Durante su participación en Game of Thrones, Emilia Clarke enfrentó dos serias emergencias médicas que desencadenaron temores profundos sobre su futuro en la serie. La actriz que dio vida a Daenerys Targaryen compartió detalles sobre su aterradora experiencia en una entrevista con la revista británica Big Issue, ampliando la información que previamente había revelado en un ensayo de 2019.
El primer incidente ocurrió en febrero de 2011, justo cuando la primera temporada de la serie de HBO comenzaba a emitirse. Mientras se encontraba en un gimnasio, Clarke fue sorprendida por un dolor de cabeza tan fuerte que apenas podía mantenerse en pie. “De alguna manera, casi arrastrándome, llegué al vestuario. Me arrodillé junto al inodoro y comencé a vomitar violentamente”, recordó Clarke en el texto que escribió para The New Yorker.
Fue diagnosticada rápidamente con una hemorragia subaracnoidea (HSA), un tipo de accidente cerebrovascular (ACV) causado por un sangrado alrededor del cerebro. Clarke se sometió a una cirugía de emergencia y pasó un mes hospitalizada. En ese periodo, las secuelas temporales que vivió (afasia y pérdida de memoria) la aterrorizaron al punto de desear la muerte. “Palabras sin sentido salieron de mi boca y entré en pánico”, contó aquella vez.
Durante su recuperación, le descubrieron un segundo aneurisma en el otro lado de su cerebro. “Los médicos dijeron que era pequeño y que era posible que permaneciera inactivo e inofensivo indefinidamente”, explicó la actriz.
Sin embargo, la incertidumbre era tangible y también lo era el temor que sentía a perder su papel en una megaproducción que comenzaba a despegar. Así lo describió recientemente para Big Issue: “Cuando tienes una lesión cerebral ―que altera tu sentido de la personalidad de forma tan drástica― todas las inseguridades que tienes al entrar en el lugar de trabajo se cuadruplican de la noche a la mañana”.
“El primer miedo que teníamos era: ‘Oh por Dios, ¿me van a despedir? ¿Van a echarme porque piensan que no soy capaz de completar el trabajo?”, expresó a la publicación británica. Según su entrevista, Clarke solo le contó a pocos compañeros sobre el segundo aneurisma en su cerebro.
La actriz volvió al set pocas semanas después de ser dada de alta por su primer ACV, pero admite que sentía temor de que se desatara otra hemorragia debido al estrés laboral. Según Us Weekly, Clarke llegó a ver la situación de forma drástica: “Bueno, si muero, que muera en televisión”.
El segundo susto
Dos años después, en 2013, Clarke enfrentó una segunda cirugía. Justo después de terminar el rodaje de la tercera temporada de la ficción ambientada en Westeros, ella comenzó a trabajar en Broadway. Fue en ese contexto cuando se descubrió que el segundo aneurisma había crecido significativamente.
“El médico dijo que deberíamos ‘encargarnos de ello’. Me prometieron una operación relativamente simple, más fácil que la vez anterior”, relató en su ensayo. Sin embargo, el procedimiento falló, y Emilia despertó gritando de dolor. Los médicos tuvieron que realizar una cirugía más invasiva a través de su cráneo, lo que resultó en una recuperación aún más dolorosa y prolongada que la primera.
Durante este segundo proceso, Clarke enfrentó una vez más la preocupación constante sobre las posibles secuelas cognitivas o sensoriales. “¿Sería la concentración? ¿La memoria? ¿La visión periférica?”, se preguntaba.
Ahora toma toda la experiencia con más sentido del humor. “Le digo a la gente que lo que me robó es el buen gusto en los hombres. Pero, por supuesto, nada de esto me parecía remotamente divertido en ese momento”, escribió.
La fundación SameYou
A través del ensayo titulado A Battle for My Life, Emilia Clarke también contó que todo este proceso en las salas de hospital la motivaron a establecer SameYou, una organización benéfica destinada a apoyar a personas que se recuperan de lesiones cerebrales y accidentes cerebrovasculares.
En 2024, la fundación se asoció con Big Issue Recruit para ampliar su alcance y apoyo a sobrevivientes y sus familias.
“Tener una condición crónica que disminuye tu confianza en esta única cosa que sientes que es tu razón de vivir es tan debilitante y tan solitario”, compartió. “Una de las mayores cosas que sentí con una lesión cerebral fue una profunda soledad. Eso es lo que estamos tratando de superar”.