El director australiano George Miller reveló que la actriz protagonista Anya Taylor-Joy tuvo alrededor de 30 líneas de diálogo en su nueva historia épica Furiosa: A Mad Max Saga, precuela de la aclamada Mad Max: furia en el camino de 2015.
En una entrevista con The Daily Telegraph, Miller explicó que prefiere el “cine puro” sin necesidad de subtítulos, inspirado en las obras mudas de Buster Keaton y Charlie Chaplin. “El problema con el diálogo es que tiende a ralentizar las cosas, y el cine es un medio que a menudo se disfruta mejor a gran velocidad”, declaró.
Aunque reconoció que las escasas líneas de Taylor-Joy seguramente serán un tema de conversación cuando Furiosa se estrene en el próximo Festival de Cannes.
“Furiosa” y el regreso de la saga “Mad Max”
La nueva película cubre 15 años de la vida temprana de la heroína titular, desde su secuestro infantil hasta una guerra tribal a gran escala. Miller señaló que concibió Furiosa y Fury Road simultáneamente en la década de 2000, inicialmente como relatos orales para el elenco antes de convertirlos en guiones.
“En ese entonces, sentía que estaba aprendiendo a contar historias. Ahora estoy tratando de entender por qué contamos historias en absoluto”, reflexionó el realizador de 79 años, quien ha dirigido películas tan variadas como Happy Feet y Las brujas de Eastwick.
En cuanto a la realización de este filme, el cineasta insistió en rodar las escenas de forma práctica en lugar de recurrir a efectos visuales generados por computadora. “Tuvimos que descubrir cómo hacerlo de verdad, porque el cerebro es muy bueno para captar la física. Si los movimientos de esos vehículos no son totalmente genuinos, es menos probable que el público compre lo demás”, explicó.
La solución fue construir una enorme estructura de andamios sobre ruedas que se movía junto al convoy de vehículos, con aviones teledirigidos colgando de cuerdas manipulables. Así se lograron tomas reales de ataques aéreos con paracaidistas, planeadores y cometas bombardeando los camiones.
Miller también habló sobre la supuesta tensión en el rodaje de Mad Max de 2015 entre Tom Hardy y Charlize Theron, quienes interpretaron a Max y Furiosa respectivamente. “Eran dos artistas muy diferentes. Hardy tiene un lado dañado pero también un brillo que viene con eso, y lo que sea que le estaba pasando en ese momento, había que sacarlo de su remolque. Mientras que Charlize era increíblemente disciplinada y siempre la primera en el set”, recordó.
A pesar de los roces, el director es optimista: “Vi su comportamiento como un reflejo de sus personajes, donde tenían que aprender a cooperar para asegurar la supervivencia mutua. No hay excusa para ello, y creo que hay una tendencia en este negocio a usar grandes actuaciones como excusa para otras disrupciones que podrían evitarse”.
Antes de filmar Furiosa, el director tuvo una charla preventiva con Anya Taylor-Joy y Chris Hemsworth, quien da vida al líder de un culto motociclista, sobre la importancia de un rodaje fluido y seguro, tanto física como psicológicamente.
“No es como en los viejos tiempos salvajes”, advirtió el cineasta. “Tienes que ser obsesivo con la seguridad física a medida que avanza el rodaje y se instala la fatiga, pero también la seguridad psicológica”.
Furiosa marca el regreso de Miller a la remota ciudad minera de Broken Hill, Nueva Gales del Sur, donde rodó Mad Max 2 en la década de 1980. Esta vez, su equipo creció hasta las mil personas, pero el paisaje árido siguió siendo idóneo para el mundo postapocalíptico de la franquicia.
El realizador señaló que cuando llegó por primera vez en 1981, no recibió una cálida bienvenida de la comunidad minera sindicalizada. “Eventualmente los convencimos”, dijo sobre su acercamiento inicial. Su equipo reutilizó una antigua mina a cielo abierto para representar Bullet Farm, uno de los pocos asentamientos en la Tierra Baldía.
“Era casi perfecto tal como lo encontramos. Todo lo que realmente tuvimos que hacer fue agregar una poterna (puerta secundaria)”, expresó Miller.