Cheng Pei-pei, pionera del cine de artes marciales, falleció a los 78 años en el área de la Bahía de San Francisco el jueves 17 de julio, según confirmó su representante de Echelon Talent Management. La actriz, originaria de Shanghái, China, padecía una enfermedad neurodegenerativa que no quiso hacer pública para pasar sus últimos días en privado con su familia.
“La pérdida de nuestra cliente y querida amiga Cheng Pei-pei nos entristece profundamente. Fue la ‘Reina de las Artes Marciales’ y la primera heroína de acción asiática, además de una verdadera heroína por lo que hizo para ayudar a los demás hasta sus últimos días”, señaló su representante en un comunicado.
Cheng donó su cerebro para investigaciones médicas, según informó Variety. Su familia confirmó la noticia en Facebook, detallando que en 2019 le diagnosticaron un síndrome atípico de parkinsonismo, conocido como degeneración corticobasal, una enfermedad rara similar al Parkinson para la cual los tratamientos actuales no pueden ralentizar su progresión.
“Con gran pesar anunciamos que los rumores son ciertos. Nuestra madre, Cheng Pei Pei, falleció pacíficamente en casa rodeada de sus seres queridos el 17 de julio (...) Amaba ser actriz y, a pesar de su arduo trabajo, siempre reconoció la suerte que tenía de haber tenido la carrera que tuvo. Nuestra madre permaneció humilde, accesible, paciente y generosa con su tiempo”, añadió su familia.
Además, los dolientes de Cheng pidieron que, en lugar de oraciones, las personas que siguieron de cerca su vida y obra hicieran donaciones a la organización Brain Support Network, encargada de la investigación cerebral y enfermedades degenerativas.
La reina del kung-fu
Cheng es ampliamente reconocida como una de las actrices más importantes en el género de las artes marciales. Tras mudarse a Hong Kong en la década de 1970, estudió ballet y danza, habilidades que resultaron beneficiosas al incursionar en el cine de acción. Su primer gran éxito llegó con la película “Veneno para beber” (Come Drink With Me) de 1966, donde, sin tener entrenamiento formal en artes marciales, destacó por su elegancia y movimientos fluidos, estableciendo un nuevo estándar para las películas de Wuxia, nombre que se le da a las cintas de artes marciales que ponen en alto el folklor chino.
En Estados Unidos, Cheng alcanzó fama internacional por su papel de la villana Jade Fox en “El tigre y el dragón” (2000), junto a Michelle Yeoh. La película, dirigida por Ang Lee, logró un éxito notable, recaudando $128 millones en América del Norte y ganando cuatro premios Oscar.
A lo largo de su carrera, Cheng participó en 20 películas de Wuxia, redefiniendo los estereotipos de género en el cine asiático para las mujeres, un logro que sus representantes han reiterado.
“En un momento en que era más difícil, las interpretaciones de Cheng redefinieron la noción de feminidad en el cine asiático. Demostró que las mujeres podían ser inteligentes, poderosas y fuertes, sin comprometer su gracia o inteligencia”.
Más recientemente, Cheng participó en el remake de acción en vivo de “Mulan” (2020). Le sobreviven sus cuatro hijos, incluida Eugenia Yuan, también actriz en producciones tanto asiáticas como americanas, y Harry Yuan, ex presentador de National Geographic.