El año pasado, se necesitaron 275.000 rosas rosadas para adornar el Museo Metropolitano de Arte para la gala del Met, la noche más grande de la moda y una de las mayores concentraciones de poder estelar en cualquier lugar.
Está por verse cómo estará decorado el Gran Salón del museo el lunes, pero algo no está en duda: quienes ingresen se verán espectaculares. El tema de la gala y la exposición que la acompaña se centra en el difunto diseñador Karl Lagerfeld, quien dejó una huella indeleble en la alta costura con su larga carrera en Chanel, Fendi y otras casas. Pero el tema no está exento de controversia: Lagerfeld era conocido por sus comentarios polémicos sobre todo tipo de temas, desde el movimiento #MeToo hasta los cuerpos curvilíneos.
La gala del Met comenzó en 1948 como una cena a altas horas de la noche de una sociedad, y ni siquiera se realizó en el Met.
Más de 70 años después, la gala del Met es algo totalmente diferente, uno de los eventos más fotografiados del mundo por su alfombra roja alucinante, aunque la alfombra no siempre es roja. Hablamos de ver a Rihanna como un papa enjoyado. Zendaya como Cenicienta con un vestido iluminado. Katy Perry como un candelabro transformándose en una hamburguesa. También Beyoncé con su “vestido desnudo”. Billy Porter como un dios egipcio del sol, llevado en una litera por seis hombres sin camisa. Un striptease de 16 minutos de Lady Gaga. Y, el año pasado, el vestido Versace de Blake Lively, un homenaje a la arquitectura de Nueva York, que cambió de color frente a nuestros ojos.
Luego está Kim Kardashian, quien ha llevado el compromiso a otro nivel. Un año, usó un vestido tan ajustado que admitió que tenía que tomar lecciones de respiración para usarlo. Hace dos años, lució un traje oscuro que cubría incluso su rostro. Y el año pasado realmente se robó la alfombra, apareciendo con un vestido original de Marilyn Monroe, lleno de cristales con el que cantó “Feliz cumpleaños, señor presidente” (préstamo del museo Ripley’s Believe It or Not!), el cual se cambió en el momento en que entró al museo para protegerlo. Más tarde hubo controversia sobre las sospechas, negadas por Ripley, de que Kardashian le había causado algún daño al vestido. Pero aun así el momento quedó inscrito con letras de oro.
Y Kardasihan regresará a la gala. Publicó una foto en París con la famosa gatita de Lagerfeld, Choupette, y señaló que estaba en la capital francesa explorando posibilidades para su atuendo de este año.
Es importante destacar que la fiesta tiene un propósito: el año pasado, la velada recaudó 17,4 millones de dólares para el Instituto del Vestido del Met, un departamento autofinanciado. Sí, eso es muchísimo para una gala. También inaugura la exposición anual de primavera que atrae a cientos de miles de visitantes al museo.
Pero es la alfombra en sí lo que atrae la atención del mundo, con la lista de invitados, estratégicamente mantenida en secreto hasta el último minuto, que representa una colección de personajes destacados del cine, la música, la moda, los deportes, la política y las redes sociales que, sin duda, constituyen la mayor cantidad de celebridades por metro cuadrado de cualquier fiesta en el mundo.
Los cinco anfitriones de este año provienen de la televisión (la guionista, actriz y productora ganadora del Emmy Michaela Coel); el cine (la actriz galardonada con el Oscar Penélope Cruz, quien ha colaborado con Chanel desde hace más de 20 años); deportes (el superastro del tenis recientemente retirado Roger Federer); y la música (la cantante ganadora del Grammy Dua Lipa). Finalmente, está Anna Wintour la editora de Vogue (¿necesitamos decirte que ella está de moda?), quien dirige la gala como de costumbre.
El tema es Karl Lagerfeld, y la exhibición, “Karl Lagerfeld: A Line of Beauty” (Karl Lagerfeld: una línea de belleza), analiza “el vocabulario estilístico del diseñador expresado en temas estéticos que aparecen una y otra vez en su moda desde la década de 1950 hasta su colección final en 2019″. Una vez más, la exposición ha sido montada por el curador estrella del Met, Andrew Bolton.
No todos los invitados siguen la temática. Algunos la evitan y simplemente van por lo grande y loco. Pero puedes esperar que algunos invitados investiguen cuidadosamente el tema y se sincronicen perfectamente. Es difícil superar la alfombra de cuando el tema fue “Heavenly Bodies: Fashion and the Catholic Imagination” (Cuerpos celestiales: La moda y la imaginación católica) y Rihanna apareció como el papa, Zendaya evocó a Juana de Arco y Perry navegó entre la multitud con unas enormes alas de ángel. Pero en el caso de Lagerfeld, la ropa suele tener los pies un poco más en la tierra.
Generalmente las empresas compran mesas. Una marca de moda invita entonces a las celebridades deseadas. Este año el costo ha aumentado, como sucede cada tantos años. Ahora cuesta 50.000 dólares por un boleto individual y el precio de las mesas comienza en 300.000 dólares.
Este año, habrá aproximadamente 400 invitados, una cifra similar a los últimos años, pero aún por debajo de los máximos previos a la pandemia de 500 a 600. Wintour y su equipo se reservan el derecho de aprobar a todos los invitados.
¿Tratas de adivinar quién irá? Saca la pluma y anota algunos de tus nombres favoritos, entre más expectativa mejor. Los nuevos ganadores del Oscar, por ejemplo, son una buena apuesta. Broadway es un favorito de Wintour. También le encanta el tenis, esta no es la primera gala de Federer en el Met. Ahora, tacha a todos en tu lista excepto a los primeros. En esta gala, todos son estrellas de primera calidad.
Puedes ver la alfombra roja en la transmisión en vivo de Vogue. Si estás en Nueva York, te puedes sumar a los fans al otro lado de la calle tras barricadas, en la Quinta Avenida o incluso más al este en Madison. Timothée Chalamet es famoso por saludar a los fans. AP tendrá una transmisión en vivo de las salidas desde el Hotel Mark, donde muchas estrellas se preparan.
Siempre es un secreto quién asiste. Pero a veces se escapan detalles. Seguramente habrá varios embajadores famosos de Chanel. Lively decepcionó a algunos fanáticos de la moda cuando reveló que no asistirá este año.
Al ingresar al museo, los invitados pasan junto a lo que suele ser un arreglo floral increíblemente enorme en el vestíbulo, quizás con una orquesta tocando cerca, y van por cócteles. O se dirigen a ver la exposición. Los cócteles son de las 6 p.m. a las 8 p. m., pero los más famosos, o aquellos que planean hacer la entrada más grande, a veces llegan más tarde.
Alrededor de las 8 p. m., los invitados son convocados a cenar pomposamente (“¿Van a hacer eso entre cada plato?”, preguntó en voz alta el actor Gary Oldman un año).
(Con información de AP)
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