Michael Richards, conocido mundialmente por su papel de Kramer en la icónica serie de televisión Seinfeld, ha roto su silencio sobre el notorio incidente de 2006 en el que profirió insultos racistas a un público en un club de comedia. En su próximo libro de memorias, Entrances and Exits, que pronto será publicado, el actor de 74 años aborda de manera indirecta su infame arrebato.
El incidente en cuestión tuvo lugar en el Laugh Factory de Los Ángeles, cuando Richards, durante una actuación, fue interrumpido por miembros del público que se encontraban en el balcón. Según escribe Richards en su libro, después de escuchar hablar desde esa zona y ordenar que se “callaran”, uno de los presentes le gritó algo que lo alteró.
“No eres gracioso. ¡No creemos que seas muy gracioso!” Richards confiesa haber tomado el comentario “bastante mal, como un golpe sólido debajo del cinturón”. En respuesta, el comediante lanzó una andanada de insultos racistas como: “Hace cincuenta años te tendríamos colgado boca abajo con un tenedor en el trasero”, acompañado de palabras despectivas para referirse a su tez oscura.
Aunque Richards no detalla exhaustivamente los insultos en su libro, las grabaciones de la noche dejan en evidencia la gravedad de sus palabras. El actor recuerda el sentimiento que le dejó la crítica: “Por supuesto, al reflexionar sobre todo, desearía haberle dado la razón,” escribe Richards. “Él fue bajo y yo fui aún más bajo. Ambos terminamos en el fondo del barril”.
Richards comparte que tras el incidente, las palabras “No eres gracioso” resonaban constantemente en su mente. “Él lo dejó claro, tan simple, mi mayor temor —no ser gracioso,” escribe el actor. “Más tarde, llegué a darme cuenta de que todo esto, todo lo que él dijo, soy yo. Mi inferioridad se manifiesta. Mi ira explota”, explicó.
Las secuelas del incidente fueron inmediatas y amplias. Tres días después del evento, cuando las imágenes ya circulaban ampliamente, Michael apareció en The Late Show with David Letterman para disculparse públicamente y calmar las aguas en los medios de prensa.
Según relata en sus memorias, sus compañeros de Seinfeld, Jerry Seinfeld, Jason Alexander y Julia Louis-Dreyfus, lo contactaron, pero él se sentía “avergonzado” y “preocupado por el desorden que podría salpicarles” al ser visto nuevamente juntos.
Asimismo, rechazó realizar entrevistas en aquel momento y, siguiendo el consejo de la actriz Frances Fisher, se retiró a México durante varias semanas en busca de reflexión personal. En un aparente viaje espiritual, Richards y su novia también visitaron Camboya, India y Tailandia.
El actor confiesa que tiene “algunos arrepentimientos” pero cree en la “continuidad del alma”, escribiendo que “los errores en la vida son necesarios”. Desde entonces, Michael Richards ha mantenido un perfil bajo en Hollywood. Su reaparición en la alfombra roja junto a su antiguo compañero de reparto Jerry Seinfeld, en el estreno de la película de este último, Unfrosted, fue una rara excepción.
Las memorias de Richards revelan más sobre el contexto emocional y profesional que rodeó el incidente de Los Ángeles. El comediante admite que aún cargaba con las secuelas del fracaso de The Michael Richards Show, su serie posterior a Seinfeld.
El show fue cancelado tras apenas ocho episodios en el año 2000. Este fracaso contribuyó a sus sentimientos de inseguridad y frustración, que finalmente se manifestaron de manera destructiva durante aquella desafortunada actuación en el Laugh Factory.
Las memorias de Richards también abordan su crianza poco convencional por una madre soltera, el trauma al descubrir la verdad sobre su padre, su tiempo en el Ejército, su ascenso ala estrellato al convertirse en Cosmo Kramer y las dificultades con la fama. También abordan el trabajo personal que ha realizado y su vida en los últimos 17 años, mayormente dedicados a la lectura y el estudio de la religión y filosofía.
“Estoy aprendiendo y sanando. Sanando y aprendiendo”, dice sobre su vida actual como esposo de la actriz Beth Skipp y padre de su hijo Antonio. “Pero la vida siempre es un sube y baja. Continúo trabajando a lo largo del día y la noche, la luz y la oscuridad que llevo dentro”.