Madonna brilló en el escenario de la icónica playa de Copacabana este sábado, marcando el cierre triunfal de su gira The Celebration Tour, un monumental homenaje a sus más de cuarenta años en la industria musical.
Sin embargo, la sorpresa llegó cuando la legendaria reina del pop, de 65 años, hizo ajustes en su actuación debido a una lesión en la rodilla, mostrando una rodillera de compresión elástica en su pierna izquierda para estabilizar la articulación afectada.
Este incidente no es nuevo en la trayectoria reciente de la artista, ya que Madonna ha estado lidiando con problemas de rodilla durante al menos cinco años.
En 2020, reveló en su perfil de Instagram que estaba a punto de someterse a un tratamiento regenerativo con la esperanza de restaurar el cartílago de su rodilla y aliviar el dolor que la llevó a cancelar varias fechas de su gira “Madame X” antes del estallido global de la pandemia de COVID-19. Durante ese período, se la vio en varias ocasiones utilizando muletas para desplazarse.
El detalle de la rodillera no pasó desapercibido para el público y se convirtió en tema de conversación entre los seguidores de la cantante en las redes sociales.
Algunos se preguntaron si era parte de su vestuario escénico, mientras que otros elogiaron la resistencia de Madonna al no permitir que sus limitaciones físicas interfirieran con su actuación, que se prolongó por más de dos horas.
La forma en que la cantante manejó la situación generó tanto bromas como admiración entre sus fans, quienes encontraron un punto de conexión personal con su ídolo a través de las adversidades y la fortaleza para superarlas.
Pasadas las 22:30, hora local, la artista estadounidense recorrió una larga pasarela elevada desde el emblemático hotel Copacabana Palace, donde se aloja, hasta el monumental escenario de 800 metros cuadrados, el doble de tamaño de los anteriores shows de la gira.
El estadounidense DJ Diplo calentó el ambiente en “la pista más grande el mundo”, mientras no paraban de llegar personas a la playa carioca.
Alba y Roxy Rueda, dos hermanas argentinas de 48 y 46 años, compraron los pasajes apenas comenzaron los rumores de su show en Rio meses atrás.
“Cuando cumplí nueve años, mi hermana mayor, que falleció el año pasado, me regaló el primer walkman con el cassette de ‘Like a Virgin’. Desde entonces no paramos de escucharla. Por eso para nosotras venir tiene que ver con el vínculo entre hermanas”, expresó Alba.
En el mar, decenas de yates y otras embarcaciones disfrutaban en primera fila del show estacionados al costado del escenario.
El sábado Copacabana bullía de excitación, aunque también con policías en casi cada esquina, en un intento de minimizar los habituales robos en masa.
“He estado escuchando a Madonna toda la semana. Es como si tuviera un gran subidón energético”, dijo una fanática identificada como lná Odara, una socióloga de 29 años que lució una frase de su ídola tatuada en el brazo: “Todo lo que aprendiste, trata de olvidarlo”.
“Madonna me ayudó a salir de la Iglesia católica, a pensar muchas cosas, a cambiar mi relación con mi familia”, agregó la mujer trans sobre Madonna, una activista de la causa LGBTI de larga data.
(Con información de AFP)