Enrique Avogadro: “Mi sueño es que la cultura sea parte de la carta de ciudadanía”

El Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires visitó el auditorio de Ticmas para conversar sobre su gestión e invitarnos a pensar a la cultura más allá de la esfera del entretenimiento en vínculo con la educación y el futuro. También se refirió a la industria del libro y las necesidades del sector.

El ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, en el auditorio de Ticmas

En un clima distendido, Patricia Kolesnicov dialogó con el ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro. Y, si bien ella inició la charla diciendo que él “no necesitaba presentación”, Avogadro aprovechó la oportunidad para bromear y saludar al auditorio con un: “Soy Mario Vargas Llosa, hola ¿cómo les va?”

Siempre se dijo que la Ciudad de Buenos Aires “nunca duerme” y parte de esa idea proviene del ritmo que imprime la cultura en sus calles, tanto en los días como en las noches y la importancia monetaria que genera para sus habitantes.

Lo primero que te quiero preguntar es si conocés el peso de la cultura en la economía porteña.

—Alrededor del 10 % del producto bruto de la Ciudad de Buenos Aires está vinculado a las industrias culturales y creativas. Es cultura más todo el desarrollo económico que genera la cultura, la creatividad; es muy muy alto para Buenos Aires; tan importante como el comercio o el turismo. Una de cada 10 personas trabaja, o es impactada económicamente, por los sectores de la cultura y la creatividad. Es muy relevante y como muy bien decías en la introducción es una gran responsabilidad respecto a cómo promover a un sector que tiene tanto impacto en términos simbólicos, pero también en términos económicos.

El ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, en el auditorio de Ticmas entrevistado por Patricia Kolesnicov

Pensaba en cómo pega esto en el sector de los adolescentes, de los chicos. Estamos en un ámbito educativo y ustedes armaron algo que es “El pase cultural” que es una especie de tarjeta precargada para que los chicos gasten en cultura. Contame cómo arrancó, cómo evolucionó y cuáles son sus puntos más destacados.

—El Pase Cultural es una herramienta realmente innovadora. La lanzamos hace ya casi cuatro años junto a Horacio Rodríguez Larreta. Es la primera herramienta de estímulo a la demanda cultural que tiene la Argentina. En general lo que hacemos quienes trabajamos en cultura pública es estimular la oferta, lo cual está muy bien. Por ejemplo, hay un recital e invitamos a que la gente venga a escuchar música en vivo. En este caso es que todos los chicos y chicas de la escuela secundaria pública en la Ciudad de Buenos Aires tienen acceso a una tarjeta en la cual hay dinero, y ese dinero lo pueden usar en cualquier actividad en la medida que sea cultural.

¿Por ejemplo?

—Pueden comprarse un libro, pueden escuchar música en vivo, pueden ir al cine, al teatro. De hecho es lo que están haciendo. Además del dinero, la tarjeta tiene descuentos porque todos los equipamientos culturales, la oferta cultural, los cines, las librerías, los teatros para ser parte del programa ofrecen un descuento, con lo cual el poder de compra es mayor aún. Tercero es que el pase está lleno de experiencias. Nosotros lo que hacemos es permanentemente invitar a chicos y chicas a actividades que son específicas para ellos. Por ejemplo, vamos a visitar un museo en el día que está cerrado el museo con una guía especializada para adolescentes. O vamos al taller de un artista, a conocer el trabajo de un artista visual, a conocer el lugar en el que trabaja. O vamos cuando se puede a visitar un rodaje. O sea actividades que están vinculadas a la cultura. Armamos un club del Pase Cultural donde se pueden anotar libremente los chicos y las chicas para generar recomendaciones de manera horizontal.

¿A través de la web? ¿De las redes?

—En el caso del club tienen una red montada en WhatsApp donde se reúnen regularmente y nos ayudan a curar las experiencias

El ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, en el auditorio de Ticmas

¿Cómo hace alguien para inscribirse en el Pase Cultural?

—Si ponés pase cultural en Google aparece primero, en Instagram está como Pase Cultural. Te podés anotar gratuitamente y además hacemos nosotros, junto con el Ministerio de Educación promoción en cada una de las escuelas. Acá mismo en el stand de la Ciudad que está muy cerca, y es muy bonito. Acá derecho cruzando el pasillo está el stand del Pase, y ahora mismo hay una fila muy larga de chicos, cuando venía la vi porque dentro de las promociones que tenemos en la Feria, además de entrar gratuitamente a la Feria con el Pase Cultural, estamos dando a los chicos del Pase dos cupones por persona de 500 pesos cada uno que pueden usarlos en cualquiera de los stands de la Feria para comprar libros además de la plata que ya tienen en la tarjeta.

» ¿Por qué es importante el Pase? Porque estimula la demanda cultural, pero sobre todo estimula la libertad para elegir. Nosotros no te condicionamos el contenido. Vos podés elegir lo que vos quieras, de hecho podés pedirnos que algún espacio cultural cerca de tu casa sea parte del Pase si no lo es. Podés juntarte con amigos y amigas a compartir estas experiencias en un momento en el cual vos estás formándote; siempre digo lo mismo, la cultura entendida como mucho más que entretenimiento, la cultura como un lugar para el desarrollo individual y colectivo.

» Si pensamos en todas las oportunidades para desplegar nuestras capacidades, la cultura tiene un rol central a la hora de formarnos. Por eso creo que es mucho más que una experiencia estética, la cultura. Con la cultura conseguís trabajo, formás pareja, te juntás con gente que piensa diferente a vos; eso como una oportunidad. Si tenés una mirada curiosa y crítica sobre tu entorno, en ese sentido la cultura no solo iguala oportunidades sino que realmente es una herramienta poderosísima de construcción democrática y por eso tenemos que intentar que todo el mundo tenga las mismas posibilidades de acceso. No todos las tienen, porque las dos formas de alguna manera de socializar en la cultura, es la familia, las familias y la escuela. En este caso, la escuela cumple un rol central y en este caso es una política cultural y también educativa.

“Los dos consumos principales del Pase Cultural son el libro y el cine, muy lejos aparecen después el teatro”, Enrique Avogadro

¿En qué se gasta esa plata del Pase Cultural?

—Tenemos los datos, no los datos individuales, pero sí el agregado. Los dos consumos principales son el libro y el cine, muy lejos aparecen después el teatro y otras actividades culturales. En el caso del libro es muy interesante, a la vez si uno recorre la Feria no es sorprendente porque hay una gran cantidad de chicos y chicas. El otro día, como anécdota, yo estoy viniendo casi todos los días porque tenemos actividades acá; y veo un stand lleno de pibas y pibes con una fila larguísima y me digo acá regalan algo. Y me acerco y pregunto y me dicen que es la fila para pagar. Entonces me acerco al stand y digo qué venden acá. Era una de estas editoriales, la voy a mencionar porque me parece que hacen un buen trabajo: VyR. Entonces hablo con la gente, pobre las chicas y chicos estaban desbordados atendiendo al público y les dejé mis datos. Dáselos al Gerente, al Director, Directora….

Que me digan cómo lo hacen porque yo también quiero una fila así para mí…

—Claro, y yo dije: Esto es lo que nosotros necesitamos. De qué manera estimular el hábito de la lectura; ya hablamos con Daniel el CEO y quedamos en conversar. Lo que le dije fue si quería hacer esto mismo en un parque gigante. Cuánto más volumen le demos a actividades que involucran a los chicos con la cultura. Nuestro trabajo tiene que ser estimularlas; así lo venimos haciendo. Con relación al libro, durante la pandemia, inventamos junto con la Fundación El Libro una feria que no existía que es la FELBA-Feria de Editoriales y Librerías de la Ciudad de Buenos Aires- e hicimos dos ediciones en el Parque de la Estación.

¿Fue la primera presencial que hubo?

—Fue la primera. Es un poco porteño lo que voy a decir: aparentemente la primera de América o Latinoamérica en plena pandemia

Seguro, yo titulé así una nota… (risas)

—Entonces es cierto (más risas). Pero en cualquier caso también la FED la acogimos en el Parque de la Estación el año pasado, la Feria de Editores. Y estamos trabajando en colaborar con eventos culturales que tienen como objetivo a los más jóvenes porque entendemos que es una inversión a futuro fenomenal.

Fue un poco jugado en ese momento hacer una feria presencial, y ¿cuál fue la idea de mandarse igual a hacerla?

—En la desesperación de un sector cultural muy golpeado por la pandemia buscar todo tipo de herramientas que le permitieran al sector mantenerse activo. Nosotros en la Ciudad de Buenos Aires fuimos los primeros en permitir -ahora parece como una cosa distópica- pero no hace tanto el streaming. Que era la posibilidad de que los artistas volvieran a los teatros y los técnicos y técnicas a trabajar sin público, pero con la posibilidad de que alguien los viera. Luego las actividades culturales al aire libre, entre las cuales se incluye la Feria. Nosotros ya veníamos de experiencias como la del Abasto Cultural donde pusimos escenarios en parques, plazas e invitamos a los espacios independientes a programar ahí. También todas las experiencias de los jardines de los museos, espacios que si bien habían tenido actividades; ahí fue de golpe que todos descubrimos que había un aire libre y fuimos desesperados a buscar ese aire libre, con lo cual la experiencia de FELBA fue muy positiva. La idea es que continúe, veremos con la gente de la Fundación, pero la realidad es que el espacio público y la cultura se llevan bien. El espacio público como espacio democrático, de convivencia en la diversidad. No solo nos queda el restaurante en la calle como aprendizaje, también nos queda el espacio cultural en la calle, la librería con la posibilidad de tomar parte de la vereda.

El ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, en el auditorio de Ticmas en diálogo con Patricia Kolesnicov

La noche de las Librerías mucho antes de la pandemia planteaba actividades en la calle, con livings en la calle y una lo que ve es que se junta gente increíble. Yo estuve en algunas charlas donde decís acá no nos conoce nadie y sin embargo, como la gente pasa, escucha un poco y se sienta.

—Y va en línea con otros aprendizajes. En Pandemia lanzamos el Libromóvil, un dispositivo que va a parques y plazas y genera pequeños festivales de literatura en los parques y también funciona en las ferias de abastecimiento donde uno va a comprar la verdura, donde incorporamos un carrito que además te vende libros de editoriales o librerías del barrio y también te suscribe a la red de bibliotecas públicas de la Ciudad. Esta idea de que uno se pueda encontrar con la cultura en diferentes ámbitos y buscar esos públicos que no son necesariamente los que estamos acostumbrados a ver en los eventos en los que circula la gente vinculada al libro.

¿Te sorprendió el inmenso éxito de esta Feria? Ya se puede hablar que es un éxito. ¿Pensaste por qué venimos tanto a la Feria? Son prácticamente los mismos libros que encontramos en las librerías, si uno se da una vuelta por Avenida Corrientes. Y sin embargo, algo pasa acá…

—Mi opinión es que por un lado hay un efecto, que si bien no salimos de la pandemia todavía, pero hay algo de una necesidad contenida de volver a vernos, de volver a encontrarnos; lo estamos viendo a lo largo de toda nuestra programación cultural. Tuvimos un BAFICI que cerró hace dos semanas muy exitoso en cantidad de público, también la Bienal de Arte Joven en el Recoleta y así con todas las iniciativas que estamos llevando adelante. Todas tienen una gran participación del público. Entonces hay algo de volver a encontrarnos, donde la cultura funciona como un imán, como un atractor. Después yo creo que la Feria en general tiene un hábito. A mí me pone contento venir a la Feria y la verdad no es que cada día que vengo me compro un libro, pero me gusta…

Pero comprás muchos libros.

—Sí, la última vez fui a buscar el stand de Edhasa el libro de Juan Carlos Torres, Diario de una temporada en el quinto piso porque estaba harto de ir a pedirlo y que esté agotado. Se volvió un best seller absoluto y en la Feria lo encontrás seguro, como encontrás todo. Pero además encontrás libros insólitos que de ninguna manera te hubieses encontrado. Tenés recortes que son extraños, como los libros de un país determinado, una región determinada, de un tamaño determinado. El área de innovación de la Feria es muy buena también. Yo siento que es como una gran fiesta y siempre la defino, a propósito, como la gran fiesta de la cultura. Fiesta parece algo liviano, efervescente, pero para mí tiene una connotación muy positiva. Alegre en el mejor de los sentidos que es cómo nos vinculamos con el libro. Que es extraño porque el libro se supone que es algo más bien íntimo, un acto individual y sin embargo acá lo estamos celebrando colectivamente y es parte de cómo vivimos el libro en esta Ciudad. Otro comentario porteño, pero lo tengo que hacer, Buenos Aires es la ciudad del mundo que tiene más librerías por habitante de todo el planeta. Eso es raro, que seamos los número uno en cantidad de librerías por habitante. Librerías que, en pandemia, tuvieron un rol muy activo también, primero porque las vimos abrazar de golpe la tecnología y después hoy hay una puesta en valor de la librería del barrio independiente; por supuesto la que hace algo diferente al resto, pero que es super interesante a la hora de pensar a la librería no como un despacho de libros, comercial, sino como un espacio cultural, un espacio vivo, que está interpelando a su entorno, generando una conversación diferente.

El ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, en el auditorio de Ticmas

La Feria comenzó con un discurso polémico de Guillermo Saccomanno.

—¡Ah pensé que ibas a decir el mío! No fue tan polémico

Era un poco más esperable tu discurso.

—Somos aburridos los burócratas.

Tampoco para tirarse así, pero es el momento en el que cada uno cuenta lo que tiene para contar y también es el momento en que un escritor dice lo que tiene para decir y es el momento en el que el sector hace sus reclamos. Tradicionalmente uno sabe que va a esperar que la industria editorial haga su reclamo en la Feria cuando tiene las cámaras puestas sobre sí ¿Qué pensaste de este discurso de Guillermo Saccomanno que interpelaba tanto a los poderes? Y por otro lado, ¿qué pensás del reclamo de la industria con el intercambio con el exterior que básicamente fue el reclamo central?

—Sobre el discurso de Saccomanno siempre es importante destacar el hecho de la libertad absoluta que plantea la Feria a la hora de invitar a escritores y escritoras a abrir la Feria. No me consta ninguna lectura previa ni información sobre el tema sobre el cual versa esa apertura. Después hay opiniones individuales, muchas se han discutido en estos días sobre si gustó o no gustó, si estuvo bien o mal, si fue coherente o incoherente. A mí me parece que lo más importante es destacar la libertad de expresión y la posibilidad de que alguien venga y se pare frente a todo un sector, frente a sus colegas, frente a los servidores públicos y pueda con absoluta libertad plantear lo que piensa. Parece un tema obvio en nuestro país, y por suerte lo es, no lo es en otros países.

» Respecto al discurso de Ariel [Granica], el Presidente de la Fundación y la Feria, me parece que a esta altura… Yo, a la Feria, como todos, vengo de chiquito, pero para sentarme en primera fila son cuatro o cinco [años] que me tocan y me parece que es un espacio importante que el propio sector tiene que aprovechar para poder decirle a quienes lo representan qué es lo que piensa, plantear una mirada de futuro, una mirada de oportunidad respecto al desarrollo del sector. Así que ambos casos a mí no me toca opinar sobre el contenido, sí celebrar la libertad que plantea la Feria para que estos discursos se puedan llevar adelante y creo que no sería un discurso de apertura de la Feria si no tuviera un poquito de color, de polémica, en torno a eso. Como he dicho varias veces, la palabra mía preferida este año es: desdramatizar porque creo que estamos todos un poquito tensos. Me parece que está bueno relajar, no somos tan importantes.

Pensar que el reclamo de la industria fue que tratemos de exportar más, en lugar de importar menos interpela más al Gobierno nacional, que al Municipal porteño. Sin embargo, como vos sos parte de un espacio que aspira a gobernar el país, seguro hay una opinión sobre una política más general…

—Sí, la opinión sobre una política más general me parece que es evidente. La situación económica no es buena, lamentablemente, desde ya que la pandemia tuvo que ver, pero no es la única causante de la situación en la que estamos. Y nos gustaría, me gustaría mucho, una vocación de trabajar en conjunto con los sectores. Por supuesto con todos los sectores, pero hay sectores en particular en los que Argentina realmente tiene mucho para dar al mundo. Y el de las Industrias Culturales y Creativas es sin lugar a dudas uno de ellos. Acá hay un enorme talento, no digo acá en esta ciudad, sino en la Argentina. Entonces la pregunta es de qué manera podemos ayudar a remover los obstáculos para que ese talento se despliegue en el mundo.

» Creo que el mensaje no fue en ese sentido de contenido crítico, sino más bien propositivo planteando el hecho de: estamos, como sector estamos en condiciones de que se nos conozca en el mundo y bueno ojalá que haga eco ese mensaje.

» Definitivamente tenemos una oportunidad de crecer, esa oportunidad de crecer es sin ninguna duda vinculándonos al mundo. Y sin embargo este sector puede ser, hablo no solo del sector editorial, sino de las Industrias Culturales y Creativas- en función de que es el talento el insumo principal de estos sectores- puede ser punta de lanza en ese crecimiento.

Crecimiento que por otro lado, necesitamos con urgencia, dada la situación económica y social que tiene la Argentina.

—— La cultura como una forma de que entren dólares al país…

—— No exclusivamente, más que como una forma de que entren dólares como una forma de generar trabajo en la Argentina. Trabajo de alto valor agregado. Si me preguntás qué país quiero es uno bastante parecido al que estamos viendo en esta Feria, en términos de un sector en movimiento, con propuestas que son originales, sin ningún miedo a la posibilidad de competir. Al contrario, invitando a que el resto del mundo venga a presentarse acá y estoy seguro de que coincidimos que ahí hay una Argentina posible y de que alguna manera fue el contenido del discurso del otro día.

“Si me preguntás qué país quiero es uno bastante parecido al que estamos viendo en esta Feria”, Enrique Avogadro

¿Hay algo más que se puede hacer desde el Estado para apoyar eso?

—Es difícil porque hay más un tema más de macro que de micro. Hoy no hay una cuestión de solución individual para cada uno de los sectores, más bien de discusión de modelo de país, de un horizonte de futuro. No estoy diciendo nada tampoco demasiado polémico. Pensemos en el propio horizonte de cada uno de nosotros, en términos de cómo nos proyectamos y lo difícil que es pensar a tres, cuatro meses vista; no hablar de diez años. Y cuando uno habla de un sector productivo, obviamente las inversiones las haces pensando que las vas a poder amortizar en lustros, no en meses; por lo cual, es de bastante sentido común pensar que si no hay un horizonte posible es difícil que alguien vaya a ser las inversiones que requerimos para que  a la vez podamos tener mucho más empleo de alta calidad.

¿Un sueño tuyo como Ministro de Cultura porteño?

¿En general o en particular? ¿Vinculado a este tema?

No, en general. Algo que yo quiera hacer y que podría hacer… Un espacio libre de condicionamientos reales, si tuvieras toda la billetera del mundo…

—Es que no hay… Yo siento que somos todos parte de un mismo proceso que somos responsables nosotros mismos. Yo estoy hace un tiempo, pero es bueno y sano que se vayan renovando las personas que están al frente de estas áreas.

» Te diría profundizar dos ejes que son centrales, que tienen que ver con ampliar el acceso a la cultura, que más personas en este caso en la Ciudad de Buenos Aires se vinculen a la cultura y eso lo ves en el Pase Cultural. Me gustaría que el Pase Cultural lo tengan absolutamente todas y todos; hoy estamos arrimando pero es difícil que antes de terminar esta gestión podamos llegar al 100 %, por una cuestión de la dinámica. Tenés que suscribirlos, se tienen que anotar, etcétera… Venimos bien. Pero no solo el Pase, sino que realmente la cultura sea parte de la carta de ciudadanía de quienes viven o visitan esta ciudad. Lo es para mucha gente, para muchos de nosotros, pero no para todos. Entonces como sueño me gustaría que lo que nos define como habitantes de esta ciudad sea justamente la cultura.

» Ese es el sueño principal que tengo y espero que podamos contribuir en ese camino, que claramente es un camino; no un punto de llegada.

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