Las historias en torno a Juego de tronos son diversas, van desde anécdotas divertidas y amistades en el set hasta experiencias poco agradables como los siempre incómodos desnudos para escenas sexuales o el dolor que acarreó físicamente para los actores filmar algunas partes de la serie. Este último es el caso de Hannah Waddingham, quien confesó recientemente en una entrevista para The Late Show With Stephen Colbert que aún sufre de “claustrofobia crónica” como resultado de un momento particular de la sexta temporada.
Durante esta toma, su personaje, Septa Unella, es torturado por Cersei Lannister, interpretada por Lena Headey. La mujer es sometida a un ahogamiento simulado con vino durante diez horas. Waddingham describió el proceso como “horrífico”, aunque se mantuvo en un rol profesional de principio a fin.
“No había dobles, pero Juego de tronos me dio algo que no esperaba de y es claustrofobia crónica”, explicó. “Fue horrible. [Tuve] 10 horas de ser realmente ahogada”, agregó.
Según contó la también estrella de Ted Lasso y Sex Education, se encontraba atada a una mesa con correas de cuero y, por ende, su cuerpo no tenía movilidad: “No podía levantar la cabeza porque se notaría demasiado que estaba floja. Tenía jugo de uva por todo el pelo y se me puso morado, no podía hablar porque La Montaña me tapaba la boca con la mano mientras yo gritaba y tenía marcas de correas por todo el cuerpo como si me hubieran atacado”.
Al salir de grabar la escena, Hannah se encontró con su compañero de elenco, Eugene Simon (Lancel Lannister en la ficción) y cayó en cuenta de que ambos estaban en muy mal estado. “Se lo conté todo y me dijo: ‘Tienes suerte. Llevo cuatro días arrastrándome por la mierda hasta los codos’”, detalló la actriz en el programa de entrevistas.
Actuar en “Juego de tronos” fue tan horrible como un parto
En 2021, la artista británica Hannah Waddingham ya había discutido su experiencia en Juego de tronos durante una entrevista con el portal Collider y comparó esta misma escena del ahogamiento con dar a luz a su hija. “Y allí estuve atada a una mesa de madera con grandes correas durante diez horas. Y definitivamente, aparte del parto, fue el peor día de mi vida”, expresó. Sin duda, compartir la situación con actores o miembros de la producción también fue todo un proceso.
“Lena estaba incómoda vertiéndome líquido en la cara durante tanto tiempo, y yo estaba fuera de mí”, añadió sobre este momento bastante surreal porque “lo gracioso fue que, después de rodar todo el día, gente como Miguel Sapochnik, el director, pasaba con una taza de té y un sándwich y me decía: ‘Hola, cariño, ¿estás bien?’. Y yo decía: ‘La verdad es que no’. ‘El equipo me acaba de decir que en realidad te estábamos ahogando’. Y yo dije: ‘Sí, no hace falta que me lo digas’”.
Y concluyó con una dura, pero poderosa, frase que identifica a la serie: “No has estado en Juego de tronos a menos que te hayan maltratado mucho, mucho”.
La escena en cuestión, que caracterizó a Cersei Lannister tomando represalias contra Unella (Waddingham) tras el destrozo del Septo de Baelor, fue originalmente concebida de manera aún más oscura antes de ser alterada a la versión final que el público vio en pantalla. Este cambio mantuvo el enfoque en la intensidad emocional y física sin cruzar ciertos límites éticos.
Las declaraciones de Hannah Waddingham sobre esta experiencia y las dificultades enfrentadas en el set de Game of Thrones se suman a las expresiones de otros miembros del elenco como Kit Harington, Maisie Williams y Emilia Clarke, quienes también han revelado experiencias sumamente complicadas al momento de grabar esta serie que se convirtió en todo un fenómeno de la cultura pop.