La Policía de Los Ángeles (LAPD) y la Administración para el Control de Drogas (DEA) han iniciado una investigación criminal por el consumo de ketamina que llevó a la muerte del actor Matthew Perry. Según informaron fuentes del LAPD a The Times, las autoridades están investigando cómo el actor obtuvo tantas cantidades de esta droga.
El 28 de octubre, Perry fue encontrado muerto en la bañera de hidromasaje de su piscina en su hogar de Pacific Palisades. La autopsia reveló que tenía rastros de ketamina en el estómago. Sin embargo, la cantidad en su sangre era equivalente a la usada durante una anestesia general, informaron medios como TMZ. Los efectos cardiacos y respiratorios de la ketamina fueron fatales.
El Capitán Scot Williams de la División de Robos-Homicidios del LAPD explicó a The Times que la investigación cuenta con la asistencia de la DEA y del Servicio Postal de Estados Unidos. La toxina, además de causar sobreestimulación cardiovascular y depresión respiratoria, se vio acompañada por ahogamiento, enfermedad coronaria y efectos de buprenorfina, un medicamento para tratar la dependencia a opioides.
¿Cuándo empezó a ingerir sustancias tóxicas?
En su reconocido papel como Chandler Bing en la serie “Friends”, Perry ganó fama, lo cual incrementó su dependencia a sustancias. En su autobiografía de 2022, Perry mencionó que comenzó a abusar de sustancias desde los 14 años y, al momento de conseguir el papel en la serie, su consumo ya era significativo. Llegó a tomar hasta 60 pastillas al día en algún momento, relató en su libro.
De acuerdo con el médico examinador, Perry recibía terapia de infusión de ketamina cada dos días durante un período, aunque había reducido su consumo y la última infusión conocida fue diez días antes de su muerte. El informe de la autopsia dejó claro que la ketamina encontrada en su organismo no podía ser de esa infusión reciente, ya que esta sustancia típicamente desaparece en tres o cuatro horas después de su consumo.
El día de la muerte de Matthew Perry
El día de su fallecimiento, Perry había jugado pickleball alrededor de las 11 de la mañana. Según el informe del médico forense, su asistente lo vio por última vez a la 1:37 p.m. Más tarde, al regresar a casa, el asistente encontró a Perry boca abajo en el agua, lo sacó y llamó al 911. Los paramédicos lo trasladaron al césped, donde fue declarado muerto.
La ketamina, un fármaco legalmente usado como anestésico, se ha ofrecido cada vez más “fuera de etiqueta” en clínicas privadas para tratar la depresión y otros trastornos mentales, según el Dr. David Goodman-Meza, especialista en medicina de adicciones y enfermedades infecciosas de UCLA. Sin embargo, algunas personas la usan recreativamente para experimentar efectos eufóricos o disociativos, que pueden causar una sensación de estar separado de su propio cuerpo.
“El consumo a dosis altas puede acelerar el corazón, aumentar la demanda de oxígeno, y si alguien tiene enfermedad coronaria, sus arterias no podrán satisfacer esa demanda”, explicó el especialista.
En el momento de su muerte, Perry, quien tenía 54 años, no tenía otras drogas en su sistema y llevaba 19 meses sobrio. El informe forense también señaló que tenía diabetes y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, y que había sido fumador de dos paquetes de cigarrillos al día en algún momento.
Un investigador forense entrevistó a una persona cercana a Perry que lo describió como de “buen ánimo”. Según esta persona, había dejado de fumar dos semanas antes de su muerte y estaba reduciendo su consumo de ketamina.
El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos concluyó en 2006 que una dosis intravenosa de ketamina tiene efectos antidepresivos rápidos. Se han realizado alrededor de 300 ensayos clínicos, hallando que la ketamina actúa mucho más rápidamente que los antidepresivos tradicionales, aliviando la depresión por días o semanas.