Juanes nos abrió las puertas de su casa, literalmente. Un rápido viaje a Medellín, al espacio personal de Juan Esteban Aristizábal le permitió a Infobae conocer en exclusiva las 11 canciones escritas por el cantante para su nuevo álbum, llamado “Vida Cotidiana” y ver videoclips antes de que se lanzaran en la noche de este 18 de mayo, así como tener una conversación con el artista sobre el proceso creativo de este lanzamiento.
Han pasado cuatro años desde que el colombiano realizó un álbum en el que todas las canciones fueran totalmente suyas, el último fue “Más futuro que pasado”, en 2019. Ahora, sobre “Vida Cotidiana”, Juan Esteban asegura que hizo un álbum buscando reencontrarse con su creatividad y expuso en sus canciones situaciones difíciles que ha enfrenado como padre, esposo, colombiano y artista a lo largo de la pandemia.
Tras escuchar “Gris”, “Amores prohibidos”, “Veneno”, “Vida cotidiana”, “Canción desaparecida”, “Más”, “El abrazo”, “Ojalá”, “Vuelo”, “Mayo” y “Cecilia”, no sólo queda en claro la capacidad que tiene el paisa para componer, la cual reforzó en medio de la pandemia con clases, sino que Juanes es rock, no importa cómo suene.
Sí, puede explorar, ir y volver, pero cuando sintió que estaba perdiendo su esencia decidió regresar a sus raíces -con su álbum “Origen”-, lo que resultó en un extenso proceso creativo y en la composición de al menos 40 canciones en medio de la pandemia. Así llega a las plataformas “Vida cotidiana”, un álbum que presenta las reflexiones de un Juanes mucho más maduro, interesado en mostrarse real ante su público.
Infobae: Hay algo particular con este álbum, que se llama “Vida Cotidiana”, porque las canciones las escribiste en medio del confinamiento por la pandemia, que nos quitó lo que teníamos en nuestra cotidianidad.
Juanes: Sí, este álbum nació ahí porque en ese momento del covid llegó a mí un tiempo extra con el que no contaba. Eso implicó poder regresar a mi casa, porque normalmente en mi vida cotidiana yo no estoy casi nunca en la casa, siempre estoy viajando, entonces fue como un momento en el que, claro, estaba muy asustado y muy extrañado con todo lo que pasaba en el mundo, pero al mismo tiempo decía: Dios mío, gracias por este tiempo que me estás regalando de estar en mi casa con mis hijos, con Cecilia (Karen Cecilia Martínez, su esposa), descansar de los viajes y al mismo tiempo sentarme a componer.
Empecé a vivir, después de mucho tiempo, esa experiencia de vivir en la casa, de la vida cotidiana. Convivir más con los hijos y con la esposa, lo que implicó cosas hermosas y también conflictos, situaciones de la vida normal. Creo que fue muy chévere por eso y porque tuve la oportunidad de ponerme a estudiar cosas que a veces quieres hacer, pero nunca tienes tiempo. Estudié un poco de armonía musical, de canto, de guitarra, de poesía y después decía: “Dios mío, qué pesadilla es esta”, no sé, era muy raro todo.
— Precisamente dentro de todo eso tan extraño, es muy raro imaginarse a Juanes estudiando música después de más de dos décadas de carrera ¿Había mucho por aprender todavía?
— Muchísimo, yo creo que la música es un lenguaje que nunca termina. Siento que siempre hay que seguir estudiando, para mí era clave poderme meter en un mundo en el que pude encontrar unas llaves para abrir otras puertas en armonía y creo que eso se nota mucho en el disco, hay otro nivel en ese aspecto de composición. Me siento feliz por eso y porque las canciones reflejan las situaciones normales y cotidianas de una familia y también las mías con el mundo, porque no todo era de mi relación con mi esposa y mis hijos, también era de mi relación con el mundo.
— ¿Fue el confinamiento el que sacó a flote esas problemáticas que tenías en tu vida personal y con la manera en la que estabas haciendo tu música?
— No creo que el confinamiento haya sido culpable de eso, fue haber tenido tiempo de convivir más y de estar en el día a día de la casa, claro. Ver a mi hija mayor pasar de quinceañera a la mujer joven y todo lo que eso implica para los papás; también de la ansiedad que generaba pensar en “ahora qué va a pasar, qué vamos a hacer, qué es esto, mi mamá estará bien, no puedo trabajar” y una cantidad de situaciones ahí extrañas más toda la convulsión del mundo. Todo eso me daba angustia.
— Cuando escuchamos la canción “Vida Cotidiana” cada uno puede darle su interpretación a manera personal, pero después descubrimos que es una canción para tu hija mayor ¿Cómo un papá vive ese momento en el que su hija crece y quiere volar?
— Es muy loco, porque yo viví eso mismo cuando tenía 15 años y vivía acá en Medellín, también era medio rebelde con mi papá y con mi mamá, hacía todas esas locuras que en ese momento no entendía lo que significaban para ellos. Después, a mí me tocó vivir eso con mi hija mayor, entrando en esta etapa de rebeldía donde yo no podía comprender que ella quería independencia. Yo no lo entendía. Eso me generó mucho estrés y muchas discusiones con Cecilia y con Luna, hasta el punto de que yo era indiferente para ella, como invisible, como que no existía; le pasaba por el frente y ni me saludaba; estaba muy frustrado. Afortunadamente entiendo que es la adolescencia, hoy tiene 19, casi para cumplir 20, y somos súper parceros, nos amamos demasiado, tengo una relación increíble con ella y creo que simplemente fue un momento de la vida en el que yo tuve que aprender a crecer, obviamente que ella también aprendió, pero creo que en este caso fui yo quien tuvo que entender su mundo y sus deseos.
— ¿Cómo se dio esa transición entre “Gris”, una canción sobre un momento difícil de tu relación con Karen, y “Cecilia”, una mucho más romántica dedicada a su esposa?
— “Gris” es el lado más triste y oscuro del disco para mí, porque fue un momento donde yo sentí que mi relación con Cecilia había terminado, después de una discusión que tuvimos por esa situación y otras como que llegamos a un punto en el que no queríamos más. Yo sentía una tristeza profunda por ese final y “Gris” habla de ese preciso momento. “Me voy solo con mi amor”, o sea, estoy mal conmigo mismo, me odio, no estoy cómodo y quiero gritar. Pero al mismo tiempo es una de mis mejores canciones, yo la escucho y digo ‘Dios mío, qué loco, que para haber hecho esta canción, que yo creo que es una de mis mejores canciones, haya tenido que pasar lo que pasó'.
Pero bueno, era lo que tenía que pasar y la música fue como un filtro para pasar todo ese momento y terminar en “Cecilia”, que es la otra canción y una respuesta a “Gris”. En esa canción hablo de perdonar, de volver a comenzar, de mirarnos a los ojos, de bailar juntos la vida porque eso es lo más importante. Además, se suma Juan Luis Guerra a cantar conmigo y eso ya es todo, porque eso para mí es un sueño increíble contar con Juan Luis y sabiendo que a Karen también le gusta mucho, pues como que era muy emocionante.
— Ya hablamos de tus hijas y de Karen, pero tu hijo Dante también tuvo su participación en este álbum, lo vemos en el video de “Veneno” ¿Qué rol jugó Dante en toda esta historia?
— Dante es mi fuerza. Paloma y Luna son como mis alas y él es mi fuerza, él es esa energía distinta a mis dos chicas, es brutal. Él protagoniza ese video y es un boxeador, es David contra Goliat, un chico peleando contra un gigante. Es un poco ese niño interior mío luchando contra esos demonios y también contra esas relaciones tóxicas con el trabajo, con los amigos, las exnovias; mejor dicho, uno se mete en unos líos al abrir el corazón a ciertas personas que terminan traicionándote y es duro cuando eso pasa. Es un veneno que se te va metiendo por las venas, pero hasta cierto punto, porque llega el momento en que reaccionas, superas eso y te vuelves más fuerte.
— ¿Qué tal se sintió alejarse de ese panorama de la industria que espera éxitos y subir en los listados de los más escuchados, para hacer canciones que representan y exponen más tu día a día?
— Fue un proceso que no viví de un día para otro. Creo que Sebastián Krys, que es mi gran amigo y co-productor en el álbum, tuvo que ver un poco con eso, porque yo le mandaba demos, estaba sentado en mi estudio y no sabía qué canción hacer, no quería hacer lo que estaba de moda, porque los formatos también han cambiado mucho y siguen cambiando y yo no quiero estar persiguiendo los formatos ¿me entiendes? porque creo que en ese proceso de perseguir esos formatos es donde uno fácilmente se puede desvirtuar como artista y las veces que lo intenté no me sentí cómodo, hasta que un día dije, “basta, voy a volver a mirar hacia adentro, a hacer las canciones que a mí me gustan, con lo que yo me siento cómodo, hablando de lo que yo estoy viviendo”. Realmente no me interesa si es número uno o no, no quiero hacer nada que sea de moda, quiero hacer canciones que hablen de la realidad de mi vida que es lo que yo puedo contar, por eso tomé este camino en el que estoy ahora, me siento feliz de hacerlo.
— Este es el primer álbum con canciones escritas por ti, después de cuatro años. ¿Qué diferencias notas entre el Juanes que escribió todas las canciones del álbum “Más futuro que pasado” y el de “Vida cotidiana”?
— Hay una gran diferencia. Cuando estaba haciendo “Más futuro que pasado” creo que estaba tratando de experimentar un poco con otros géneros y trabajando de formas distintas a las que yo trabajo normalmente; no me arrepiento para nada, es decir, me sacó de mi zona de confort y me puso en un lugar incómodo, pero no era yo 100%. Era como si en esas canciones estuviera un pedazo de mí, pero no todo yo, mientras que ahora es cien por ciento mío, es mi esencia, es mi vida, mi guitarra, mi sonido y mi mundo. A mí, como compositor y como artista, me llena demasiado. Pero obviamente manejo mis expectativas, como puede que a la gente le parezca chévere, puede que no, pero es lo que soy.
— ¿Y esa también sería la razón por la que justo antes de este álbum lanzaste “Origen”, en el que regresas a esas canciones que marcaron tu infancia?
— Es una gran razón, sí. Después de “Más futuro que pasado” hice “Origen” y mientras hacía “Origen” yo dije ‘mierda, creo que este definitivamente es mi lugar’. Fue un ejercicio de madurar hacia la infancia muy particular, porque en el proceso de hacer esas canciones de Gardel, de Fito y de Juan Luis sentí que ese sonido me gustaba, que era mi sonido natural, cuando lo terminé pensé que era la antesala perfecta para mis nuevas canciones. Nosotros terminamos de grabar “Origen” y empezó el covid inmediatamente, cuando empezó el covid yo empecé a componer, pero “Origen” ya estaba grabado, no había salido, lo teníamos guardado esperando que pasara la pandemia. Todo ese año me puse a componer, después de haber hecho “Origen”, fue muy particular, pero me sirvió mucho.
— En “Vida Cotidiana” tienes canciones como “Mayo” y “Canción desaparecida” que hablan de la situación social del país. En redes sociales a veces está la percepción de que Juanes está alejado del país y eres uno de los artistas a los que los colombianos le exigen aparecer cuando pasan estos estallidos ¿Esas canciones son una respuesta a eso y cómo te afectan personalmente esas problemáticas?
— Una de las cosas que han hecho las redes sociales es desvirtuar todo, imagínate que ya no tienes derecho al silencio, es decir, vos podés opinar o no respecto a las cosas si quieres hacerlo, no tiene que ser cuando alguien quiere que lo hagas en su narrativa y en su lenguaje. Hoy en día todo está mal, hablar o no hablar, yo no me quisiera meter ahí.
Para mí las canciones sociales de este álbum son muy importantes porque me nació del alma hacerlas, no porque alguien me dijera, sino porque yo realmente sentí que era el momento de regresar a ese punto por lo que pasó durante las marchas del 19, 20 y 21 y lo que viene pasando que hemos empezado a escuchar y han salido a flote muchas historias de todos los bandos y eso genera un despertar de la consciencia más allá de la polarización que hay, porque cuando la política se mete ahí se vuelve un mierdero, pero más allá de eso yo veo las historias humanas.
— Y que todas duelen igual
— Exactamente, son las historias de las madres preguntando por sus hijos, el exguerrillero diciéndole dónde está enterrado, el exparamilitar pidiendo perdón y contando lo que pasó, todo eso es un lío, pero en medio de todo eso se conocen las historias que yo no creo que sean inventadas, el dolor de una madre no se puede inventar. A mí eso me ha conmovido mucho y por eso me nació “Canción desaparecida”, en la que colaboré con Mabiland, una chica del Chocó que me fascina lo que hace, y un amigo llamado Juan Mosquera, que es de aquí de Medellín, un poeta, escritor, periodista. Yo hice la música y después los invité a trabajar un poco la letra con base en lo que yo había escrito; es una canción que habla desde el alma por esas almas desaparecidas que además no son las que tú crees que son, son muchas más.
— Y tiene un video bastante diciente y gráfico, pero que, finalmente, es como se deben mostrar las cosas
— Sí, yo lo quise hacer así porque ese video está inspirado en hechos reales, lo que ves en el video es una historia contada por una de estas personas y a mí eso me pareció muy fuerte. Era una niña que iba para su escuela y a una orilla del camino vio a un grupo de gente en círculo, cuando ella llegó al círculo se acercó y vio que era su amigo, lo habían matado porque supuestamente era de otro grupo, toda una locura y apenas tenían 16 o 17 años y la indiferencia de los personajes en el video representa lo que hemos sido todos nosotros como sociedad. No sé si la indiferencia se debe a que nos hemos acostumbrado después de tantos años y ya no nos importa. Yo recuerdo cuando tenía 9 o 10 años que en mi pueblo llegaban con un tipo descabezado con un machetazo en la nuca y lo ponían en la morgue improvisada que armaban y yo podía pararme a verlo, estaba ahí y yo lo veía, la gente pasaba y normal. Eso fue lo que queríamos mostrar en ese video y al final estamos muertos, Mabiland y yo, diciendo ‘también estamos desaparecidos’.
— ¿A la hora de armar el álbum hay un orden específico en las canciones, pasando de lo más triste a lo más feliz? ¿Y qué pasará con las más de 20 canciones que escribiste ese año, pero que no están en este disco?
— Hoy en día es muy loco porque la gente no escucha los álbumes completos, pero al hacerlo sí pensé en ese orden, como si fuera un libro que lees por capítulos. “Gris” es el comienzo y “Cecilia” es el final, con todo lo que hay en la mitad, pero está bien como cada quien lo quiera escuchar. Realmente siento que el orden es desorden, porque la vida cotidiana es eso: de pronto te levantas deprimido, pero en la tarde tienes una buena noticia y en la noche te pone muy feliz hablar con tu mamá, o ves las noticias y te emputás, todo el día vives muchas emociones. Y sobre las otras canciones, las tengo guardadas para próximos momentos.
— ¿Qué viene después de este lanzamiento? Ya vimos anuncios en México, ¿vendrá Colombia?
— Sí, viene lo que más me gusta que es tocar, vamos a estar en México y aquí en Colombia. En Bogotá vamos a estar en el festival Cordillera, una gira por Estados Unidos a fin del año, en septiembre estaremos en Europa tocando por varios países y el año entrante volvemos a Centroamérica y Latinoamérica.
— El sábado 13 sorprendiste a Bogotá en el concierto de Fonseca. Apareciste tocando con él y con Andrés Cepeda ¿Qué significa “La Fuerza” y para ti esta unión con ellos?
— Yo estaba muy emocionado y es literalmente eso, la unión hace la fuerza. Es una amistad y un fin común, nos gusta hacer música y hay un respeto mutuo. Yo los admiro demasiado, como cantantes son los mejores y yo creo que seguiremos buscando qué podemos hacer juntos como “La Fuerza”. Por lo pronto fui a acompañar a Juan en su noche tan especial, también me invitó a producir una canción que tiene con Juan Luis Guerra y fue lo máximo, me encanta la producción, me obsesiono con las canciones.
— Y hablando de producción, ¿has encontrado ese punto medio entre hacer música con todas las nuevas herramientas digitales y tocar los instrumentos?
— Al contrario, me he ido mucho más hacia la banda en vivo, me he vuelto más orgánico, tocar la guitarra y mis canciones siempre las he compuesto tocando la guitarra. Toda la grabación de este álbum fue literal todo tocado con los muchachos en el estudio y realmente es eso, la inteligencia artificial me gusta y no me asusta del todo, me parece que es como cuando inventaron otras cosas.
— ¿Y cómo reaccionarías entonces al escuchar una canción con tu voz, pero hecha con inteligencia artificial?
— Eso es muy loco, pero yo creo que llegará el punto en que todo eso se va a regular y va a terminar siendo parte del paisaje, al final las disqueras van a terminar cobrando un porcentaje de ese derecho de usar esa voz y se regula porque cómo vas a parar eso, eso es imposible.