Chet Hanks, hijo del reconocido actor Tom Hanks, es conocido por hablar abiertamente sobre la adicción y dependencia a las drogas que experimentó desde los 14 años. A propósito de sus 2 años de sobriedad, el músico de 34 años compartió detalles del episodio más oscuro que vivió consumiendo cocaína, que incluso lo llevó a perder casi 13 kilos.
“Hoy hace dos años, venía de una larga resaca con cocaína en la que no comí, ni dormí, y apenas bebí agua durante tres días seguidos”, reveló en un reciente episodio del reality Surreal Life: Villa of Secrets. “Cuando llegué a Las Vegas, pesaba 190 libras [86 kilos]. Al final, pesaba 163 [73 kilos]. Así que mi enfermedad es terrible. No es nada agradable”.
Este no fue un incidente aislado en la vida de Chet Hanks. Según recordó en una entrevista de 2022, su adicción se hizo evidente a los 16 años, cuando sus padres, Tom y Rita Wilson, lo enviaron a un programa de vida silvestre en el Estado de Utah, Estados Unidos: “Estuve allí más tiempo que cualquier otra persona que había visto entrar o salir”.
El camino hacia la recuperación no ha sido fácil para Hanks. Tras el episodio en Las Vegas, viajó directamente a un centro de rehabilitación, consciente de que necesitaba cambiar su vida drásticamente. “Aquí estoy, con 31 años, arruinado, drogado, flaco, agotado, tocando fondo. Y simplemente sabía que si no cambiaba mi vida de manera drástica, o bien no iba a estar por aquí o iba a pasar algo malo, tan malo, que mi vida bien podría terminar”, reflexionó.
A lo largo de su lucha, Hanks ha enfrentado situaciones extremas, tanto en su batalla contra la adicción como en su vida personal. En una reveladora entrevista en el podcast Raw Talk, admitió que una vez inhaló tanta cocaína que incluso otras personas con adicción le pidieron que se “relajara”.
“Yo iba a tomar cocaína con los cocainómanos y ellos me decían algo como, ‘Tranquilo, hermano. Espera un segundo’”, agregó. Aunque reconoció que en ese momento “no podía tener suficiente” de la droga, también se dio cuenta de que era “muy mala” no solo para su corazón sino también para su “alma”. “Es terrible. Te consume. Te marchitas porque no puedes comer ni dormir”, concluyó.
Un pasado problemático
Más allá de sus problemas con las drogas, Chet Hanks ha sido catalogado como la “oveja negra” de su familia. Sus escándalos han sido numerosos y bien documentados por los medios. Uno de los incidentes más notorios involucró a su ex novia, Kiana Parker, a quien denunció por agresión y hurto.
En un video publicado por TMZ, se muestra el momento en que Parker le lanzó un golpe a Hanks mientras él la seguía con la cámara de su móvil. En el final del video, el artista aparece con sangre en su rostro y acusa a su entonces pareja de haberle robado dinero usando su tarjeta de crédito para pagar el alquiler. Según documentos judiciales, la joven declaró que pasó meses soportando violencia doméstica y finalmente obtuvo una orden de restricción.
Otro episodio controvertido tuvo lugar en el Reino Unido, donde Hanks fue buscado por la policía británica después de destrozar una habitación de hotel en el aeropuerto de Gatwick, Londres. La razón detrás de este incidente fue que tres mujeres se negaron a mantener relaciones sexuales con él, lo que lo llevó a causar daños valorados en USD 1.500 dólares.
El intérprete también ha enfrentado problemas en redes sociales. Su cuenta de Instagram fue suspendida temporalmente después de que utilizó una palabra racista, aunque él defendió su acción argumentando que estaba ejerciendo su derecho a la “libre expresión”.
A pesar de su tumultuosa historia, Chet Hanks ha tratado de reconstruir su vida en los últimos años. Ha mantenido un perfil más bajo, alejándose de los titulares y enfocándose en su carrera actoral, participando en papeles menores en series como Empire y Shameless.