Cuando uno de tus operarios casi muere dentro de un tiranosaurio, la producción se ve amenazada por un fuerte huracán y grabas otra película en simultáneo, sabes que estás frente a un rodaje sumamente peligroso.
¿Pero a qué director le podría suceder algo así y en qué largometraje? Solamente a alguien como Steven Spielberg, uno de los cineastas más importantes del séptimo arte y que en 1993 trajo al mundo Jurassic Park, uno de los films más influyentes de la cultura popular.
Han pasado 31 años desde aquel entonces y al día de hoy, el cine está plagado de CGI y cada vez más precuelas, secuelas y remakes. Pero así como perduran las repeticiones que sólo garantizan el éxito comercial, también hay cintas que se hicieron con tanta pasión y amor al cine que terminaron por arriesgar la vida de sus involucrados.
Este fue el caso de Jurassic Park, una película que no sólo destacó por los efectos prácticos de Spielberg que trajeron a los dinosaurios a nuestra era, sino por los riesgos que el director y el equipo decidieron tomar para hacer de este proyecto un clásico atemporal.
El tiranosaurio que “se comió” a un operario
Durante toda la película, el Dr. Ian (Jeff Goldblum), Ellie (Laura Dern) y Alan Grant (Sam Neill) se la pasan escapando de diversos dinosaurios, incluyendo el T-Rex, que dejó una de las escenas más recordadas de la historia del cine. Sin embargo, quien no corrió la misma suerte fue un operario que estuvo a punto de morir dentro de la boca del dinosaurio más temible del film.
La película fue pionera en el uso de efectos especiales en 3D generados por ordenador, pero también hizo un amplio uso de figuras animatrónicas para dar vida a los dinosaurios. Eso quiere decir que solo se utilizó CGI cuando era absolutamente necesario. El resto del tiempo, se emplearon figuras animatrónicas manipuladas por un equipo de operadores.
En las últimas semanas de rodaje, la marioneta animatrónica del Tyrannosaurus Rex, conocida como “Roberta”, provocó terror en el set. La producción estaba enfocada en filmar los primeros planos del icónico dinosaurio, construido por el experto en efectos especiales Stan Winston y su equipo.
Debido a su enorme tamaño, la marioneta tuvo que ser desmontada y transportada al set de Warner Bros. donde se volvió a ensamblar. La tarea del reensamblado incluía reinstalar la piel escamosa de gomaespuma, un proceso delicado que requirió que un miembro del equipo trabajara dentro de las mandíbulas del T-Rex.
Alan Scott, uno de los diseñadores mecánicos, se ofreció como voluntario para este peligroso trabajo. Con un cubo de pegamento y un cepillo en mano, Scott debía pegar los últimos metros de piel desde el interior de la boca del dinosaurio. Antes de empezar, advirtió al operador de los controles electrónicos.
“No lo apagues, y asegúrate de que nadie se tropiece con este cable. Voy a estar adentro, y si esta cosa se mueve, con todo ese sistema hidráulico adentro, estoy muerto”, le advirtió Scott a su compañero. Sin embargo, mientras estaba trabajando, el estudio sufrió un corte de energía inesperado, lo que provocó que el sistema hidráulico de la marioneta se detuviera y las mandíbulas comenzaran a cerrarse lentamente alrededor de él.
Ante el peligro inminente, Scott se hizo una bola para proteger sus extremidades de ser atrapadas entre las piezas metálicas. Afortunadamente, la cabeza del T-Rex descendió lentamente hasta el suelo, permitiendo que otros miembros del equipo acudieran rápidamente en su ayuda. Finalmente, entre varias personas, lograron abrir las mandíbulas y sacarlo sin que sufriera heridas graves.
El huracán que casi mata a Sam Neill
Si morir triturado en el interior de un mecatrónico no sonara suficientemente aterrador, un desastre natural también amenazó a la producción de Jurassic Park. La producción enfrentó un desafío significativo cuando el huracán Iniki golpeó la isla de Kauai en Hawái, donde se encontraban grabando. El fenómeno natural tuvo un impacto considerable en el rodaje; no solo puso en peligro la seguridad del equipo y el elenco, sino también causó graves daños a las infraestructuras locales.
El huracán Iniki, de categoría 4, devastó la isla con vientos de casi 195 kilómetros por hora, destruyendo miles de casas y todas las estructuras del set de la película. Sam Neill, quien interpretó al Dr. Alan Grant, recordó en su libro de memorias “Did I Ever Tell You This?” las difíciles circunstancias que vivieron.
“Una mañana nos dijeron que nos quedáramos en el hotel y esperáramos un huracán más tarde ese día. Estaba en la playa con Laura Dern, quien me preguntó: ‘Sam, ¿crees que podríamos morir hoy?’ A medida que estas enormes nubes negras se acercaban, tuve que decirle que sí, pensé que podríamos morir”. relató Neill.
El equipo de producción, liderado por el productor Kathleen Kennedy, tuvo que improvisar rápidamente. Los miembros del elenco y el equipo fueron trasladados al salón de baile del hotel para protegerse del huracán. Kennedy tuvo que trasladarse a Honolulu en un avión del Ejército de Salvación para coordinar el retorno del equipo a Los Ángeles y organizar USD 20,000 dólares en ayuda humanitaria para Kauai.
A pesar del caos, Spielberg y el director de fotografía, Dean Cundy, aprovecharon la oportunidad para filmar el huracán. Algunas de estas tomas se incluyeron en la película, específicamente las escenas donde se ven grandes olas chocando contra Isla Nublar.
Richard Attenborough, quien interpretó a John Hammond, decidió no unirse al resto del equipo en el salón de baile y permaneció en su habitación. Al preguntarle Spielberg cómo pudo mantenerse tan calmado, Attenborough respondió: “Querido muchacho, ¡sobreviví al Blitz!”
Pese a la destrucción, el rodaje finalizó 12 días antes de lo previsto y se mantuvo dentro del presupuesto de USD 60 millones de dólares. Steven Spielberg, decidido a evitar que el proyecto se descontrolara, había planificado meticulosamente la preproducción durante dos años, creando storyboards detallados para cada secuencia. Esta preparación fue crucial para mitigar los efectos del huracán en la producción y asegurar que “Jurassic Park” se completara con éxito.
Dos clásicos al mismo tiempo
Un dato curioso sobre la carrera de Steven Spielberg es que, en 1993, el director trabajó en dos de sus proyectos más importantes prácticamente en simultáneo: Jurassic Park y La lista de Schindler. Universal Studios tenía claro que Spielberg era el hombre indicado para dirigir esta última y, mientras tanto, el cineasta todavía estaba terminando todo lo referente a su film de dinosaurios y ya planeaba su próximo trabajo.
Sid Sheinberg, jefe de Universal, le ofreció un acuerdo: “Haz Jurassic Park y nosotros haremos La lista de Schindler”. Spielberg aceptó, lo que resultó en un año de trabajo intensivo sin descanso entre ambas producciones. Durante el día, filmaba La lista de Schindler en Polonia, y por la noche, trabajaba en la edición de Jurassic Park junto a Michael Kahn.
Para coordinar ambos proyectos, Spielberg utilizó la tecnología moderna de la época, alquilando dos canales satelitales a través de la televisión polaca por USD 1.5 millones de dólares por semana. Esto le permitió mantener comunicación constante con su equipo en Los Ángeles mientras filmaba en Europa.
Por supuesto, esto también fue un riesgo, pues trabajar en dos proyectos tan grandes a la vez podría haber afectado negativamente ambas cosas. Sin embargo, luego del agotador esfuerzo, el resultado fue notable: Jurassic Park se convirtió en la película más taquillera de su época, y La lista de Schindler ganó los premios Oscar a Mejor Película y Mejor Director.
En palabras del propio Spielberg: “Si no hubiera aceptado realizar Jurassic Park me habría sido imposible rodar La lista de Schindler”. La oportunidad de filmar la historia del Holocausto, basada en el libro de Thomas Keneally, era una misión personal para Spielberg, quien quería conmemorar el alzamiento del gueto de Varsovia y combatir el olvido sobre el Holocausto.