Kanye West ha encontrado un comprador para su casa frente al mar en Malibú, luego de varios meses de haber reducido el precio de la propiedad a 39 millones de dólares, reportó The Hollywood Reporter. La venta ocurre después de más de seis meses desde que el controvertido rapero y diseñador listó por primera vez la propiedad en diciembre de 2023 en una transacción fuera del mercado. Inicialmente, la casa costaba 53 millones de dólares, pero West decidió rebajar el precio en abril de 2024.
Oppenheim, estrella del reality show Selling Sunset y representante exclusivo de la casa a través de la firma The Oppenheim Group, explicó que el comprador tendrá que invertir varios millones de dólares en renovar el interior de la casa. “Lo que falta son los interiores”, mencionó Oppenheim, añadiendo que la propiedad está valorizada considerando la necesidad de reemplazar los acabados internos. Sin embargo, destacó que el exterior de concreto permanece intacto, lo que constituye el alto costo de la estructura.
El proceso de venta de la casa también se vio agravado por problemas legales. Antes de que la propiedad fuera listada, West fue demandado por el contratista Tony Saxon, quien trabajó en la renovación del hogar. Saxon afirmó que el artista le debía más de un millón de dólares por su trabajo, además de otras acusaciones. Según informó el Wall Street Journal, West negó dichos alegatos.
El inmueble, que West adquirió en 2021 por 57.3 millones de dólares, es obra del arquitecto japonés Tadao Ando, ganador del Premio Pritzker (prestigioso premio de la rama de la arquitectura). Ando es conocido por su trabajo en concreto, una característica que se mantiene como el principal atractivo estructural de la casa.
Un aspecto interesante que subrayó Oppenheim es el potencial de modernización del interior del hogar, señalando que puede ser adaptado a los estándares de 2024, dado que la casa fue construida hace aproximadamente una década. Asimismo, más allá de las batallas legales, la compraventa de la propiedad se desarrolló en un contexto no exento de polémicas para West. Su comportamiento público y controversias recurrentes, también habría afectado en la percepción y el interés en la propiedad.
West ha sido una figura central en el mundo de la música y la moda a lo largo de los años, pero sus recientes incursiones en el mercado inmobiliario y la arquitectura muestran otra faceta de su dinámico perfil profesional. La decisión de vender la casa malibúense, especialmente a un precio considerablemente menor al de compra, puede verse como un intento de liquidación de activos o una respuesta al entorno financiero y legal adverso que enfrenta.
La mencionada casa en Malibú no es la única propiedad de alto perfil en la que West ha estado involucrado. El ex esposo de la estrella Kim Kardashian y padre de cuatro hijos, ha mantenido un portafolio de propiedades diversificado que incluye otros activos residenciales y comerciales.
Uno de los hijos de Kim Kardashian padece de una enfermedad crónica
A finales del mes pasado, Kim Kardashian reveló un diagnóstico médico sensible que afecta a uno de sus hijos, fruto de su relación con Kanye West. La celebridad compartió en una entrevista para el podcast SHE MD que uno de sus hijos padece vitiligo, una enfermedad autoinmune crónica que provoca la pérdida de pigmentación en la piel, generando manchas blancas en diversas partes del cuerpo.
Durante la conversación con la Dra. Thaïs Aliabadi y Mary Alice Haney, Kardashian explicó que la condición de su hijo es relativamente “leve” y que está “bajo control” por el momento. Además, destacó que este proceso le ha brindado la oportunidad de educarse sobre el tema a fondo. “Tuve que descubrir de dónde venía y cómo se hereda. El simple hecho de aprender más y poder compartirlo con la gente ha sido una bendición”, señaló.
El vitiligo es una condición que afecta aproximadamente al 1% de la población mundial, según las estadísticas de Pfizer. Para Kardashian, esta no es la primera vez que se enfrenta a una enfermedad crónica de la piel. Ella ha lidiado con psoriasis durante más de diez años, una enfermedad que presenta un sarpullido con parches escamosos que suelen provocar picazón, principalmente en las rodillas, los codos, el tronco y el cuero cabelludo.
“Apareció cuando cumplí 30 años. Estábamos en la casa de mi madre y yo llevaba una falda corta. Ella me miró las piernas y dijo: ‘Dios mío, tienes psoriasis’. Me inyectaron cortisona y desapareció por unos años. Estuvo inactivo durante un tiempo y luego volvió, tal vez cinco años después, y nunca me he librado de él desde entonces”, recordó la empresaria.