Taylor Swift vs. Scooter Braun: Bad Blood es un documental de dos episodios que explora en profundidad la disputa entre la cantante Taylor Swift y el ejecutivo musical Scooter Braun.
El conflicto surgió a raíz de la venta de Big Machine Records, propiedad de Scott Borchetta, a Braun en noviembre de 2019, transacción que incluyó los másters de las primeras seis grabaciones de estudio de Swift.
Uno de los momentos más destacados de esta narrativa es el discurso de la estrella pop en los Billboard Women in Music Awards de diciembre de 2019. En el evento, afirmó que no tuvo la oportunidad de comprar su propio trabajo antes de que fuera vendido al inversor y representante artístico.
“No se me dio la opción de adquirir mi arte”, manifestó la artista notablemente indignada y afectada por haber perdido los derechos sobre sus álbumes publicados.
Taylor Swift y Scooter Braun, las dos caras del conflicto
La serie documental ofrece diferentes perspectivas del conflicto gracias a entrevistas con periodistas musicales, abogados, académicos, amigos y fans. Entre los temas tratados, se analiza la conexión entre Sooter Braun y Kanye West, a quien Braun representó hasta 2018. Esta relación levanta sospechas de posibles motivos ocultos detrás de la compra de Big Machine Records.
Además, la producción incluye el video completo sin editar de Kim Kardashian sobre la controversia de la canción “Famous” de West, así como el papel de Justin Bieber en el conflicto, dado que este último era uno de los clientes principales de Braun en ese momento. Taylor y Justin también compartieron una tensa relación durante este período.
La investigación también aborda temas más amplios como las desigualdades de género en la industria musical. Asimismo, analiza la posterior venta de los másters por parte de Braun a Shamrock Holdings por 300 millones de dólares.
Se sugiere que Taylor Swift podría haber estado al tanto del acuerdo de venta, lo cual contradice su narrativa pública de sorpresa total ante la transacción; sin embargo, nunca hubo una declaración pública por parte de ella.
Un punto controvertido revelado es que Scott Swift, el padre de Taylor, como accionista minoritario de Big Machine, poseía el 3% de las acciones y, por lo tanto, pudo haberse beneficiado de la venta a Sooter Braun. Dicho expone las dinámicas internas de la disputa y añade un nuevo ángulo al entendimiento público del conflicto.
El documental no omite las críticas hacia Taylor Swift, que incluyen acusaciones de utilizar a sus fans contra Braun, al punto de que la seguridad del ejecutivo y su familia fue amenazada. Algunos participantes en el documental sostienen que la intensa reacción de los fans de la artista pudo haber contribuido al divorcio del empresario estadounidense.
A pesar de no contar con la participación directa de Swift o Braun en el documental, Taylor Swift vs. Scooter Braun: Bad Blood concluye con una declaración del equipo de la cantante, afirmando que ha superado completamente esta situación y la ha transformado en uno de los proyectos creativos más satisfactorios de su carrera.
Este último comentario resalta el esfuerzo de Swift por recuperar el control creativo sobre su trabajo, evidenciado en la re-grabación de sus primeros álbumes, que incluyen “Fearless”, “Red”, “Speak Now” y “1989″.
Coincidentemente, la misma semana del estreno del documental, Scooter Braun anunció su retiro de la gestión musical, marcando un punto significativo en el continuo desarrollo de esta disputa.
El documental llega en un momento crucial, ya que Taylor Swift está en medio de su Eras Tour, un evento que ha captado la atención internacional. La gira y sus re-grabaciones son parte de su esfuerzo por recuperar el control de su catálogo musical, demostrando determinación y compromiso con su arte.
Taylor Swift vs. Scooter Braun: Bad Blood está diponible para ver en el catálogo de la plataforma Max.