Relatos salvajes fue un “hijo no deseado” nacido de la mente de Damián Szifron. El cineasta argentino jamás había planificado dar a luz a una película antológica que tuviese como hilo conductor temas tan viscerales como la violencia, la venganza y la ira. Fueron las historias las que perturbaron su cabeza día y noche, hasta que se sintió obligado a escribirlas, a hacerlas convivir en un mismo universo, y un buen día, casi sin darse cuenta, tenía el largometraje listo en su mano.
Grabada en ocho meses, el proyecto es una comedia negra que revela “lo peor de la condición humana”, tal como explicó uno de sus productores, Agustín Almodóvar. En total, son seis cortos relacionados a la pérdida del control frente al abuso del poder representados por un profesor, un empresario, un funcionario público, y otros sujetos que reconocemos del día a día.
Uno de los mayores aciertos de la producción es su elenco, que reúne a grandes figuras del cine argentino como Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Julieta Zylberberg y Érica Rivas.
Las historias abarcan desde el rabioso enfrentamiento entre dos conductores en una carretera hasta una boda que se convierte en un estallido de violencia. También incluye la venganza de un ingeniero contra una administración pública empeñada en confiscar su coche, y la de un hombre que decide ajustar cuentas con todos los que lo maltrataron a lo largo de su vida, desde su niñez hasta su adultez.
Y aunque durante la promoción del filme, Szifron fue denunciado por un dirigente social que lo acusaba de “incitar a la violencia”, la película dista de usar la agresión como herramienta de entretenimiento. En cambio, sus escenas salvajes tienen un carácter social marcado, que envuelto en humor, lanza a una crítica feroz hacia la corrupción y la desigualdad.
¿Cómo lo logra? A través de personajes comunes que han sido atropellados, ofendidos, abusados, engañados y que, en lugar de reprimir sus impulsos, deciden cobrar la afrenta y dar rienda suelta a su instinto primitivo. Es, en resumen, el placer de la revancha.
“Toma situaciones conflictivas de la cotidianidad, esas a las que yo mismo he estado expuesto y que como ciudadanos comunes reprimimos tras medir el costo-beneficio de una acción, optando por ser menos impulsivos y no responder a las agresiones externas”, reflexionó Szifron durante una rueda de prensa.
La película está impregnada de referencias a la cultura argentina y a su contexto político. En su momento, algunos críticos regionales consideraron que, dado que Latinoamérica comparte una idiosincrasia similar marcada por crisis económicas y una burocracia insufrible, la sátira del filme resonaría más en este lado del mundo a diferencia de otros países europeos, donde la sociedad tiende a ser más comedida y las injusticias sociales son menos evidentes.
Pero las pasión y las emociones humanas son universales, y así se demostró en el estreno del filme en el Festival de Cannes de 2014, donde asistentes de todas partes del mundo vitoreaban y aplaudían el cese de cada historia. Al finalizar, el público no dejó de aplaudir durante unos eternos 10 minutos. “Yo pensaba que iba a ser un ámbito más hostil, más esnob, un poco más elitista y que no me iba a sentir a gusto”, confesó Szifron a El País.
Ese sería solo el inicio de las numerosas satisfacciones el largometraje le otorgaría al director. Durante el resto del año, el título obtuvo el Goya a Mejor película iberoamericana, un BAFTA, y una nominación a Mejor película extranjera en los Oscar de 2015. Otros 40 reconocimientos alrededor del mundo se sumaron en el camino, lo que hizo peligrar la salud del equipo ya que no paraba de brindar permanente.
“Estamos todo el tiempo tomando. Cada día había una buena noticia”, comentaba entonces entre bromas Szifron. Las críticas positivas no cesaron, tanto en la prensa como en espectadores a nivel nacional. En total, fueron 3 millones 940 mil personas las que acudieron a las salas, convirtiendo a la película en la más vista en la historia del cine argentino. Un logro que persiste hasta el día de hoy, 10 años después.
La trilogía de “Relatos salvajes”
Antes de Relatos salvajes, Damián Szifron se había formado un nombre como un joven cineasta responsable de la dirección y guion de series El fondo del mar y Tiempo de valientes, además de la icónica serie Los simuladores, de 2002, y Hermanos y detectives de 2006.
Durante los años siguientes Szifron se “abandonó” a un periodo de escritura sin límites. “Fue necesario darle ese espacio a esa parte de mí que escribe. Esa cadencia fue en parte un obstáculo. Porque [tras estar una larga temporada trabajando en televisión] quería escribir sin dirigir y luego, dirigir sin la presión de escribir. Un gusto que recién pude dar al rodar Relatos salvajes”, manifestó.
Y aunque la presión en televisión fue alta, finalmente esta formación basada en la creación de episodios autoconclusivos con ritmos acelerados, resultó esencial para moldear la estructura de cortos que componen Relatos salvajes. Su experiencia le permitió construir un universo narrativo fragmentado pero cohesionado, muy efectivo al momento de trasmitir la sensación de caos y violencia que caracteriza a la película.
Tras el gran éxito obtenido, Szifron volvió a recluirse para dar rienda suelta a la escritura, aunque entre ese interín estrenó su primer filme en inglés titulado Misántropo (2023) y debutó como regisseur en la Ópera Estatal de Berlín con una temporada de Sansón y Dalila. “Soy una persona que filma poco, pero escribe mucho, así que tengo múltiples proyectos andando en paralelo”, aseguró en una conversación con La República.
Entre estas producciones, se encuentran dos secuelas de Relatos salvajes. La primera, titulada Más relatos, más salvajes, transcurre íntegramente en la Argentina, mientras que la segunda tiene por nombre Planeta salvaje, y se plantea que podría tener episodios que se suceden en distintas partes del mundo, hablados en diferentes idiomas. Una especie de Torre de Babel.
Mientras Damián Szifron, de ahora 49 años, logra asegurar sus próximas secuelas, Relatos Salvajes volverá a los cines por su décimo aniversario desde el jueves 22 de agosto de 2024.