Beetlejuice se convirtió en un instantáneo clásico del cine por sus dosis de terror y comedia que apelaron a un amplio público, desde familiar hasta adulto. Después de estrenar con éxito La gran aventura de Pee-Wee en 1985, Tim Burton comenzó a trabajar en su siguiente film, además de Batman, con un presupuesto de la compañía Warner Bros. que rondaba los USD 15 millones.
El director recibió el guion de Michael McDowell de manos del productor David Geffen y el cineasta quedó completamente convencido con la historia. Sin embargo, el guion no fue continuado por McDowell, porque necesitó más de una reescritura. En el proceso, Burton estuvo pensando quiénes podrían ser sus protagonistas.
Inmediatamente, se le vino a la mente el nombre de Sammy Davis, Jr. para el rol principal, pero más tarde recibió la recomendación de Geffen sobre el actor Michael Keaton, a quien no conocía en principio. Más adelante, incluso contaría con Keaton en el papel de Batman.
En cuanto al personaje de Lydia Deetz, la decisión estuvo en torno a diversos nombres de estrellas adolescentes, entre ellas Winona Ryder y Alyssa Milano.
Ryder apenas había hecho su debut cinematográfico en Lucas (1986), de David Seltzer. Tuvo un rol pequeño, pero no había pasado desapercibida por los estudios de Hollywood. Sobre Milano, la elección parecía más segura, pues era uno de los rostros de la serie de comedia ¿Quién Manda a Quién?, emitida entre 1984 y 1992.
En la ficción, Alyssa daba vida a Samantha, la hija de Tony Micelli (Tony Danza), un fracasado beisbolista que se muda a otro estado para trabajar como amo de llaves de una publicista divorciada. Su imagen televisiva era la de una típica chica de la época, radiante y algo malcriada; pero si era escogida para Lydia eso iba a cambiar rotundamente.
“Fue entre nosotras dos, y ella consiguió el papel...”, admitió la actriz años más tarde para Vanity Fair. “Siempre te preguntas qué habría pasado de diferente en mi vida si eso hubiera funcionado, no es que quisiera que fuera diferente, pero es sólo un juego de pensamiento interesante”.
Aunque Tim Burton nunca ha brindado las razones específicas del casting de Winona Ryder, se cree que podría haber sido porque, para ese entonces, aún era una cara poco conocida; o quizá fue muy rápido en darse cuenta que tenía un gran talento por explotar a los 16 años.
O porque simplemente su tipo de rostro encajaba muy bien con su nicho de filmografía como los casos posteriores de Helena Bonham Carter y Christina Ricci. Después de interpretar a Lydia, la carrera de Winona no simplemente despegó en el cine, sino que fue una de las grandes exponentes de la tendencia gótica (una goth girl). Una chica que todas querían ser: oscura, misteriosa y con un estilo de vestir muy poco habitual para tiempos donde la belleza se relacionaba a otros estereotipos.
La actriz protagonizó después El joven manos de tijera (1990), también de Burton, y recientemente regresó para la secuela de Beetlejuice. Entre otras películas que la llevaron a la fama se encuentran Heathers (1989), Drácula, de Bram Stoker (1992), La casa de los espíritus (1993), La edad de la inocencia (1993), Mujercitas (1994) e Inocencia interrumpida (1999).
La posesión en “Beetlejuice” recreada con una escena de baile
Fuera del elenco, otro dolor de cabeza para Tim Burton fue una escena musicalizada con el tema “Day-O (The Banana Boat Song)”. Entre 1986 y 1987, el intérprete de origen jamaiquino Harry Belafonte, un fenómeno a finales de los años 50, recibió una llamada de David Geffen para que cediera su canción a una extraña película de comedia oscura.
“Nunca me habían pedido algo así”, reconoció Belafonte, apodado “Rey del Calipso”, en una entrevista pasada con Pitchfork. “Hablamos brevemente. Me gustó la idea de Beetlejuice. Me gustó él. Y acepté hacerlo”. Según contó al citado medio, lo más “atrayente” era que quisieran utilizar su voz para este momento del largometraje en el que los fantasmas poseían a los padres de Lydia y a sus acompañantes durante una cena.
Las primeras versiones del guion no incluían ni una sola escena con música del género calipso. De hecho, uno de los actores del elenco, Jeffrey Jones, reveló que la idea de incluir “Day-O” vino de Catherine O’Hara, quien dio vida a Delia Deetz, madre de Lydia. Ella nunca se autocreditó esto último, pero se especula que fue una suma de aportes de distintos involucrados en el proyecto cinematográfico.
Además, era más barato contar con la obra musical de Harry Belafonte frente a otras propuestas y eso definitivamente podría haber gustado más a los productores que evaluaban los costos de la película.
No obstante, a Tim Burton no le convencía del todo, porque una proyección de prueba no le dio la seguridad necesaria respecto a la reacción esperada frente al baile de los personajes. Bob Badami, editor musical de Beetlejuice, sostuvo que al director le “preocupaba mucho la escena” y “no le parecía muy divertida”. Lo cierto es que no había demasiada ciencia detrás: “Es absurdo”, dijo Badami a Pitchfork sin duda de por medio. “No tiene ninguna lógica”.
“Es una bonita melodía, para empezar”, admitió el presentador televisivo Dick Cavett, quien se sentaba a la derecha de O’Hara, en la mesa donde ocurre toda la secuencia. “Casi todo el mundo la conocía. Lo absurdo de cantar calipso y recibir órdenes de criaturas extrañas era una bonita combinación cómica”.
Y confesó: “Nunca he vuelto a bailar alrededor de una mesa con un pañuelo, pero fue divertido hacerlo. Ninguno de nosotros pudo sacarse ‘Day-O’ de la cabeza durante años...”.
La esperada continuación llega casi 40 años después
Beetlejuice Beetlejuice es la secuela de la película original de 1988 que se estrenará próximamente en cines. Esta segunda parte que transcurre décadas más tarde cuenta nuevamente con Winona Ryder, Michael Keaton y Catherine O’Hara; sumando nuevos rostros al universo como Jenna Ortega, Monica Bellucci, Willem Dafoe y Justin Theroux.
Según adelantó O’Hara, la canción también tendrá su retorno en la nueva película: “‘Day-O’ está en la película”, confirmó la ganadora del Emmy por Schitt’s Creek en una entrevista con el podcast Let’s Talk Off Camera.
Lamentablemente, el músico Harry Belafonte no podrá presenciar este triunfal regreso de su notable canción, pues falleció en abril de 2023; sin embargo, siempre tuvo un gran recuerdo del film ochentero.
“Allá donde iba, durante un año, los niños se me echaban encima: ‘¡Oh! ¡El tipo de Beetlejuice!’”, contó en la entrevista con Pitchfork. “Se limpiaban las manos llenas de ketchup de tomate y mostaza en mi ropa. Nunca había trabajado para un público tan joven. Y disfruté de toda la excursión”.