La gloria máxima en el deporte está representada por los Juegos Olímpicos. Y llegar ahí requiere de tenacidad, disciplina y talento. Este sueño fue compartido en algún momento por Jason Statham, Geena Davis, Cody Simpson y Jackson Wang, celebridades que dedicaron años de entrenamiento y esfuerzo para intentar representar a sus países en la competencia más prestigiosa del mundo.
Aunque ahora son más conocidos por sus logros en la actuación o la música, sus historias revelan la intensa dedicación que se necesita para sobresalir no solo en el espectáculo, sino también en el ámbito deportivo, cada uno con su propia trayectoria, desafíos y giros inesperados.
De la plataforma de clavados a Hollywood
Antes de que Jason Statham se convirtiera en un famoso astro del cine de acción, su vida estaba dominada por una pasión deportiva distinta. El actor británico fue, por varios años, un clavadista profesional que llegó a representar a su país en competencias internacionales.
Según relatan los medios, el protagonista de Megalodón mostró desde joven un interés particular por los deportes. Practicaba artes marciales y también era aficionado al fútbol.
La vida del joven Jason cambió durante unas vacaciones en Florida cuando tenía entre 11 y 12 años. Mientras disfrutaba del verano, quedó fascinado con los clavados cuando vio que un hombre se arrojaba dando volteretas desde un trampolín. Tanta fue su admiración por esta habilidad que se matriculó a un club de natación tan pronto regresó a Inglaterra.
Con 18 años, Statham ya estaba en la Escuela Nacional de Clavados del Reino Unido, centro de formación para atletas de alto nivel. Cinco años más tarde, representó a Inglaterra en los Juegos de la Mancomunidad de 1990 en Auckland, Nueva Zelanda. Compitió en tres eventos: trampolín de un metro (donde terminó octavo), trampolín de tres metros y plataforma de diez metros. Aunque no fue medallista, estas experiencias lo acercaban más al sueño de ser atleta olímpico.
La ambición de Statham por llegar a los Juegos lo llevó a intentar la clasificación en dos ocasiones —para Seúl 1988 y Barcelona 1992—, pero no tuvo éxito en las competencias preliminares.
Años más tarde, ya acostumbrado a las luces de Hollywood, Jason reconoció la frustración de no haber alcanzado ese objetivo. “Todavía es un punto amargo para mí no haber llegado a los Juegos Olímpicos”, confesó en una entrevista con The Standard en 2016. “Yo comencé muy tarde. Probablemente no era lo mío. Quizá debí probar con otro deporte”, expresó.
El retiro del clavado no significó el fin para el estrellato de Statham. Tras pasar unos años como modelo, llegó su oportunidad frente a cámaras en 1998, cuando Guy Ritchie lo eligió para un papel en la película Juegos, trampas y dos armas humeantes. Desde entonces, Statham desarrolló su vocación en el séptimo arte, especialmente en las franquicias Rápidos y Furiosos, Los indestructibles y El transportador.
“Creo que lo que no logré [en los deportes] me ayudó a concentrarme mejor y a tomar mi carrera actoral más en serio,” dijo Statham mientras reflexionaba sobre su pasado en una entrevista con la BBC en 2008.
Un hobbie que se transformó en pasión
Geena Davis, la actriz recordada entre muchos papeles por ser la Sra. Eleonor Little en Stuart Little, también estuvo bastante cerca de convertirse en atleta olímpica cuando descubrió su talento con el arco y la flecha. Todo empezó por simple curiosidad de ver si podía ser realmente sobresaliente en algún deporte real. Debido a su trabajo ante cámaras, ya había probado una gama de disciplinas como baseball, taekwondo, ski sobre hielo y equitación. Sin embargo, solo conocía “la versión para películas”.
“Quiero ver si puedo aprender algo de verdad”, se dijo y no le tomó mucho tiempo conocer el tiro con arco a finales de los noventa. “Encontré un entrenador, y me obsesioné con ello”, recordó en una entrevista con PEOPLE. “Sí, empecé a practicar a los 41, y se convirtió en mi vida por un par de años”.
El tiro con arco ya no tenía categoría de simple hobbie para ella, pues le dedicaba cinco horas al día, seis días a la semana. Y el esfuerzo constante la llevó a ganar varias competencias locales, nacionales e internacionales.
Con dos años de entrenamiento, la actriz de Thelma y Louise se midió con otras 300 arqueras que aspiraban a un cupo en el equipo estadounidense para los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Geena Davis quedó en el puesto 24, que no fue suficiente para alcanzar la clasificación.
A pesar de ello, Geena recuerda esa experiencia como lo más increíble que ha vivido. Y aunque no compite más, sigue lanzando flechas de vez en cuando para divertirse.
“Lo llevo todo demasiado lejos. Estaba en las preliminares para los JJ.OO en mis cuarentas, y por algo que decidí probar. Fue fabuloso. Nunca lo olvidaré”, expresó en un evento de prensa en 2016.
Cody Simpson
En 2019, el cantante australiano Cody Simpson decidió ponerle una pausa a su carrera musical para perseguir un sueño de su niñez: la natación competitiva.
Durante su adolescencia, Cody comenzó a llamar la atención en YouTube con sus covers y ese éxito lo llevó a mudarse a los Angeles con solo 13 años. Casi una década después, a los 22, el artista eligió regresar a la natación con la esperanza de representar a su país en los Juegos Olímpicos.
El talento en la piscina lo había cultivado desde la infancia y ostentaba dos medallas de oro en Campeonatos de Natación de Queensland. Sin embargo, ahora el reto era superior pues implicaba reconectar con la exigencia natural del deporte.
Para ello buscó la guía del dos veces olímpico Brett Hawke y el apoyo de íconos como Michael Phelps e Ian Thorpe. En las Pruebas de Natación de Australia para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Cody registró un récord personal de 50.22 segundos en los 100 metros estilo libre, aunque no llegó a la final. Y siguió mejorando.
En 2022, ganó bronce en los 100 metros mariposa en el Campeonato de Natación de Australia y fue parte del equipo nacional en los Juegos de la Mancomunidad en Birmingham. Participó en relevos y su equipo ganó el oro en la competencia de 4x100 metros libre y plata en el relevo 4x100 metros combinado.
En 2023, el exnovio de Miley Cyrus obtuvo su primera medalla individual internacional: plata en los 100 metros mariposa en la Copa del Mundo de Natación en Atenas.
Simpson también se preparó para las Pruebas de Natación de Australia 2024 con la esperanza de clasificar para los Juegos Olímpicos de París. Aunque no consiguió un lugar, su rendimiento casi lo llevó a cumplir el objetivo. Finalizó quinto en los 100 metros mariposa con un tiempo de 51.79 segundos, quedándose sólo a poco más de medio segundo del tiempo necesario para la clasificación.
“Hice lo que podía hacer. He llegado mucho más lejos en los últimos cuatro años de lo que quizás podría haber imaginado”, reflexionó Simpson en una entrevista después de la competencia. Ahí confirmó que su sueño olímpico había terminado y que volvería a la música.
“Empezar de cero y tratar de ver hasta dónde podía llegar en la mitad o un tercio del tiempo del que todos los demás han estado entrenando. Y sólo para hacer lo correcto por ese niño en mí que dejó [la natación] ir y perseguir otra cosa. Ha sido un viaje increíble”, añadió.
Jackson Wang
Cuando tenía 17 años, el talentoso esgrimista Jackson Wang se enfrentó a un complicado dilema: continuar la ruta trazada hacia los Juegos Olímpicos de Londres o responder al casting de una compañía coreana que le veía potencial para convertirse en una estrella de k-pop.
“Mis padres pensaban que estaba bromeando. Tardé siete meses en convencerlos”, recordó el cantante e integrante de la boyband GOT7.
Desde casa, la vida de Jackson siempre estuvo influenciada por el deporte. Su padre, Wang Ruiji, también fue esgrimista. Ganó una medalla de oro en los Juegos Asiáticos de 1978 y compitió en las Olimpiadas de 1984 y 1988. Por su parte, su madre, Sofia Chow, fue una gimnasta destacada de la selección nacional china en los años 80.
Bajo la guía de su padre, el talentoso hongkonés comenzó a entrenar en esgrima a los diez años y rápidamente demostró habilidad propia. En su mejor momento, el adolescente Wang Jiaer (su nombre real) llegó a ser el número 1 en sable juvenil para Asia y número 11 en el ranking mundial, según una entrevista de la época del South China Morning Post.
En 2010, participó en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur, donde avanzó hasta los octavos de final. Aunque perdió por un punto contra un esgrimista ruso, el joven atleta se sintió orgulloso de haber llegado a ese nivel y se tatuó los aros olímpicos en su brazo izquierdo como recuerdo.
A esas alturas, por su edad, el siguiente objetivo eran los Juegos Olímpicos de verano. También había sido admitido en la Universidad de Stanford y tenía una beca ganada por sus credenciales deportivas. Sin embargo, el destino tenía otros planes.
En 2010, mientras jugaba baloncesto con sus amigos, Jackson fue descubierto por un cazatalentos de JYP, una famosa agencia de entretenimiento surcoreana. Luego de mucha insistencia, él aceptó presentarse a una audición. Contra todo pronóstico, superó a más de 2,000 aspirantes y fue aceptado como aprendiz en JYP.
“En ese punto me estaba preparando para Londres 2012″, contó el artista en una entrevista. “Luego de la nada les dije a mis padres que tenía este sueño y quería ser un cantante en el extranjero”.
Aunque ellos intentaron disuadirlo, Jackson meditó mucho en el riesgo que implicaba abandonarlo todo por ir a Corea del Sur. “Me pregunté si quería practicar esgrima toda mi vida ¿Por qué no probar algo nuevo? No quería llegar a los 80 y lamentarme de no haberlo intentado. Así que me fui”, explicó en un programa chino.
Luego de dos años y medio de preparación musical, Jackson Wang debutó en 2014 como miembro de la boyband GOT7. Desde entonces, ha conseguido fama mundial tanto en el grupo como en su prolífica carrera como solista.