La ex reclusa, Gypsy Rose Blanchard, de 32 años, quien jugó un papel en el asesinato de su madre Dee Dee en 2015 después de años de abusos médicos, está esperando su primer bebé con su novio Ken Urker, de 31 años.
En un video publicado en su canal de YouTube titulado “Estoy embarazada, mi camino hasta ahora”, Blanchard anunció emocionada: “Sé que los rumores han estado circulando desde hace bastante tiempo, y estoy feliz de anunciar que tengo 11 semanas de embarazo”.
La futura madre agregó que espera la llegada de su hijo para para enero de 2025. “Esto no fue planeado en absoluto, fue completamente inesperado, pero ambos estamos muy emocionados de emprender este nuevo viaje de la paternidad”, expresó.
El caso de Gypsy Rose cobró notoriedad en Estados Unidos tras la muerte de su madre, cuando se reveló que Dee Dee había sufrido del síndrome de Munchausen durante los primeros 23 años de vida de su hija. La mujer fingía que su hija padecía de graves enfermedades como leucemia, distrofia muscular, epilepsia, problemas auditivos y visuales, discapacidad intelectual y parálisis del tronco inferior, entre otras.
Para mantener esta farsa, la joven era sometía a medicaciones innecesarias, cirugías invasivas y tratamientos médicos que debilitaban y la hacían dependiente de su madre. Además del abuso físico, Dee Dee ejercía un control psicológico extremo sobre su hija, aislándola del mundo exterior y manteniéndola en una silla de ruedas incluso cuando podía caminar.
Tras años de ser sometida a abusos médicos, Blanchard reconoce las inquietudes que puedan surgir en torno a su capacidad de crianza. “Sé que habrá gente que piense que no estoy lista para ser madre. Pero no sé si alguien está realmente lista para ser madre“, admitió.
Sin embargo, se mostró decidida a brindar a su primogénito todo el amor y cuidado que ella misma anheló recibir durante su niñez. “Todo lo que quería de una madre, quiero dárselo a este bebé. Ahora soy feliz y solo quiero ser una buena madre para mi hijo”, expresó con lágrimas en los ojos.
Blanchard y Urker mantuvieron una relación durante su tiempo en prisión, la cual inició como amigos por correspondencia. Él incluso le propuso matrimonio en 2018, aunque su compromiso no prosperó. En 2022, se casó con Ryan Anderson mientras aún cumplía condena, pero tras su salida de la cárcel en 2023, el matrimonio se debilitó y finalmente llegó a su fin el pasado mes de marzo.
Según una fuente cercana, la separación se produjo después de una discusión acalorada, y Blanchard consideraba que su entonces esposo era “controlador”. Fue en ese momento de fragilidad emocional cuando Urker se convirtió en su principal apoyo: “Ken me brindó apoyo cuando atravesé esa etapa emocional difícil de llorar, luego estar bien y luego llorar”, reveló la propia Blanchard a People.
Después de su ruptura con Anderson, ella se permitió explorar los sentimientos que siempre guardó por Urker. “Diría que Ken es mi primer amor porque fue entonces cuando, sinceramente, sentí que había un amor maduro. No se basaba en una fantasía, sino en una conexión que dos personas tienen entre sí”, agregó.
Lejos de repetir los patrones de abuso que sufrió en su infancia, Blanchard asegura no tener preocupaciones al respecto. “Siempre que alguien me dice: ‘¿Crees que por lo que has pasado vas a hacerle eso a tus hijos?’, yo digo: ‘¿Sabes qué? Absolutamente no’. He aprendido lo que no debo hacer. No tengo preocupaciones sobre mi rol como madre en ese aspecto”, explicó.
Blanchard además ha pasado por años de trabajo personal y continúa recibiendo terapia psicológica. En enero de 2024 estrenó el documental Confesiones de prisión: Gypsy Rose Blanchard, el cual brindó una mirada íntima a las razones del matricidio que conmocionó a los Estados Unidos y el mundo hace ocho años.