La Universidad de Buenos Aires atravesó su semana política más intensa. Desde el lunes, se definieron en simultáneo las conducciones de los centros de estudiantes de sus trece facultades y, a la vez, se eligieron los representantes del alumnado en los consejos directivos, en elecciones en las que más de 300.000 estudiantes estaban en condiciones de votar.
La sorpresa de estas elecciones la dio el Nuevo Espacio, una agrupación reformista heterogénea que agrupa a radicales, peronistas, socialistas y organizaciones gremiales, que logró recuperar el Centro de Estudiantes de la Facultad de Medicina, la más numerosa -90.000 estudiantes- con un impactante 71,74% de los votos.
El reformismo también conquistó los centros de Psicología y Sociales y triunfó en Arquitectura cuyos comicios terminaron recién el sábado, con el 44% de los votos. Quedó 9 puntos por encima de La Corriente, compuesta por distintas agrupaciones kirchneristas.
A su vez, se impuso holgadamente en los centros que ya conducía: Económicas, Derecho, Odontología e Ingeniería.
En total, el bloque reformista se quedó con la conducción de 8 de los 13 Centros de Estudiantes, en especial aquellos de las facultades más grandes que representan un 70 por ciento del total de alumnos de la UBA.
Los resultados muestran que el reformismo volvió a desplazar a la izquierda, que hizo su peor elección desde el 83, y proyectan que estaría en condiciones de recuperar la conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).
El enorme padrón estudiantil de la UBA -más de 300 mil estudiantes- supera al de algunas provincias (La Pampa, La Rioja, Santa Cruz o Tierra del Fuego) para sus elecciones generales. En esta ocasión, los comicios fueron obligatorios, lo que suele mejorar las posibilidades del reformismo, la fuerza alineada al rectorado, porque votan más estudiantes, incluso aquellos "menos politizados".
El año pasado, el reformismo había perdido tres de las siete facultades que conducía a manos de la izquierda. Entre ellas, Medicina, la más grande, que cuenta con 90 mil alumnos. El mapa político había quedado planteado con amplia mayoría a favor de la alianza establecida entre la izquierda y el kirchnerismo.
Esta vez, en Medicina, Nuevo Espacio (la lista reformista) logró un triunfo aplastante con el 71,74% de los votos. El Frente (la izquierda) ni siquiera pudo obtener un segundo lugar: quedó detrás del peronismo con apenas un 7,56%. Por la amplia diferencia, se quedaron además con los cuatro lugares en el consejo directivo.
Los otros dos centros que recuperó el reformismo fueron Psicología y Sociales, con el 45 y 43 por ciento de los votos respectivamente. En ambos casos, las listas de izquierda quedaron en tercer lugar, por debajo del 15 por ciento.
Donde sí sufrió un revés el radicalismo fue en Derecho: allí la tradicional Franja Morada no pudo recuperar el control. Nuevo Derecho, alineado al Partido Socialista de Roy Cortina pero también parte del bloque reformista, retuvo el centro y la mayoría en el consejo directivo. En otra de las facultades "grandes", Económicas, los reformistas de Nuevo Espacio lograron un triunfo contundente con casi el 75 por ciento de los votos.
"Siempre la política nacional incide en las elecciones de la universidad, pero no en la forma de alineación partidaria, sino que suele ser un indicio para identificar una tendencia en el voto. Nuestras listas se imponen cuando las elecciones son obligatorias porque creemos que tenemos propuestas más representativas de la mayoría de estudiantes. Después ideológicamente es difícil equipararlo al plano nacional. Casi no hay expresiones puras", explicaron a Infobae desde el reformismo.
En la UBA el panorama partidario es difuso. Fuerzas que a nivel nacional son adversarias, aquí pueden ser aliadas. El reformismo, por caso, es un frente heterogéneo compuesto por radicales, peronistas, socialistas y organizaciones gremiales.
Del otro lado está la izquierda con sus distintas vertientes: el trotskismo más duro y la Mella, una alianza con el kirchnerismo. Incluso, dentro de la Facultad de Sociales, dos listas del Partido Obrero compitieron entre sí: una encolumnada detrás de Gabriel Solano; la otra cercana a Jorge Altamira.
Por fuera de la interna en cada facultad, el otro foco que se dirime en cada elección es el liderazgo de la FUBA. Aún pendientes los resultados en FADU, donde recién hoy se cierran los comicios, es posible aventurar que el frente reformista recuperaría la federación estudiantil más grande de Sudamérica.
Hace poco más de un año, la izquierda perdió la FUBA tras 17 años de conducción a manos del Frente Reformista. Sin embargo, tras las elecciones en los centros de estudiantes, a los pocos meses una lista compuesta por el Partido Obrero, La Mella, La Cámpora y Nuevo Encuentro recuperó el control.
Con el nuevo escenario, el reformismo confía en contar con mayoría propia (más de 65 delegados), por lo cual, en un congreso, otra vez se impondría. De acuerdo al tamaño de la facultad, cada lista ganadora tiene asignada una cantidad fija de delegados, pero también entran otros en función de la representatividad, de los porcentajes de votos. El caso de Odontología es elocuente: la lista reformista AFO arrasó con un 91,86%, lo que llevó a que se quedara con los 6 delegados en la FUBA, a que incluso le arrebatara el único representante que tenía la izquierda.
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