La inesperada muerte de Matthew Perry en octubre de 2023 se mantiene en las primeras planas de los medios de comunicación mientras las investigaciones contra los responsables de suministrarle fuertes dosis de ketamina continúan en curso. Entre los detenidos, se encuentra su asistente personal, un médico, y varios traficantes de la droga que han sido apuntados como principales responsables del fallecimiento del actor de Friends.
Las indagaciones de la DEA, el Servicio Postal de Estados Unidos y el Departamento de Policía de Los Ángeles destacan a Jasveen Sangha, conocida como la “reina de la ketamina”, quien se encargaba de proporcionarle a Perry el fármaco sin prescripción médica y en cantidades ilegales.
La británica-estadounidense de 41 años llevaba un estilo de vida de gran lujo, con frecuentes viajes, autos BMW, camionetas Range Rover, y el alquiler de una excéntrica casa en North Hollywood, según reportes de The New York Post.
Pero recientemente, el medio DailyMail descubrió una particular relación entre Sangha y una franquicia de pollos fritos, que recuerda a la ficticia cadena Los Pollos Hermanos del personaje Gustavo Fring, interpretado por Giancarlo Esposito en Breaking Bad.
En la famosa serie de ficción, y su precuela, Better Call Saul, el negocio de comida rápida aparenta ser totalmente normal, sin embargo, es la fachada de un imperio criminal que sirve para lavar dinero, coordinar operaciones de un cartel, y principalmente, elaborar metanfetamina.
En el caso de Jasveen Sangha, el caso no es tan severo, pero el citado medio reveló que los padres de la supuesta traficante, Nilem y Ashok Sahadevan, previamente gestionaron varios restaurantes de Kentucky Fried Chicken (KFC) en California.
DailyMail.com sostuvo que ambos enfrentaron problemas legales significativos relacionados con sus franquicias de KFC. Desde sus inicios en 2008, las andanzas empresariales de la pareja se vio empañada por múltiples litigios.
En 2010, la empresa de Nilem y Ashok, Tasty Birds Management, fue demandada por no pagar a los empleados de un local de KFC en Eureka las horas de vacaciones, las horas extras y los descansos para el almuerzo. El Departamento de Relaciones Industriales de California dictó una decisión en diciembre de ese año, exigiendo el pago de USD 12 mil dólares para compensar a los empleados afectados.
Ese mismo año, la KFC Corporation demandó a la pareja en un tribunal federal por no pagar las regalías de sus restaurantes, ubicados en Eureka, Barstow, Fortuna y Crescent City. El juez de la ciudad de Kentucky, Joseph McKinley, otorgó a KFC una sentencia inicial de USD 52.526 dólares en 2013, la cual aumentó a USD 62.877 dólares en diciembre de 2015, con un interés del 10%, según documentos judiciales.
El padre de Jasveen, Ashok, evitó la deuda al declararse en quiebra, dejando a su madre Nilem con la responsabilidad total de la suma. El documento que expone la situación económica de la empresa se reveló una larga lista de acreedores, que incluyen el reclamo de USD 12 mil de los empleados, USD 42 mil en alquiler atrasado, y hasta USD 74 mil en tarjetas de crédito.
Los cargos contra Jasveen Sangha
Mientras tanto, la vida de Jasveen Sangha tomó un giro dramático. La “reina de la ketamina” fue arrestada en marzo tras una redada en su casa de North Hollywood, donde agentes federales encontraron un alijo de miles de pastillas, tres libras de metanfetamina, hongos, cocaína y docenas de frascos de ketamina.
La mujer fue arrestada nuevamente este mes cuando los fiscales anunciaron nueve cargos adicionales relacionados con su presunta venta de ketamina que resultó en la muerte de Matthew Perry. Además, está implicada en el deceso de otro “cliente”, Cody McLaury, en 2019.
La casa de su familia, valorada en USD 1.250.000 dólares en Tujunga, Los Ángeles, ahora está a la venta tras entrar en ejecución hipotecaria en el mes de abril. Su padre, Ashok, también enfrentó problemas legales adicionales, incluyendo una condena por conducir bajo los efectos del alcohol en 2020.
Por su lado, Sangha enfrenta una pena de entre 10 años y cadena perpetua en prisión federal si es declarada culpable de los delitos graves de los que se le acusa. Hasta ahora, ha mantenido su inocencia.