Sinéad O’Connor falleció este 26 de julio a los 56 años de edad en circunstancias que aún no han sido esclarecidas. La cantautora tuvo un inicio muy prometedor en la industria musical gracias a su álbum debut The Lion and The Cobra de 1987, pero sería hasta 1990, con el lanzamiento del sencillo Nothing Compares 2U que se convertiría en un fenómeno global.
El público esperaba grandes cosas de O’Connor, pero lo cierto es que pocos conocían a la verdadera artista detrás del éxito que fue Nothing Compares 2U, una pieza que ni siquiera escribió Sinéad, sino Prince. Incluso esta canción, que fue creada con la intención de narrar otra historia de desamor, Sinéad la transformó en un requiem para su madre, con quien tuvo una relación muy complicada hasta el momento de su muerte.
Sinéad siempre fue una artista dedicada a la música de protesta, con la que buscaba generar consciencia de las injusticas del mundo. En resumen, si el público conocía a Sinéad por Nothing Compares 2U, simplemente no la conocía.
En este contexto, a la NBC le pareció una gran idea llevar a Sinéad a Saturday Night Live el 3 de octubre de 1992, mientras la cantautora aún disfrutaba de una gran popularidad y tan sólo un mes antes había lanzado su tercer producción discográfica Am I Not Your Girl? (aunque con críticas generalmente negativas).
Aquella noche, Sinéad salió al escenario con el tema Success Has Made a Failure of Our Home, brindando una interpretación soberbia gracias a la poderosa voz que la caracterizaba. Para su siguiente intervención en el programa, se había ensayado que la cantautora interpretara una versión a capella de su tema Scarlet Ribbons, el cual concluiría con ella mostrando la foto de un niño hambriento.
Al parecer, los productores de Saturday Night Live no tenían problema en mostrar la faceta contestataria de O’Connor, de hecho, la idea de mandar un mensaje contra la violencia infantil parecía una gran idea. No obstante, la cantautora hizo unos pequeños cambios de último momento. En vez de cantar Scarlet Ribbons, Sinéad optó por cantar War, tema original de Bob Marley que hace un llamado en contra de los conflictos bélicos y en favor de que las personas del mundo se vean como iguales.
Los productores no vieron problema y dieron luz verde, y de esta forma, O’Connor volvió al escenario. La interpretación fue captada por una sola cámara; Sinéad estaba rodeada de velas y un atril con un micrófono, adornado con una cinta rastafari. La cámara prácticamente estática miraba fijamente a Sinéad y esta le devolvía el vistazo, apenas parpadeando, creyendo en cada una de las palabras que el emperador Haile Selassie I de Etiopía había decretado en 1963 y que en 1976 parafrasearía Marley en War.
La poderosa interpretación de Sinéad terminó casi como se había ensayado. Sacó una foto de su bolsillo, pero no era la del niño hambriento, era una fotografía del papa Juan Pablo II que rompió ante las cámaras y una audiencia completamente en shock. O’Connor tiró los pedazos al suelo mientras recitaba la frase: “Sabemos que ganaremos. Confiamos en la victoria del bien sobre el mal”.
Lo que llegó después para O’Connor tanto esa noche como el resto de su carrera se puede resumir en una palabra: silencio. El clásico letrero de los shows en vivo que dice “aplausos” no fue encendido, de regreso al backstage no había nadie esperándola, su mánager se encerró en el camerino y por días cortó comunicación con ella.
Semanas después, durante el homenaje a Bob Dylan en el Madison Square Garden, Sinéad fue recibida por un mar de abucheos, que desesperadamente buscaban callarla.
La industria musical hizo lo propio, cancelando presentaciones de Sinéad, quitándole apoyo mediático a sus discos, a tal grado que un considerable grupo de personas se reunió para destruir álbumes de la cantautora con una aplanadora en Nueva York; todo con la intención de silenciarla.
Otras personalidades también despotricaron contra Sinéad. El actor Joe Pesci aseguró que de haber estado presente le hubiera dado “semejante bofetada” a la cantante, mientras que Madonna se limitó a decir que “había una mejor manera de presentar sus ideas en lugar de romper una imagen que significa mucho para otras personas”.
Las motivaciones de Sinéad
La respuesta rápida es que la cantante buscaba llamar la atención sobre los casos de abuso sexual en los que la iglesia católica se había visto involucrada en ese entonces. No obstante, hay un trasfondo más complicado.
Como se mencionó anteriormente, Sinéad tuvo una relación muy difícil con su madre, quien al momento de morir, la única fotografía que tenía en su cuarto era aquella del Papa Juan Pablo II. Más adelante en su autobiografía titulada Rememberings, O’Connor explicó que siempre tuvo intenciones de romper esa foto, sólo buscaba el momento correcto.
“Mi intención siempre había sido destruir la foto del Papa que tenía mi madre. Representaba mentiras, mentirosos y abusos. El tipo de gente que guardaba estas cosas eran demonios como mi madre. No sabía dónde, cuándo o cómo lo haría, pero la rompería cuando llegara el momento justo. Y con eso en mente, la llevé cuidadosamente conmigo a todas partes desde entonces. Porque a nadie nunca le importaron una mierda los niños de Irlanda”.
Y aunque es un hecho que tras este controversial momento se le cerraron muchas puertas a Sinéad, la cantautora aseguró que si su carrera se truncó, no fue por el incidente, sino porque realmente nunca hizo música para las masas.
“La falsa idea de que mi carrera se descarriló al romper la foto del Papa. Mi carrera se descarriló porque tenía un tema número uno que me convirtió en una estrella del pop, lo cual no era. Yo era un cantante de protesta”.
Por supuesto, muchas personas que se sintieron indignadas por el acto de O’Connor argumentaron que la cantante odiaba el cristianismo; no obstante, Sinéad era una mujer profundamente católica, a tal grado que fue ordenada sacerdote en la Iglesia Tridentina Latina, la cual está separada de Roma.
Más tarde, sus convicciones religiosas la llevarían a convertirse al Islam, otro momento que volvería a envolverla en polémica.
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