Ignacio López Tarso fue uno de los actores más importantes en la industria del cine mexicano. Este actuó en algunas de las cintas más famosas y representativas del séptimo arte nacional y llegó a codearse con estrellas del mismo calibre.
Uno de sus papeles más recordados, por no decir el principal, es el del campesino Macario, quien tras encontrarse con la muerte y convidarle de su pollo, le da la habilidad de saber quién va a morir.
También fue Francisco Gabilondo Soler, el compositor de musica para niños mejor conocido como Cri Cri en 1963 y estuvo en dos adaptaciones de las novelas de Juan Rulfo, El Gallo de Oro (1964) y Pedro Paramo (1967), por solo mencionar algunos.
Sin embargo, también estuvo en dos de las películas mexicanas que sufrieron la censura del estado mexicano cuando era controlado por el Partido de la Revolución Institucional (PRI), partido del que, curiosamente, era militante y gran simpatizante.
Una estuvo censurada por más de 10 años por tratar el tema de la expropiación petrolera, capítulo aún controversial en la historia de México; mientras que la otra estuvo más de 30 años por hablar de uno de los hechos posrevolucionarios más infames: el asesinato de Francisco Roque Serrano.
Rosa Blanca
La cinta de 1960, dirigida por Roberto Gavaldón, está basada en la obra literaria de B. Traven la cual retrató el interés de las empresas extranjeras por el oro negro abudante en el territorio mexicano y la expropiación petrolera llevada a cabo por el expresidente Lázaro Cárdenas.
Está protagonizada por López Tarso, quien interpreta a Jacinto Yáñez, un campesino veracruzano que es dueño de Rosa Blanca, hacienda donde se cultiva mango y tabaco y que se volverá el objetivio de empresas esatadounidenses que harán lo que sea para adquirir las tierras.
La película tiene tintes nacionalistas puestas es López Tarso quien representa el estereotipo del mexicano que en esos años se manejaba mucho en el cine: trabajador, apegado a la tierra y honrado.
Sin embargo, cuando la película estaba terminada y apunto de salir al público, el gobierno de Adolfo López Mateos la “enlató” y no permitió que esta fuera proyectada hasta 1972 a pesar de que recibió apoyo gubernamental.
Críticos e investigadores de cine han señalado que el motivo habría sido el haber exaltado y mostrado afinidad al cardenismo y las políticas nacionalistas que este impulsó, lo cual iba en contra de la política más moderada de los gobiernos priistas y que trataban de manetener buenas relaciones con los Estados Unidos.
Hay que mencionar que el antagonista de la película es el presidente de la compañía petrolera Condor Oil, Robert G. Kollez, interpretado por Reinhold Olszewski, quien es xenofóbico, avaro y que está dispuesto a pasar por encima de los mexicanos para enriquecerse.
La sombra del caudillo
También en 1960, el cineasta Julio Bracho, con el objetivo de realzar la industria del cine mexicano a través de historias nacionales, buscó adaptar una novela acerca del periodo posterior a la Revolución Mexicana.
Para eso decidió adaptar la novela de Martín Luis Guzmán, La Sombra del Caudillo. Para eso los dos trabajaron de cerca adaptando al guión la historia de un ambicioso general, Ignacio Aguirre, quien busca la presidencia de la mano del “caudillo”.
También en esta actuó el Primer Actor, aunque no en el papel protagónico. Interpretó a Hilario Jiménez, general que buscará la silla presidencial contra Ignacio Aguirre.
En la película se hace una crítica al gobierno emanado de la Revolución que había caído en la misma corrupción, excesos y despotismo que habían pretendido eliminar con el alzamiento contra Porfirio Díaz.
Se hace una dura crítica del control que Álvaro Obregón (el caudillo) hizo de la política y cómo impulsó a Plutarco Elías Calles (Hilario Jiménez) para que ocupara la presidencia y de este modo controlara las decisiones del gobierno.
Una vez terminada la película, fue revisada por la Legión de Honor, asociación militar prestigiosa. Tras verla, dijeron que denigraba a la Revolución y el mismo secretario de la Defensa Nacional de aquellos años, Agustín Olachea, pidió que se le hicieran correcciones. Pero permaneció enlatada hasta 1990.
Sin embargo, se especula que esto no fue lo que causó el enojo del estado mexicano. Pues en ella también se habló de la Masacre de Huitzilac, aquella en la que el ejército mexicano fusiló de forma extrajudicial a Francisco Roque Serrano y su comitiva en una carretera.
Roque Serrano era un hombre cercano a Obregón y quien se esperaba fuera el sucesor de Plutarco Elías Calles para las elecciones de 1928, pero ante los rumores de un intento de reelección de Obregón, decide buscar apoyo para frenarlo aunque sea con un golpe de estado.
De este modo lo detuvieron cuando se trasladaba hacia Morelos y lo ajusticiaron junto con las personas que se trasladaban con él el 3 de octubre de 1927.
En este caso, se especuló que los motivos para que fuera censurada la cinta, en realidad, vinieron del descontento del Ejército Mexicano, pues algunos investigadores han señalado que en la Legión aún estaban algunos de los militares implicados en la Masacre.