En el marco del 77º Festival de Cannes, Francis Ford Coppola respondió a la prensa sobre su más reciente producción Megalópolis, durante una concurrida conferencia que inició con más de 30 minutos de retraso, según medios. La cita, que contó con la presencia de dos nietas del cineasta y el reparto del filme, se centró en aclarar múltiples detalles sobre este largometraje de ciencia ficción, cuyo desarrollo se extendió por cuatro décadas y requirió 120 millones de dólares del propio bolsillo del director.
Aunque la primera proyección del drama sci-fi dividió a críticos y audiencias, Coppola, de 85 años, se mostró visiblemente satisfecho por los resultados del filme. “Los aplausos que escuché me dieron alivio y alegría,” expresó el director, para quien esta es su primera película en competencia en Cannes desde Apocalypse Now hace 45 años.
El realizador de El padrino también abordó la decisión de financiar Megalópolis con sus propios recursos. “El dinero no importa. Mis hijos, sin excepción, tienen maravillosas carreras sin necesidad de una fortuna. Lo importante son los amigos”, dijo vía The New York Times. “Un amigo nunca te defraudará. El dinero se puede evaporar”.
Por ello, no se arrepiente de haber hecho realidad este largometraje; sea cual fuese el resultado comercial y crítico. “Hay tanta gente que cuando muere dice: ‘Ojalá hubiera hecho esto’”, reflexionó Coppola. “Cuando yo muera, podré decir ‘Hice esto, y vi a mi hija ganar un Oscar, y he hecho vino, y logré hacer todas las películas que quería‘. Voy a estar tan ocupado pensando en lo que logré, que cuando muera, ni me daré cuenta”.
La trama de Megalópolis se ubica en New Rome, una ciudad comparable a Nueva York, y sigue las desventuras de César Catilina (Adam Driver), un visionario arquitecto que lucha contra el alcalde conservador Franklyn Cicero (Giancarlo Esposito) y el radical Clodio Pulcher (Shia LaBeouf), en un esfuerzo por construir una sociedad utópica.
Coppola aprovechó el momento para comparar la situación política actual de Estados Unidos con la caída de la República romana, algo que se vinculó a la relevancia contemporánea de su obra. “Nuestra política nos ha llevado al punto donde podríamos perder nuestra república, y por eso no serán los políticos los que nos salvarán, sino los artistas,” explicó.
Durante su debut en Cannes, Megalópolis ha creado un debate entre quienes valoran la arriesgada propuesta de Coppola, y quienes la califican como una obra confusa y sin una brújula convincente.
El director también habló sobre lo difícil que ha sido encontrar compradores o distribuidores para llevar Megalópolis a las salas de cine de los Estados Unidos; aunque ya tiene garantizado un lanzamiento en IMAX y ha vendido derechos en zonas específicas de Europa.
“Los estudios tienen grandes deudas y su trabajo ya no es tanto hacer películas, sino pagar sus deudas. Las nuevas empresas como Amazon, Apple y Microsoft, que tienen mucho dinero, podrían ser el futuro, y los estudios que conocíamos desde hace tanto tiempo, algunos muy buenos, quizá ya no estén en el futuro”, cita The Hollywood Reporter.
A pesar de que la producción del filme podría ser descrita como extraña y poco convencional, los actores presentes en la conferencia se mostraron entusiastas con su participación en el proyecto. Adam Driver, que también intervino en la edición del filme, comparó el trabajo en la película como “teatro experimental”. Por su parte, Giancarlo Esposito admitió que muchas veces no sabía “qué iba a pasar” durante el rodaje, aunque la proyección en Cannes le permitió finalmente “entenderlo”.
En cuanto a su propensión a revisar y re-editar sus películas, Coppola no descartó hacer lo mismo con Megalópolis en el futuro, aunque ya ha comenzado a trabajar en un nuevo guion, lo que descarta su retiro. “Planeo estar aquí en 20 años”, aseguró.