Desde esta semana está disponible en Netflix el documental Tú no me conoces que busca revelar las luces y sombras de lo que fue la controversial vida de Anna Nicole Smith, una de las mujeres más codiciadas de los años noventa.
Con sus 182cm de estatura, unos pechos “mas grandes que la vida” y una habilidad natural para seducir a la cámara, parecía que Anna había nacido para destacar entre la multitud, idea con la que se obsesionó desde sus primeros años viviendo en un pequeño poblado de Texas.
Anna hizo todo lo que estuvo en sus manos para conseguir lo que desde niña le aseguraron que iba a tener, y aunque por un momento parecía que había tocado el cielo, su suerte cambió y se volvió una de las historias más trágicas de Hollywood.
Todo comenzó con pollo frito
Antes de ser Anna Nicole Smith, Vickie Lynn Hogan era una niña de Mexia cuyos conocidos y familiares aseguran que llamaba la atención de inmediato. Su madre declaró en su momento que cuando salían al centro comercial o cualquier lugar concurrido, decenas de hombres de todas las edades la perseguían y le prometían el cielo y las estrellas.
Vickie nunca fue buena para la escuela, por lo que a los 14 años decidió abandonarla y comenzó a trabajar en un restaurante de pollo frito, donde, para variar, todos los hombres le pedían su número. Una noche, Vickie le dijo a uno de los trabajadores que la llevara a casa; para sorpresa de todos, sobre todo de Vickie, quien no estaba acostumbrada a recibir un “no” por respuesta”, el chico de nombre Billy Smith, se negó.
De esta manera tan peculiar, comenzaría una historia de amor. Vickie tenía 17 y Billie 16 cuando se casaron. Billie era un hombre muy celoso según Vickie, no la dejaba salir de casa mientras el trabajaba, y con la idea de “no volver a estar sola”, decidió tener a su primer bebé. En 1986, nació Daniel Wayne Smith, quien muchos aseguran, fue el único y más grande amor que tuvo Vickie Lynn en toda su vida.
La rutina que Vickie estaba llevando con Billie no la estaba haciendo feliz, por lo que decidió tomar sus maletas e irse con su hijo en brazos para buscar fortuna en otro lado.
La vida como stripper
Vickie llegó a Houston con el sueño de triunfar. Sin tener muchas opciones, optó por quitarse la ropa por dinero, y si la gente considera que es un trabajo indigno, es porque no vio la cantidad de billetes que Vickie lograba generar en una noche. El principio no fue fácil; Vickie entro al Rick’s Cabaret de Houston tímida, asustada y hasta asqueada, pero una persona la ayudaría en este difícil camino: Missy, una bailarina veterana que le mostró cómo debía manejarse en el negocio para que consiguiera todo el dinero que quisiera.
Los consejos de Missy funcionaron, y en poco tiempo, hombres de todo Texas hacían fila por ver bailar a Vickie. La relación se estrechó entre Vickie y Missy; en el documental de Netflix, Missy revela que también fueron amantes, pero además grandes confidentes. Vickie le dijo que lo único que la separaba del éxito eran sus pechos pequeños, pero gracias a las ganancias que dejaba la vida de stripper, Vickie logró ponerse implantes y teñir su cabello de rubio.
El dolor de la cirugía de senos fue tal que comenzó a consumir calmantes como si fueran dulces, lo que años más tarde le traería muchos problemas, sin embargo, en ese momento el cielo era el límite, la leyenda de Anna Nicole Smith estaba iniciando.
La noche que encontró oro negro mientras bailaba
J. Howard Marshall II era un multimillonario petrolero de 86 años que acababa de quedarse viudo, lo cual lo llevó a una profunda depresión y visitar varios clubes nudistas. Ahí se encontró con una exuberante mujer que destacaba entre todas, una chica de 24 años que parecía la reencarnación de Marilyn Monroe.
El cuerpo de Vickie no lo era todo, su actitud de niña inocente campirana hacía que los hombres se derritieran por ella y se desvivieran por cumplir todos sus caprichos. Así lo hizo Howard, quien se encargó de sacarla del club nudista y movió todas sus influencias para hacer realidad todos los sueños de Vickie.
De tener tres trabajos para darle una vida digna a su hijo Daniel, Vickie pasó a tener autos de lujos, mansiones, viajes al extranjero y todo lo que el dinero de Howard podía comprar. A pesar de todo lo que se especuló en su momento, Vickie aseguró en varias ocasiones que amaba a Howard, quizá como la figura paterna que nunca pudo tener durante su infancia.
Howard no quiso que Vickie se quedara en casa siendo hermosa, quiso que sus influencias la ayudaran a llegar más lejos. En 1992, un amigo de Vickie (que no hubiera conocido de haberse quedado en el stripclub), le mencionó que Playboy estaba haciendo audiciones, y el resto, es historia.
El decepcionante reencuentro con su padre
Fue en este punto cuando Vickie completó su transformación en Anna Nicole Smith. En 1993 se había convertido en Playmate del año, y con el tiempo, otras marcas de renombre como Guess y H&M, la firmaron y la convirtieron en el rostro favorito de los paparazzis.
El mundo parecía estar en la palma de la mano de Anna, incluso participó en algunas películas como El gran salto y ¿Y dónde está el policía? 33⅓: El insulto final, lo que la llevaron a ser conocida fuera de las revistas para adultos.
Todo parecía en perfecto balance hasta que Nicole decidió ponerse en contacto con su padre, que la había abandonado cuando ella era apenas una niña. La reunión se dio en California junto a su hermanastro Donnie; visitaron Disneyland, la Mansión Playboy y la vida fue un completo sueño durante tres días. Anna nunca volvió a ver a su padre y Missy asegura en el documental que fue porque intento abusar de ella.
Donnie dijo que lo veía como algo posible, pues años antes, su padre le había confesado que había abusado de una menor de edad, considerándolo “un verdadero monstruo”. A partir de aquí, la vida de Nicole fue completamente en picada.
El pozo petrolero se agota
La decepcionante reunión con su padre hizo que Nicole se llenara de alcohol y analgésicos hasta terminar en el hospital. Su imagen pública se vio muy afectada y las marcas que la habían apoyado durante varios años, le dieran la espalda. En un momento de desesperación, Nicole decidió casarse finalmente con J. Howard Marshall II el 27 de junio de 1994, no sólo para proteger sus intereses, sino también el de su hijo, a quien Howard adoptó con la intención de convertirlo en heredero.
Lo que Howard quizá no recordaba es que él ya tenía dos herederos: J. Howard Marshall III y E. Pierce Marshall. Este último vio con muy malos ojos la relación de su padre con Smith, por lo que decidió congelar todas las cuentas de Howard. 14 meses después de haberse casado, Howard falleció, y tras un escandaloso juicio con Pierce Marshall, Anna Nicole se quedó sin ver un sólo centavo de la fortuna de Howard.
De la sensualidad al hazmerreir
Los años venideros no fueron mejores; tras un tiempo en reclusión, Anna Nicole Smith regresó a la televisión con un reality show que llevaría la intimidad de su vida a las pantallas de toda la unión americana. El programa se encargó de ridiculizar su figura, mientras que los medios criticaban su evidente aumento de peso e incluso su inteligencia, con titulares como “¿Qué tan tonta es Anna Nicole Smith?”
A partir de estas críticas, Anna comenzó una estricta dieta y regresó a los medios con el cuerpo de impacto que la habían convertido en todo un fenómeno; esta obsesión por el peso hizo que su ansiedad y adicción a las drogas empeorara cada día más. La gente que amaba y que la amaba se alejó.
La burla en la que se había convertido continuaba vigente, por lo que la idea de tratar de seguir complaciendo a los medios se acabó. Anna anunció que estaba embarazada de su nueva pareja, el abogado Howard K. Stein (más tarde se revelaría que el hijo era realmente de su fotógrafo Larry Birkhead) y se fueron a vivir a Las Bahamas.
Un nuevo comienzo
El 7 de septiembre de 2006 nació la segunda hija de Anna Nicole Smith, Dannielynn. Daniel, su hermano, llegó al siguiente día para conocer a la pequeña Dannielynn. Tan sólo tres días después, el cuerpo de Daniel fue encontrado sin vida; según las autoridades de Las Bahamas, Daniel murió debido a una sobredosis de drogas, tanto de analgésicos como de sustancias más fuertes.
En los siguientes cinco meses, Anna Nicole se convirtió en un zombie cuyo único deseo era dormir para olvidar el dolor de perder a su hijo. El 8 de febrero de 2007, Anna fue encontrada inconsciente en una habitación del Seminole Hard Rock Hotel & Casino en Hollywood, Florida. Después de haber intentado darle RCP durante 15 minutos, Anna fue trasladada al hospital y fue declarada oficialmente muerta a las 2:49 pm. Investigaciones posteriores declararon que una sobredosis de toda clase de analgésicos fue la razón de la muerte.
La mentira que todos creyeron
Previo a su muerte, Anna Nicole confesó en una entrevista que había sido maltratada por su madre durante su niñez, además de haber sido abusada sexualmente. En el documental de Netflix, su amiga Missy aseguró que esa no era la historia de Anna Nicole, sino de ella.
Una llamada entre Anna y su madre, fue publicada, donde esta última le preguntó a su hija por qué mintió, a lo que Anna respondió: “Gano más dinero contando historias tristes que contando historias felices”.
Incluso en sus últimos momentos, Vickie Lynn creyó su mentira, y su obsesión por ver su rostro en todos lados, condenaron su vida desde aquella noche en la que cruzó las puertas del Rick’s Cabaret de Houston.
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