Federico Kukso: “Los dinosaurios funcionan como la principal puerta de ingreso de los niños a las ciencias”

El autor del brillante “Odorama” habla en esta entrevista de “Dinosaurios de América del Sur”, un bellísimo libro para chicos que muestra la riqueza fósil de la región

Federico Kukso (Foto: Alejandra López)

Se llama Federico Kukso y es uno de los periodistas científicos más importantes de la Argentina y de Latinoamérica toda. Donde muchos eligen bajar los conceptos o trabajarlos de forma “divertida”, Kukso evita toda forma de condescendencia con el lector. Pertenece a la tradición de los grandes comunicadores que se esfuerzan por ser claros, pero mantienen la rigurosidad como un imperativo moral.

Kukso es riguroso tanto cuando escribe para adultos, como en el caso de Odorama: Historia Cultural del Olor, como cuando lo hace para niños, como en el caso de Dinosaurios del Fin del Mundo y el reciente Dinosaurios de América del Sur (B de Blok), que está ilustrado por Jorge González.

Este nuevo libro es bellísimo por las imágenes, por el formato, por las actividades que incluye —que invitan a los chicos a sentirse partícipes de una aventura paleontológica—, pero, sobre todo, por las historias que cuenta de cada dinosaurio. Cada especie descubierta es un relato que no se agota en las características biológicas, sino que abre senderos hacia la labor de los descubridor, la relación con otros dinosaurios, las hipótesis que se formulan y también las incógnitas que aún no pueden responderse

Dinosaurios de América del Sur, de Federico Kukso con ilustraciones de Jorge González (Ed. B de Blok)

¿Por qué los dinosaurios nos fascinan? Sobre todo a los chicos.

—… y a las chicas. Es un tema transcultural: atraviesa culturas, países, sociedades. Comienza alrededor de los 3 años en chicos y chicas hasta que, después, a eso de los 11, 12 años en la mayoría se va disipando. En otros, perdura y muchos se convierten en paleontólogos y paleontólogas. Hay varias hipótesis de por qué los dinosaurios atraen tanto. A diferencia de lo que sucedía hace algunos siglos con figuras mitológicas que asombraban pero aterraban (el minotauro, dragones, ave fénix, el grifo, serpientes emplumadas, el kraken, entre muchos otros), los dinosaurios funcionan hoy como un imán: despiertan la curiosidad, impulsan el asombro, pero nadie les tiene miedo porque en el fondo saben que no están más, que no caminan entre nosotros, es decir, no despiertan una amenaza. Además, los museos de ciencias naturales suelen ser también la primera salida escolar. Cuando ven fósiles o reconstrucciones de estos animales, a los chicos se les transforma la cara. Eso es increíble: ver cómo reaccionan ante ellos y también con qué devoción se aprenden sus nombres, sus rasgos y hábitos. Los dinosaurios son su primera obsesión.

¿Influyen las películas?

—En los últimos cuarenta años, los dinosaurios se han convertido en una “marca registrada”, un producto cultural impulsado por la industria del entretenimiento. Pero uno podría preguntarse por qué otros impresionantes animales prehistóricos —como los rauisuquios, que eran unos terribles reptiles que precedieron a los dinosaurios, o la megafauna, que se extinguió hace seis mil años— no son tan populares. Lo que a mí más me gusta es pensar que los dinosaurios funcionan como la principal puerta de ingreso de los chicos a las ciencias. Los impulsa a hacerse preguntas: ¿Cuándo vivieron? ¿Por qué no están más? ¿Qué les pasó? ¿Cómo eran? ¿A qué olían? ¿Qué comían? Así, los dinosaurios —y los libros sobre ellos— hacen algo fundamental: funcionan como verdaderos gimnasios mentales que entrenan capacidades cognitivas como la imaginación, el asombro, la curiosidad. Solemos creer que la imaginación y la curiosidad son facultades que están ahí, a nuestra disposición. Pero no es tan así: si no las cultivamos, si no las entrenamos o, peor aún, si en la escuela o en la casa no se incentiva a los chicos a ser curiosos, a imaginar mundos posibles, muy difícilmente en el futuro podrán valerse de estas herramientas para navegar un mundo cada vez más incierto.

Federico Kukso es periodista científico. Es autor de "Odorama" y de "Dinosaurios del mundo" y "Dinosaurios de América del Sur"

Una de las cuestiones más interesantes del libro es el apartado de las “incógnitas”, que son preguntas que aún no pueden responderse. No estamos acostumbrados a ver eso en el discurso de la ciencia. Generalmente la ciencia se ve como un territorio de certezas. Pero esto abre un espacio de dudas. Quería preguntarte por qué y cómo lo introdujiste.

—Hace solo 200 años que conocemos a los dinosaurios. Recién se los comenzó a estudiar científicamente a comienzos del siglo XIX. Y quedan muchas preguntas. Si bien hoy sabemos muchísimo más sobre los dinosaurios que lo que nuestros padres sabían cuando ellos eran chicos, los paleontólogos siguen acosados por interrogantes. En realidad, la ciencia está gobernada más por preguntas que por certezas, pese al discurso marketinero imperante. Aun así es sorprendente que vivimos en la “era de oro” del descubrimiento de dinosaurios. En ninguna otra época se descubrieron tantos. Los paleontólogos están hallando nuevos dinosaurios —y otros animales que no eran dinosaurios como pterosaurios o reptiles marinos— a un ritmo vertiginoso. Se estima que cada dos semanas se nombra una nueva especie. Algunos científicos piensan que nunca llegaremos a conocer a todos los dinosaurios que existieron. Un estudio de 2006 estima que hasta el momento se descubrió solo el 30 % de las especies que hubo. Y que al ritmo actual faltan 140 años para arrimarse al 90 % de todas las especies que existieron o que reinaron a lo largo de 160 millones de años, es decir, hasta hace 65 millones de años cuando un meteorito empujó a la gran mayoría de los dinosaurios a la extinción. Aunque no a todos: algunos de ellos se adaptaron, desarrollaron plumas y alas y siguen viviendo. Las aves actuales son dinosaurios.

¿Qué nos dice o nos explica de nuestra región y nuestro subcontinente la presencia de estos fósiles?

—Argentina y América del Sur son el Paraíso para la paleontología: en nuestra región, cada año, los y las paleontólogas hacen grandes hallazgos. Por sus características y por su tradición científica, de hecho, Argentina es potencia mundial en el área. América del Sur fue hogar de una gran diversidad de especies, muchas de las cuales recién ahora se están conociendo. Por ejemplo, en los últimos diez años se descubrieron cuatro especies de dinosaurios en Chile. Lo mismo se puede decir de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Brasil donde recientemente investigadores locales impulsaron la repatriación de fósiles que habían salido del país vía contrabando. Los dinosaurios forman parte de nuestro patrimonio cultural, de la historia profunda de nuestros países.

Las ilustraciones de Jorge González

¿Cómo fue la investigación para dibujar a las especies?

—El trabajo de los paleoartistas es fundamental. Se puede considerar a los dinosaurios también como obras de arte. La manera en que se han representado los dinosaurios ha cambiado mucho en los últimos 200 años. A medida que sabemos más sobre ellos, ha cambiado también la manera en que se los imagina. Nuevos hallazgos y nuevas tecnologías cambian año a año lo que sabemos. Las ilustraciones son reconstrucciones basadas en evidencias. En el libro, los chicos y chicas se van a encontrar con los más recientes descubrimientos: las especies más representativas de cada país, cada una con historias de lo más sorprendentes, ilustradas por —en mi opinión— uno de los mejores paleoartistas del mundo, Jorge González.

¿Por qué en el libro no trabajan con los dinosaurios “habituales”?

—Por lo general los libros de dinosaurios son pastiches, una mezcolanza caótica de especies o de “figuritas conocidas y repetidas” como el T. rex, el triceratops, que no vivieron en los países donde uno habita. Ya todos los chicos los conocen. En cambio, tanto en mi anterior libro, Dinosaurios del Fin del Mundo, como en el nuevo, Dinosaurios de América del Sur, exploramos dinosaurios “nuevos”, descubiertos hace poco. Y también, algo clave: son dinosaurios “de acá”. Es decir, especies que habitaron nuestra región, que caminaron en nuestros países y cuyos fósiles y restos como huellas y huevos se pueden ver en museos locales. Además, no hay que olvidar: detrás de cada dinosaurio descubierto hay hombres y mujeres que dedicaron tiempo y esfuerzo en darlos a conocer y en sacarlos del olvido.

En relación a los demás dinosaurios del mundo, ¿qué características tienen los de América del Sur?

—El subcontinente estuvo separado del resto de las masas de tierra durante millones de años. Eso permitió que la región funcionara como un gran laboratorio donde la naturaleza pudo experimentar con las más diversas formas. Por ejemplo, es en América del Sur donde habitaron los seres vivos más grandes que alguna vez han caminado por la Tierra como el Patagotitan o el Argentinosaurus. También se han encontrado en sitios como Ischigualasto, en San Juan, los dinosaurios más antiguos. Los científicos están fascinados por las condiciones que llevaron al gigantismo, a que estos animales desarrollaran tamaños colosales. Se sabe tan poco de qué colores eran, cómo eran sus comportamientos sociales, de qué enfermaban y morían, cómo percibían el mundo, hasta cuántos años vivían, cómo se apareaban. Cada fósil desenterrado es una pieza más de un enorme y fascinante rompecabezas que cuenta la más increíble de todas las historias: la épica historia de la evolución de la vida en nuestro pequeño planeta.

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