La temporada de premiaciones ha culminado este 12 de marzo con la 95° edición de los premios Oscar. Se puede considerar a Todo en todas partes al mismo tiempo como la gran ganadora de la noche al alzarse con 10 estatuillas, convirtiéndose en la película más premiada de toda la historia superando incluso a El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey que salió de los Oscar con un total acumulado de 213 premios, mientras que la cinta protagonizada por Michelle Yeoh recopiló 346 premios, un logro histórico por donde se le mire.
Sin embargo, otra cinta que dio mucho de qué hablar durante esta temporada de premios fue Sin novedad en el frente, que como su nombre lo indica, narra el terrible día a día de un grupo de soldados alemanes durante la batalla contra Francia en la 1° Guerra Mundial.
La cinta de origen alemán se llevó un total de 9 premios Oscar, pisándole los talones a Yeoh y compañía y alzándose incluso como Mejor Película de habla no inglesa del año. La premisa bélica es algo visto en el cine desde los inicios del mismo, ¿qué podría presentar de diferente esta cinta? ¿Por qué causó tal impacto tanto en la crítica como en el público? Desmenuzamos todo lo que ha convertido a Sin Novedad en el frente en una de las mejores películas de guerra no sólo de 2022, sino de la historia en general.
Una histórica inspiración
Sin novedad en el frente está inspirada en una novela del mismo nombre escrita por Erich Maria Remarque en el año 1929. A pesar de ser una historia con personajes ficticios, está inspirada en la vida de Remarque, quien se vio obligado a enlistarse en el ejercito de su natal Alemania para pelear en el frente de Flandes durante la 1° Guerra Mundial, viviendo toda clase de penurias y resultando herido.
Remarque decidió depurar todos los demonios que la guerra le dejó en esta novela que se volvió, más que un rotundo éxito, una lectura obligada en toda Europa, pues narra en carne propia lo terrible que es la guerra desde la perspectiva de un pequeño peón en una lucha de poder. Tal impacto causó esta obra que durante la dictadura nazi, fue prohibida en toda Alemania.
La cinta dirigida por Edward Berger no es la primera producción inspirada en el libro de Remarque. En 1930 llegó la primera adaptación del libro, y gracias a su historia tan desgarradora, se llevó el Oscar a Mejor Película, mientras que Lewis Milestone se convirtió en el Mejor Director del año.
Posteriormente llegaría otra adaptación en 1979 directo a televisión que pasó desapercibida, sin embargo, es evidente que, cuando se ha tomado en serio el trabajo de Remarques, el resultado es extraordinario, pues se trata de una historia extraordinaria en sí misma.
Los dos rostros de la guerra
Ya con la idea tan genuina que plasmó Remarque en su libro como premisa, ahora está el “cómo” llevarla al cine, no por nada esta cinta se llevó el galardón a Mejor Guión Adaptado. Muchas cintas bélicas se han enfocado en narrar lo que pasa en el campo de batalla, o por el contrario, hablan sobre las figuras de cuello blanco y las acciones que realizaron cómodamente desde sus escritorios para que la guerra siguiera su curso.
Sin novedad en el frente presenta ambas situaciones. Primero se muestra a un grupo de jóvenes que, a base de engañosos discursos patrióticos y propaganda, están entusiasmados por hacer historia en las trincheras sin saber el infierno que les espera; por el otro lado se muestra a las altas esferas que no pierden el sueño por la guerra que ocurre lejos de su privilegio, y aunque algunos buscan genuinamente terminar con el conflicto que ha causado miles de muertes y desgracia a su paso, otros no son capaces de ver el sufrimiento que sus decisiones han provocado en aquellos que se encuentran peleando una guerra que no es suya.
Por supuesto, no se puede dejar de lado la interpretación de los actores, sobre todo del protagonista Felix Kammerer como Paul Bäumer, quien a lo largo de la cinta pasa de ser un chico motivado por los ideales de su nación, a un soldado que ha visto lo peor que el mundo puede ofrecer.
El contraste de ambas situaciones (la guerra y la política) se vuelve aún más catártico gracias a otro elemento que se le aplaudió a la cinta:
Postales en cada plano
Otro de los premios que esta adaptación de Sin novedad en el frente fue el de Mejor Fotografía. La cinta es un espectáculo visual de principio a fin, y mientras las imágenes de las trincheras transmiten la suciedad, el dolor y la muerte en cada cuadro, las imágenes de los centros políticos están llenas de color, de vida y de hermosos paisajes y palacios que reiteran la dualidad de cómo se vivió (y se vive) la guerra.
Gracias a su fotografía, la película atrapa al espectador y este puede hasta oler la carne quemada en el campo de batalla o disfrutar de un té en un tren con los mágicos paisajes de los Alpes Suizos; una experiencia inmersiva que pocas cintas del género han logrado.
Los sonidos de la guerra
Por supuesto, la experiencia de la guerra no podría estar completa sin el sonido de las bombas cayendo por doquier, las ametralladoras que escupen fuego cada milésima de segundo y los gritos de dolor que erizan la piel. A esto se le suma la música, ese ingrediente que muchas veces pasa desapercibido pero que es vital para que una escena se transforme en un momento icónico.
¿Qué sería El Señor de los Anillos, Interstellar o Star Wars sin la música que hasta el día de hoy se ha quedado en la memoria colectiva? Pues el equipo de producción de Sin novedad en el frente estaba bien consciente de este hecho y echaron toda la carne al asador para brindar al espectador una experiencia completa, a tal grado que los Oscar a Mejor banda sonora y Mejor diseño de audio se los llevó esta cinta alemana.
Un giro inesperado
Muchos podrían argumentar que si ya existe un libro y dos cintas de esta historia, ¿por qué valdría la pena ver esta nueva adaptación? Berger se dio algunas libertades al momento de narrar su versión de Sin novedad en el frente. Si bien, la premisa es prácticamente la misma, es la perspectiva la que vuelve todo muy especial (además de un final diferente a sus anteriores iteraciones). En una entrevista celebrada en enero pasado, el director ahonda en las diferencias de su obra con las anteriores, y cómo todo nace de sus raíces alemanas.
“Cada decisión se ve influida por sentimientos. Dado que yo crecí en Alemania, un país en el que las historias de guerra no hablan de orgullo y honor sino de culpa, vergüenza y responsabilidad frente a la historia (...) En las películas de guerra estadounidenses, se podía matar a un alemán, porque representaba el mal. En cintas de guerra alemanas, cada muerte es mala”.
El cine como propaganda de paz
Es así que, tras un trabajo titánico que tomó poco más de dos años en consolidarse, el director Edward Berger entrega una cinta humana, cruda y con un mensaje de paz que, incluso a casi 100 años de que la obra literaria se haya lanzado, sigue vigente.
“Era el momento de hacer una película que nos recuerde que la situación previa a la Ia Guerra Mundial (1914-1918) quizás no era tan diferente, que hemos vuelto a llegar a donde ya estuvimos, aunque pensáramos que esos tiempos jamás volverían”, declaró Berger a principios del año sobre Sin novedad en el frente, una película que está disponible en Netflix desde el 29 de septiembre de 2022.