Siguiendo una tradición judía, Ben Stiller pisaba una botella de vidrio para llamar a la buena suerte cada vez que estrenaba una nueva película. Pero en 2016, cuando le llegó el turno a Zoolander 2, el vidrio traspasó la suela de su zapato y se cortó el talón. El presagio no era errado, la secuela fue un total fracaso tanto en taquilla como en crítica, un resultado que lo llevó a replantear su carrera por completo.
Stiller, quien escribió, dirigió, produjo y protagonizó el filme, albergaba grandes expectativas debido a que su predecesora de 2001 había alcanzado el éxito, logrando un estatus de culto dentro del género de comedia. “Pensé que todo el mundo quería esto”, reveló en una entrevista en el podcast Fail Better. “Y luego fue como, ‘Wow, realmente debo haber jodido esto. No todos asistieron. Y recibió críticas horribles”.
Según informes de Box Office Mojo, Zoolander 2 apenas logró recaudar USD 56 millones de dólares a nivel global, quedándose corto frente a su presupuesto de USD 50 millones de dólares.
El título contaba con el regreso de actores icónicos de la primera entrega, incluyendo a Ben Stiller, Owen Wilson, y Will Ferrell, además de incluir cameos de populares celebridades como Justin Bieber y Katy Perry. La fórmula era aparentemente infalible, pero recibió una calificación negativa de 22% en Rotten Tomatoes por parte de la crítica, y los espectadores tampoco se quedaron atrás.
Los comentarios negativos se centraron en lo “poco divertido” y “escasamente inteligente” del resultado. En los Premios Razzie de 2017 (que reconoce a las peores películas del año), obtuvo el mayor número de nominaciones, con nueve menciones en total.
“Realmente me asusté porque pensé: ‘No sabía que era tan malo’. Lo que más me preocupó en ese caso fue que estaba perdiendo lo que creo que es gracioso, el cuestionamiento a uno mismo. Zoolander 2 fue una sorpresa para mí. Y definitivamente me afectó durante mucho tiempo”, comentó Stiller.
Tras esta experiencia, el cineasta tomó una pausa para sentarse consigo mismo y lidiar con el fracaso del filme, así como replantear sus otros proyectos en pie. “Lo maravilloso que surgió de eso para mí fue simplemente tener un espacio donde, si hubiera sido un éxito y me hubieran dicho ‘Hagan Zoolander 3 ahora mismo’ o me hubieran ofrecido alguna otra película, y probablemente habría saltado para hacer eso”, reflexionó Stiller.
El periodo de introspección finalmente se convirtió en un catalizador para diversificar su carrera, además de explorar y profundizar en sus verdaderas pasiones y capacidades creativas, descartando la comedia. “Incluso si alguien dijera ‘Bueno, ¿por qué no haces otra comedia?’ No. Seguro sí se me habría ocurrido algo, pero simplemente no quería. Simplemente estaba herido”, añadió.
Finalmente, la confrontación con la realidad lo impulsó a rencontrarse con su verdadera vocación. “Se trataba de encontrarte a mi mismo en términos de lo que creativamente quería ser y hacer. Siempre me encantó dirigir, hacer películas. Desde que era un niño, y no eran necesariamente comedias”, sostuvo.
En los años posteriores, su nueva orientación lo llevó a dirigir el aclamado drama criminal Fuga en Dannemora (2018), producción por la cual recibió un premio DGA a la mejor dirección en la categoría televisiva, y una nomiación al Primetime Emmy. Por otro lado, en 2022, produjo y dirigió la serie Separación, sumando una segunda nominación al Emmy.
Su último proyecto lo traerá de vuelta a las salas de cine desde el infame Zoolander 2. The Seven Five es el próxima drama criminal de Stiller en colaboración con Amazon/MGM. Las primeras conversaciones para el protagónico del filme se están realizando con nada menos que Jeremy Allen White, de El oso. Paralelamente, el guion se encuentra en desarrollo por Tony McNamara, responsable de La favorita y Pobres criaturas.