su trilogía sobre “mujeres icónicas” que atraviesan crisis bajo el ojo público, una serie que incluye a Jackie y Spencer.
El director menciona que aunque Callas no goza de la misma fama que Jackie Kennedy o la princesa Diana, hay un vínculo profundo con su historia.
“Conecté con cómo el proceso creativo puede ser devastador. Ella quemó su vida, haciendo su trabajo, y creo que yo mismo me quemé un poco haciéndolo”, afirmó el cineasta nacido en el seno de una familia conservadora en Chile.
La banda sonora de la película está compuesta por la completa ópera de Callas, lo que, según Larraín, expande y profundiza el ambiente sonoro de la película.
Edward Lachman, director de fotografía nominado al Oscar por El Conde, la sátira de Pablo Larraín sobre Augusto Pinochet, contribuye a la impactante atmósfera con una gama de colores vibrantes y tonos sepias.
Para Larraín, contar la historia de Callas no solo implicó recrear su voz y sus entornos, sino también capturar su angustia emocional. Así, el director se atreve a olvidar su fuerte presencia en el rodaje, y cede casi todo el control creativo a Jolie:
“Cuando oímos a Callas en su apogeo, la mayor parte del sonido es Callas —90%, 95%— y cuando la escuchamos mayor y en el presente, casi todo es Angelina”, explicó.
Finalmente, Larraín reflexionó sobre cómo el entender a Callas le permitió hacer una introspección y ver reflejados sus propios sacrificios en su proceso creativo.
“Ella se consumió interpretando las tragedias que encarnaba en el escenario. Por eso era tan respetada, no solo por la calidad, el color y la especificidad de su voz, sino también por su forma de actuar”, puntualizó el director.