Melissa Gilbert, actriz recordada por su entrañable papel de Laura Ingalls en la icónica serie de televisión La Familia Ingalls, celebró este 8 de mayo su ingreso a las seis décadas de vida. A través de sus redes sociales, la artista demostró que recibe su cumpleaños con buen ánimo al compartir con sus seguidores una animación que, con una dosis de comedia, ironiza sobre los cambios y expectativas de esta nueva etapa.
En el vídeo, una conversación ficticia con un representante le detalla el “paquete de bienvenida a los 60″, que incluye desde la recepción de la tarjeta de Medicare hasta la elección entre una o dos siestas diarias, pasando por un inesperado amigo de 29 años que se integrará a su vida.
El clip también menciona la idea de la jubilación como un concepto más esquivo y se hace una referencia a los problemas de memoria que podría llegar a desarrollar.
Este enfoque jocoso sobre el paso del tiempo no es algo nuevo en la vida de Gilbert. La actriz ha hablado abiertamente en varias entrevistas sobre cómo su percepción sobre la edad y el envejecimiento ha evolucionado a lo largo de los años.
Tras una vida en el ojo público, luego de que su carrera iniciara los 9 años en La Familia Ingalls y viviendo en la vorágine de Hollywood durante las décadas posteriores, Gilbert aprendió a abrazar cada etapa de la vida con gracia y aceptación. “El envejecimiento no es una enfermedad”, dijo a PEOPLE en noviembre pasado. “Es tiempo de que celebremos el hecho de llegar a envejecer”.
La actriz destila una mezcla de aceptación y entusiasmo por esta nueva década de su vida, algo que ha sido una constante en sus recientes declaraciones a las publicaciones estadounidenses. La artista, casada desde 2013 con el actor Timothy Busfield, ha enfatizado la importancia de vivir auténticamente y encontrar alegría en las pequeñas cosas, como aprender a hacer quilting, una de las experiencias recientes que mencionó con orgullo.
Sin embargo, Gilbert ha sido franca sobre las presiones que enfrentó en el pasado por mantener cierta imagen dentro de la industria del entretenimiento. Cuando tenía 47 años, aceptó competir en el programa Dancing with the Stars y llegó a bajar mucho de peso. En esa época sí estaba obsesionada por “verse joven”. También probó inyecciones de botox, aunque no le gustó el resultado.
“Me convertí en el engendro de Satán con cejas puntiagudas. No tenía expresión facial, lo cual está prohibido teniendo en cuenta a lo que me dedico”, recordó en la publicación estadounidense. Su perspectiva cambió con los años, y ahora celebra su aspecto natural, al decidir alejarse de los tintes capilares y los rellenos faciales.
“Me cuido lo mejor que puedo, pero soy lo que soy”, afirma. “No voy a sacrificar mi propio bienestar porque alguien espera que yo sea algo distinto”.
La respuesta a su publicación de cumpleaños en Instagram fue abrumadoramente positiva, con fanáticos y seguidores celebrando su vitalidad y su enfoque sincero hacia la vida y el envejecimiento.
Tras su famoso papel de infancia, Melissa Gilbert aspira a enfrentar los próximos años con dignidad y humor. Ella espera trasladar esa perspectiva a otras personas de la misma generación con el lanzamiento de Modern Prairie, una marca de estilo de vida que promueve la conexión entre mujeres mayores.