El trágico final de la voz de Charlie Brown: de estrella infantil a la sombra de la esquizofrenia

Cabezón, desafortunado y extremadamente amable. Esas eran las características que definían a Charlie Brown, uno de los personajes más humanos que se crearon para las tiras de prensa. Su creador Charles M. Schulz lo dotó de situaciones propias que enfrentaría un niño común y cualquiera de 1950, e inmediatamente fue un éxito. Pero el encanto tanto de sus desgracias como las travesuras de su inseparable perro, Snoopy, llegaron pronto a la televisión.

El 9 de diciembre de 1965, quince años después de su lanzamiento en papel, se emitió el primer especial animado inspirado en la viñeta: A Charlie Brown Christmas. Antes, había que pensar en quién podría encarnar de forma más natural al niño calvo que, en los periódicos de Estados Unidos, era reconocido por su famosa frase “¡Good grief!” (¡Dios mío!) y su constante expresión facial ansiosa.

En el proceso de casting fue elegido Peter Robbins, un niño de nueve años con un notable carisma y una brillante sonrisa. Junto a otros pequeños de su edad y Bill Meléndez (director que puso voz a Snoopy y Woodstock), el elenco de Peanuts estaba completo para trabajar en múltiples especiales televisivos hasta el último que se transmitió en 1969 bajo el título de It Was a Short Summer, Charlie Brown.

A los 14 años, Robbins fue descartado por la industria del entretenimiento al igual que otros muchos talentos infantiles en la historia de Hollywood. Ya no tenía la misma voz fina y dulce que necesitaba Charlie, pero su cariño hacia el personaje nunca disminuyó pese a ser desechado solo cinco años después de conseguir el trabajo y ser reemplazado por un actor más joven.

Incluso, años más tarde dejó grabado en su piel este recuerdo con un tatuaje de Charlie Brown y Snoopy en su brazo derecho. Sin embargo, su carrera quedó estancada hasta retirarse oficialmente de la industria en 1972, y el papel de este niño ficticio se volvió solo una lejana experiencia del pasado que regresaría a él a través de algunas convenciones.

De forma inesperada, Peter Robbins volvió a ocupar los titulares en febrero de 2013 cuando fue arrestado por acosar a su exnovia Shawna Kern. La llamó casi 40 veces en un solo día que incluían amenazas de muerte contra ella y su hijo. Luego, hizo lo mismo con la doctora que hizo cirugía plástica en la mujer, Lori Saltz; culpándola de que la operación de implantes mamarios que le realizó fueron la causa de su ruptura.

En su detención inicial, el juez Dwayne Moring de la Corte Superior de San Diego lo envió a la cárcel del condado bajo un pago de fianza de USD 550 mil dólares.

Durante la audiencia realizada en mayo de ese mismo año, fue sentenciado a un año de de prisión en California. “No seas un cabeza hueca”, le dijo un juez, según reportó la agencia REUTERS, después de ordenarle también que acudiera por ocho meses a un centro de rehabilitación de drogas. La sentencia finalmente dictaminó cinco años de libertad condicional una vez cumplido el tiempo de cárcel y una indemnización de USD 15 mil dólares a Saltz.

“Me doy cuenta de que este es el primer paso hacia convertirme en la persona divertida y respetuosa que era y espero ser de nuevo”, expresó Robbins en sus disculpas públicas ante el juzgado. “Amo a Shawna y le deseo lo mejor”.

Dos años después del juicio, Peter Robbins reincidió en su comportamiento violento. En 2015, a los 59 años, se declaró culpable de enviar cartas que contenían amenazas a la administradora de un parque de casas móviles donde había residido hasta entonces, de acuerdo a informes del periódico San Diego Union-Tribune.

Renee Brophy, quien residía en el lugar con su familia, aseguró que el ex actor infantil era una “persona rota” que envió “mensajes y dibujos rudos, crudos y gráficos” a su esposo Patrick. “Para ser claros, Peter Robbins ha creado más que solo un pequeño caos”, expresó y continuó con un pedido a las autoridades: “Quiero dormir de nuevo. Quiero sentirme segura en mi comunidad y quiero que mis residentes se sientan seguros”.

Además, en el mismo caso se describió que Robbins ofreció 50 mil dólares para asesinar al Sheriff del Condado de San Diego, Bill Gore. Cabe destacar que, frente a todos los cargos, el hombre alegó que sufría de un trastorno bipolar y esquizofrenia paranoide. En vista de su declaración de culpabilidad, fue condenado a cuatro años de prisión y con la promesa de que podría cumplir solo un 80% de la pena si mantenía un buen comportamiento tras las rejas.

“Sé que estaba mentalmente enfermo”, confesó Peter Robbins en una entrevista exclusiva para FOX 5 en 2016, y lamentó no haber “recibido tratamiento antes por parte de profesionales”. En esa misma línea, detalló cómo atravesó ese periodo de crisis: “Tuve una fase maníaca en la que compré una casa rodante, una casa móvil, dos autos deportivos alemanes y un pitbull llamado Snoopy”.

En esa misma conversación abordó nuevamente su trastorno bipolar y aconsejó que quienes padezcan de esta enfermedad mental la tomen en serio. “Tu vida puede cambiar en un mes, como me ocurrió a mí”, expresó sobre su diagnóstico, sin embargo, para entonces, aún mantenía la esperanza de retomar su vida.

“Salí de la prisión y soy una mejor persona por ello”, afirmó. “Soy mucho más humilde, agradecido de haber sobrevivido a la experiencia. [...] Es un símbolo para mí de la renovación de mi vida”. En ese sentido, aseguró que no guardaba rencor a nadie y tenía la esperanza de escribir un libro sobre sus experiencias al interior de la prisión titulado Confesiones de un Cabeza de Chorlito. Esto último en referencia a la palabra en inglés “blockhead” que era muy utilizada como insulto en las tiras de Peanuts.

“Los fanáticos de Charlie Brown son los mejores fanáticos del mundo. Y todos están dispuestos, espero, a darme una segunda oportunidad”, concluyó en esa última entrevista que dio en vida. Poco tiempo después, con 65 años, Peter Robbins murió en enero de 2022 a causa de un suicidio, según anunció su familia. Las autoridades de California nunca brindaron más información sobre su abrupto fallecimiento ni las motivaciones detrás de este.

El presentador de Fox 5 Phil Blauer, cercano amigo de Robbins y quien le hizo su última entrevista, escribió un sentido mensaje tras su muerte.

“Hoy se me ha roto el corazón”, se leía en una publicación para X (antes Twitter). “Que descanse en paz y vuele en el cielo. Sólo espero que por fin patee el balón entre los ángeles”.