Tom Cruise, la estrella Hollywood, volvió a desafiar los límites de lo posible el pasado 11 de agosto de 2024 durante la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de París, al realizar una acrobacia que llevó 18 meses de preparación. A sus 62 años, el actor saltó desde el techo del Estadio de Francia, sostenido únicamente por un arnés, frente a la mirada atónita de miles de fanáticos y atletas olímpicos.
La audaz maniobra de Cruise no solo fue el centro de atención por su espectacularidad, sino también por la controversia que lo rodeó. Según fuentes cercanas, el equipo de producción del evento tuvo varios enfrentamientos con el actor tras bastidores.
La disputa principal giró en torno a las medidas de seguridad. El intérprete de Top Gun argumentaba que el equipo de protección que lo sujetaba impedían que el salto tuviera la velocidad necesaria para impresionar. “Discutió con los productores sobre su cuerda de seguridad, que era claramente visible, y sintió que no hacía que el salto fuera lo suficientemente creíble y que no cayó tan rápido como quería”, reveló un informante a DailyMail.
El círculo íntimo de Cruise también mostró su preocupación por las acrobacias cada vez más arriesgadas que realiza. “Le desaconsejaron encarecidamente el salto y le dijeron que realmente necesita dejar de realizar acrobacias que desafíen a la muerte”, mencionó la misma fuente. “Una cosa es cuando está rodando una película, pero ese truco olímpico fue increíblemente preocupante”.
El temor entre sus allegados no es infundado. Las maniobras que el actor realiza, tanto en sus películas como en eventos en vivo, son cada vez más peligrosas, y la posibilidad de que ocurra un grave accidente es un miedo constante. “Existe el temor de que eventualmente resulte contraproducente y él pueda terminar herido o perdiendo la vida”, advirtió la fuente.
A pesar de estos riesgos, Cruise parece estar decidido a continuar desafiando los límites. “Tom conoce los riesgos que implica y no le importa. Se niega a dar marcha atrás. Cree verdaderamente que es más grande que la vida”, agregó.
Su obsesión por las acrobacias no es nueva. El mes pasado, fue visto colgando del costado de un avión mientras filmaba escenas de la próxima película de Misión imposible. En 2010, el actor se colgó a casi 820 metros de altura desde el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa en Dubái, para la cuarta entrega de la franquicia.
Sin embargo, no todas sus hazañas han salido bien. En 2017, durante el rodaje de Misión imposible 6 en Londres, Cruise intentó saltar de un edificio a otro mientras estaba atado a un arnés. El acto falló y se estrelló contra el costado del gran bloque de concreto, resultando con una fractura de tobillo.
“Parte de su creencia tiene que ver con el hecho de que es una de las mayores estrellas de películas de acción de todos los tiempos. Y otra parte se debe a su complejo de Napoleón y también al hecho de que es prácticamente un semidiós en su religión. Pero ya no tiene 25 años, ni siquiera 35 o 45″, concluyó la fuente.
Con cada nueva acrobacia, Tom Cruise sigue demostrando que, a pesar del paso del tiempo, sigue siendo un hombre dispuesto a desafiar los límites de la seguridad, tanto en la pantalla como en la vida real. Sin embargo, la preocupación de su equipo y de sus fanáticos es real: ¿hasta dónde está dispuesto a llegar el actor en su búsqueda por superar lo imposible?