En el año de 1979, un joven y talentoso baterista llamado Jonathan Moffett se encontró con nada menos que James McField, el director musical de la agrupación The Jacksons, originalmente conocida como The Jackson 5. Para entonces, la banda estaba en busca de un baterista, y aunque las audiciones habían terminado oficialmente, McField se las arregló para que la banda de los hermanos Tito, Marlon, Michael, Jackie y Jermaine Jackson, se dieran una oportunidad de escuchar al baterista.
Gracias a su habilidad única, Moffett consiguió el puesto, algo que llegó a definir como “un verdadero milagro” debido a las circunstancias. Lo que él no sabía es que años más tarde, uno de esos “cinco Jacksons” se convertiría en la estrella pop más importante de todos los tiempos. Jonathan tampoco tenía la idea que la extraordinaria e irrepetible historia de Michael Jackson sería escrita con la ayuda de sus bombos y platillos.
Desde sus apariciones en vivo con los Jacksons, Moffett se ganó el respeto y la admiración de toda la comunidad musical. El mismo Michael terminó por nombrarlo “Sugarfoot” gracias a su particular forma de golpear el bombo que, además, desarrolló de manera autodidacta.
No pasó mucho tiempo para que varios artistas se pelearan por tener a Jonathan haciendo crujir los platillos en sus conciertos, incluso de la talla de Elton John y Madonna.
En entrevista con Infobae, Jonathan compartió el respeto y admiración que le tiene a estas dos leyendas de la música, sobre todo con las giras que recientemente hicieron y que llegaron a romper varios récords.
“Es impresionante ver cómo mantienen su pasión y energía en cada actuación, en definitiva son artistas que son una leyenda y el haber colaborado con ambos, me hizo ser un mejor ser humano y músico”, declaró Jonathan en entrevista sobre el trabajo de la “Chica Material” y el “Rocket Man”.
Sin embargo, entre todos los artistas que querían colaborar con el baterista, se alzó Michael Jackson. Como parte de The Jacksons, Michael y Jonathan colaboraron en las giras Destiny, Triumph y Victory, donde además de interpretar los éxitos de la agrupación, Michael también aprovechó para presentar ante la audiencia sus primeros éxitos solistas, tales como Off The Wall, Rock With You y Don’t Stop ‘Til You Get Enough.
Ya sin la compañía de sus hermanos, Michael comenzaría una carrera artística con un éxito sin precedentes, convirtiéndose en una especie de ídolo religioso para las masas. Ya fuera por un esfuerzo por alejarse de su imagen con los Jackson 5 o los diferentes compromisos Moffett con otros artistas, Michael optó por unir a sus filas al baterista Ricky Lawson durante el Bad Tour y el Dangerous Tour.
Sin embargo, la sinergia entre Jackson y Moffett no podía ser comparada incluso con el impecable trabajo de Lawson, por lo que, para su siguiente gira, el aclamado History World Tour, Moffett volvería a tomar las baquetas en todos los shows del Rey del Pop.
¿Qué fue lo que hizo que Jonathan se comprometiera de manera profesional con Michael durante tantos años? La respuesta es simple: no había nadie como el Rey del Pop.
“Trabajar con Michael Jackson fue una experiencia incomparable debido a su dedicación inquebrantable a la perfección y su visión artística. Michael tenía una capacidad única para conectarse con su audiencia y una ética de trabajo que era realmente inspiradora. Michael es y será único, difícilmente existirá alguien igual a él”.
Y es que, pocas cosas podrían ser más gratificantes que trabajar con el que para entonces era el artista vivo más grande del planeta; pero también supuso un gran reto. Como es bien sabido, Michael Jackson no era sólo talento, era un artista sumamente atento al detalle; situación que, incluso, terminó por enfermarlo.
Y en el proceso, esta obsesión porque cada elemento del escenario estuviera en su sitio, llegó a generar fricciones con el mismo Moffett, pero al final del día, también se tradujo en espectáculos tan extraordinarios como históricos.
“El perfeccionismo de Michael podía ser desafiante, pero también era una de las razones por las que sus espectáculos eran tan excepcionales”, recuerda Moffett de su colaborador de prácticamente toda la vida. “Su atención al detalle nos impulsaba a todos a dar lo mejor de nosotros mismos. Hubo momentos de tensión, como en cualquier entorno creativo, pero el resultado final siempre valía la pena”.
El reto de trabajar con el Rey del Pop no sólo se limitaba a una impecable puesta en escena, sino también a lo complicado que era traducir su catálogo musical a un show en vivo. Los fanáticos más acérrimos de Jackson sabrán que las canciones de Michael, desde el primer disco hasta su producción final, están repletas de elementos de percusión que llenan a sus canciones de una atmósfera particular.
Siendo un artista proveniente del funk, Michael combinaba las percusiones de la batería con sintetizadores, cajas de ritmo y hasta beatbox para imprimir un sello característico. Moffett estaba consiente de eso, y como el admite, fue retador trabajar con Michael Jackson; pero entre todo su catálogo, se destaca una canción como la que más hizo sufrir al veterano baterista.
“Smooth Criminal es una de las canciones más desafiantes debido a su ritmo rápido y la precisión requerida. La complejidad y la energía de la canción hacen que sea un verdadero desafío mantener la consistencia en cada interpretación”, declaró Jonathan, aunque piezas como I Wanna Be Startin’ Somethin’ y The Way You Make Me Feel también salieron a colación al mencionar el repertorio más difícil de Michael para tocar en batería.
Pero sin lugar a dudas, hay una pieza que se quedó para siempre en el corazón de Moffett: Billie Jean. El músico recuerda tocar por primera vez esta pieza ante una eufórica multitud como un momento que se dio cuenta lo que significaba ser parte del fenómeno llamado Michael Jackson.
“Uno de mis momentos favoritos (como músico) fue la primera vez que toqué Billie Jean en vivo con Michael. La reacción del público, la energía en el escenario y la conexión que sentí en ese momento fueron indescriptibles. Es un recuerdo que siempre me acompañará, sin duda la gira History World Tour siempre estará en mi corazón”.
Ese primer show del History World Tour, brindado en la capital de República Checa el 7 de septiembre de 1996, sería la primera de muchas ocasiones en las que Jonathan se encargaría de las percusiones en los conciertos de Michael Jackson.
Diversas circunstancias tanto profesionales como personales evitaron que el Rey del Pop saliera de gira durante más de una década, pero finalmente, en marzo de 2009, Michael Jackson brindó una conferencia de prensa en Londres para anunciar su última serie de shows en Londres (que se especulaba, podrían extenderse al resto del mundo), y por supuesto, contaría con Moffett en la batería.
This Is It, era una pequeña gira con la que Michael Jackson se despediría de los escenarios, anunciada para dar inicio en julio de aquel año. Durante tres meses, el Rey del Pop se preparó de manera intensiva para dar un espectáculo que cumpliera todas las expectativas que rodeaban el magno evento.
Lamentablemente, debido a la exigencia física y psicológica que supuso This Is It, la salud de Michael mermó considerablemente, y el 25 de junio de 2009, se dio la noticia de su deceso, dejando un vació en la industria del entretenimiento que nadie logró llenar.
“La muerte de Michael fue un golpe devastador. Personalmente, fue una pérdida profunda ya que él no solo era un colaborador, sino también un amigo. Profesionalmente, me llevó a reflexionar sobre mi carrera y la increíble oportunidad que tuve de trabajar con el artista más grandes de todos los tiempos. También me motivó a continuar su legado y compartir mi experiencia con las nuevas generaciones de músicos”, declaró Jonathan sobre cómo cambió su vida tras la muerte del Rey del Pop.
Moffett, inclusó recordó la última vez que pudo acercarse a Michael; esto durante los ensayos de This Is It.
“Siempre le estaré eternamente agradecido ya que días antes de que partiera yo le dije ‘Michael, gracias por tenerme aquí, espero te siga gustando mi trabajo’. Su respuesta fue: ‘¡Claro que me gusta tu trabajo! Por eso estás aquí'. Fue la última vez que pude abrazarlo”.
A pesar del doloroso final de Michael, Moffett continúa honrando su legado a través de videos, clínicas y toda clase de contenidos donde puede compartir con las nuevas generaciones la música que interpretó junto al artista que revolucionó la industria. De hecho, Jonathan tiene planeada una gira por Latinoamérica donde hará un repaso de su largo repertorio musical, no sólo con Michael, sino con los muchos artistas internacionales con los que ha trabajado.
“Estoy muy emocionado por la gira en América Latina. Hemos preparado un espectáculo lleno de energía y tributos a algunas de las canciones más icónicas de mi carrera. Habrá colaboraciones especiales y momentos únicos que espero que el público disfrute tanto como yo. Además, estoy ansioso por conectar con los fans latinoamericanos y compartir con ellos esta increíble experiencia musical”, dijo Jonathan de esta experiencia única de la cual, más adelante se revelarán más detalles.