Donald Trump, ex presidente de Estados Unidos y nuevamente candidato republicano a la Casa Blanca, no desaprovechó la oportunidad de criticar una vez más la ceremonia de los Premios Oscar, evento al que ha dirigido varias críticas a lo largo de los años, convirtiendo sus comentarios en una especie de tradición de la noche de los Oscar. En esta ocasión, su objetivo fue el presentador de la noche, Jimmy Kimmel, durante una ceremonia en la que “Oppenheimer” y “Poor Things” se llevaron la mayoría de los galardones.
A través de una publicación en su red social Truth Social, Trump arremetió contra las habilidades de Kimmel como presentador: “¿Ha habido ALGUNA VEZ un PEOR ANFITRIÓN que Jimmy Kimmel en los Oscar?”, escribió. “Su apertura fue la de una persona menos que promedio tratando demasiado de ser algo que no es, y nunca podrá ser”. Kimmel, conocido por su habilidad para manejar críticas con humor, respondió durante la transmisión en vivo: “Gracias, Presidente Trump. Gracias por mirar, ¿ya pasó su condena en prisión?”.
Este no es el primer ataque de Trump hacia la Academia o sus ceremonias. En 2021, cuestionó el cambio de denominación de “Academy Awards” a “Oscar”, sugiriendo que el primero era un nombre más importante y elegante. Además, criticó las declinantes cifras de audiencia de las transmisiones, sugiriendo que seguirán empeorando si continúa la “fórmula ridícula” actual.
Trump también expresó su descontento en 2020 tras la victoria de “Parasite”, del director Bong Joon-ho, en la categoría de Mejor Película, preguntándose qué era lo que significaba que una película de Corea del Sur ganase el premio en medio de tensiones comerciales. En ese momento, añadió su añoranza por películas clásicas como “Gone with the Wind” y “Sunset Boulevard”, y también criticó a Brad Pitt, quien esa noche recibió el Oscar a Mejor Actor de Reparto, llamándolo “un pequeño sabelotodo”.
En 2017, Trump aprovechó el error que ocurrió cuando “La La Land” fue anunciada erróneamente como ganadora de Mejor Película sobre “Moonlight” para criticar el enfoque político de la ceremonia, sugiriendo que esto había desviado la atención de su organización.
En su más reciente crítica, Trump propuso al locutor George Stephanopoulos como un posible reemplazo para Kimmel en futuras ceremonias, etiquetándolo de “otro talento lavado pero barato de ABC”. Finalizó su crítica hacia la ceremonia en general, calificándola de políticamente correcta, aburrida, y sesgada, instando a que los premios Oscar sean entregados a quienes realmente los merecen, sugiriendo que esto podría restaurar las cifras de audiencia y “Hacer América Grande Otra Vez”.