Miguel Alemán fue un presidente muy cercano a las celebridades de la Época de Oro del cine mexicano y demostró su interés por que grandes proyectos del séptimo arte tuvieran éxito reuniendo a los dos actores más importantes de su sexenio, Pedro Infante y Jorge Negrete.
El Charro Cantor y el Ídolo Inmortal son íconos de uno de los mejores momentos del cine hecho en México, pero no por ello hicieron mancuerna en varias ocasiones, inclusive hubo especulaciones de que mantuvieron una fuerte rivalidad ya que en muy pocas ocasiones compartieron créditos.
Cuando ambos ya se habían consagrado como los actores más importantes de su época, directores y productores intentaron que participaran juntos en diferentes proyectos, pero ninguno de los dos aceptaba.
Ismael Rodríguez, el director que acompañó a Pedro gran parte de su vida artística, aseguró que esto se debía a que los dos actores se tenían un gran respeto y admiración, estaban conscientes del éxito que cada uno tenía y les preocupaba que, actuando juntos, no tuvieran el mismo impacto en el público, causando que ya ni siquiera pudieran ser competencia.
Rodríguez tenía la intención de hacer su más ambicioso proyecto, que se trataba de reunir a Pedro y Jorge en una misma película, Dos tipos de cuidado. Para todos los directores era claro que no podría hacer esta producción porque desde años atrás ambos se habían negado a pesar de tratarse de contratos millonarios.
Pese a las negativas, Ismael insistió con los dos por años y, al ver que los actores no aceptaban su propuesta, recurrió a una estrategia que nunca antes se había usado por un director.
En la producción de la película se encontraba Miguel Alemán Velasco, hijo del entonces presidente, Miguel Alemán Valdés, por lo que Rodríguez le pidió a su compañero que hablara con el mandatario y lo convenciera de enviarle una carta a Pedro Infante y Jorge Negrete.
El joven veracruzano, al no tener problema con la idea, consultó a su papá, quien quedó encantado con la propuesta de la película y escribió una carta para el sinaloense y otra para el guanajuatense. En la misiva expresó sus deseos por verlos actuar juntos en la película que Ismael Rodríguez tenía pensada, les habló de cómo veía a este proyecto como algo positivo para ambos y, además, una forma de continuar impulsando a la industria cinematográfica mexicana.
José Ernesto Infante, sobrino del Ídolo de Guamúchil, plasmó esto en uno de los libros autobiográficos del actor y señaló que fue precisamente por esta carta que tanto Pedro como Jorge finalmente aceptaron actuar juntos.
Sin embargo, ambos pusieron sus condiciones; pidieron que sus personajes tuvieran el mismo peso en la historia, que cantaran la misma cantidad de canciones y que tuvieran el mismo tiempo en pantalla.
Para cumplir con estas peticiones, el director de Nosotros los pobres tuvo que reescribir en varias ocasiones el guion, algo que le tomó al menos dos años.
En cuanto a los créditos, Ismael relató que un día, a escondidas de todos, el protagonista de A Toda Máquina le pidió que pusiera primero al Charro Cantor en los créditos.
Pedro consideraba que gracias a Negrete había logrado incursionar en el mundo del cine con éxito y lo veía como su superior, por ello es que quería que al menos en los créditos se mencionara primero a el intérprete de Ay Jalisco, no te rajes.
Tal fue el éxito de Dos tipos de cuidado que los protagonistas tuvieron una extensa gira por Latinoamérica y Miguel Alemán Velasco continúa obteniendo ganancias de esta película.
Cabe mencionar que Alemán Velasco tuvo una cercana relación con el protagonista de El peñón de las ánimas ya que su padre apoyó al Sindicato de Actores, ahora Asociación Nacional de Actores (ANDA) —que fue creada por Negrete, Cantinflas, Fernando Soler y María Teresa Montoya, entre otros—.
Pedro y Jorge también compartieron créditos en Reportaje, pero no actuaron juntos en este filme.