Quién fue Alain Delon, el “James Dean francés” que irrumpió en el cine y nunca encontró la felicidad

“Sólo me faltó hacer el papel de Cristo. Ahora ya es un poco tarde”, declaró al final de su carrera. Casi 100 películas componen su filmografía, trabajó junto a los mejores directores y robó miles de corazones

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Delon fue considerado uno de
Delon fue considerado uno de los galanes más reconocidos del siglo XX (Gettyimages)

Alain Delon, fallecido este domingo a los 88 años, fue el actor francés más carismático y famoso de la historia del cine, con un aura oscura de lobo solitario que lo persiguió hasta el final. “Me gusta que me amen como yo me amo a mí”. Para este hombre que hablaba de sí en tercera persona, todo lo que emprendía sólo podía hacerse desmesuradamente. Un estilo que al final de su vida lo persiguió, entre querellas familiares, declaraciones contradictorias y polémicas sobre su carrera y las mujeres.

Príncipe apuesto o gánster indomable, Delon actuó para varios de los mejores realizadores del séptimo arte y su poder de atracción tal vez sólo haya sido igualado en la historia del cine por Rodolfo Valentino. Otros vieron en él a una versión francesa de James Dean. Fue el hombre ideal de muchas mujeres y el compañero durante un tiempo de bellezas como Romy Schneider, Claudia Cardinale, Simone Signoret o Mireille Darc.

Actor minucioso frente a la cámara, Alain Delon pasará a la posteridad por un magnetismo comparable al que Marilyn Monroe o Brigitte Bardot tuvieron sobre los hombres. Pese a los miles de corazones que robó a lo largo de su trayectoria, la muerte lo encontró solo. “No digo que no haya candidatas. Hay diez, pero ninguna de ellas me conviene para acabar mi vida”, sentenció durante una entrevista que brindó al semanario Paris Match en 2018. Seis años más tarde, no consiguió cambiar esa postura.

Sin dudas, el tiempo transformó el rostro y plateó la cabellera de la fiera solitaria. Acentuó su pose de misántropo desde donde saboreaba la gloria, antes de que ésta lo terminase hartando porque coartaba su libertad. “Estaba programado para el éxito, no para la felicidad. Son dos cosas incompatibles”, dijo en una ocasión. Si bien supo brillar en al menos unas 90 películas, para el final de su carrera apuntó: “Sólo me faltó hacer el papel de Cristo. Ahora ya es un poco tarde”.

Luego de varias complicaciones en
Luego de varias complicaciones en su salud, la estrella partió a sus 88 años

Sin embargo, en sus últimos años de vida ya había perdido el gusto por ella. “La vida me importa poco. Lo he visto todo. Pero sobre todo, odio esta época, me da ganas de vomitar”, confesó la estrella, quien tampoco dudo en admitir que, bajo su punto de vista, no había hecho nada trascendental. “Yo no he hecho nada. Dejé la escuela a los 14 años (…) Soy una personalidad fuerte que metieron en el cine. Y puedo decir, sin falsa modestia, que lo logré”, reflexionó.

Finalmente, la muerte lo encontró en su residencia en Douchy, en el centro de Francia. La noticia fue anunciada por sus tres hijos, Alain Fabien, Anouchka y Anthony Delon, quienes emitieron un comunicado en el que expresaron su profundo pesar por la pérdida de su padre. “Alain Fabien, Anouchka, Anthony y (su perro) Loubo anuncian con profundo pesar el fallecimiento de su padre. Murió en paz en su casa de Douchy, rodeado de sus tres hijos y su familia”, señala el comunicado.

La mención a su mascota no fue hecha al azar, debido a que en otras oportunidades el actor reveló que le gustaría ser enterrado junto a sus perros en la Capilla del legendario chateau que compró en 1971 y donde ya tiene un lugar reservado para este día. Si hay otra certeza que ha dejado Delon antes de partir fue que llevaba tiempo esperando este momento, ya que casi todo el entorno con el que supo trabajar ya estaba muerto. “Sé que dejaré este mundo sin lamentarlo”, expresó hace algunos años al mostrar su desprecio a los tiempos modernos que corren en el mundo.

El actor reveló en vida
El actor reveló en vida que deseaba compartir su lecho de muerte con sus mascotas

Bajo el ala de Visconti

Nacido el 8 de noviembre de 1935 en Sceaux, cerca de París, Delon tuvo una infancia inestable tras el divorcio de sus padres, seguida de cuatro años de guerra en Indochina como infante de marina. De regreso en París, multiplicó empleos ocasionales en una zona del mercado central de la capital frecuentada por proxenetas, prostitutas, homosexuales y maleantes. “He tenido muchos contactos con el gangsterismo, hasta lo rocé con los dedos”, confesaba en 2021. Pero “siempre preferí los policías”.

Su recia elegancia, mirada azul y “rostro de ángel” -uno de sus apodos- no pasaban inadvertidos en el distinguido barrio parisino de Saint-Germain-des-Près que comenzó a frecuentar. El cineasta Jean-Claude Brialy cayó bajo aquel encanto y lo invitó al Festival de Cannes. Otros de los directores que tuvieron la posibilidad de trabajar con él fueron Melville, Visconti, Antonioni, Losey, Godard y Malle.

En 1957 debutó en la pantalla en “Quand la femme s’en mêle”, de Yves Allégret, antes de convertirse en intérprete de uno de los más grandes, Luchino Visconti. El director italiano será el verdadero pigmalión del joven actor, cuya inteligencia y potencial supo detectar y desarrollar.

Delon en su interpretación en
Delon en su interpretación en "El Zorro", la versión de 1975 que contó con la dirección de Duccio Tessari (Gettyimages)

“Rocco y sus hermanos” y “El gatopardo” serán dos cumbres en la carrera de Delon. En Italia, actúa en “El eclipse” (Michelangelo Antonioni) antes de componer papeles memorables para Jean-Pierre Melville en “El círculo rojo” y “Le Samurai (El silencio de un hombre)”.

En el teatro, se le vio en “Lástima que sea una p...”, puesta en escena por Visconti. La coprotagonista se llamaba Romy Schneider y fue el principio de una larga relación con la joven actriz austríaca.

Con “Borsalino”, de Jacques Deray, alcanzó en 1974 uno de los triunfos más grandes de su carrera junto a Jean-Paul Belmondo, al que despidió, conmovido, el 10 de septiembre de 2021, cuando se celebró el funeral de este otro monstruo del cine francés.

Algunos realizadores exploraron con éxito sus facetas más complejas. Tal como Joseph Losey, para quien supo encarnar al enigmático protagonista de “El otro señor Klein” (1976) y Volker Schloendorff lo convirtió en barón de Charlus, el inasible aristócrata homosexual de “Un amor de Swann” (1984), adaptación de la obra de Proust.

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