El estudiante argentino Nicolás Manno volvió a demostrar su alto nivel académico y obtuvo una medalla de oro en la 51ª edición de las Olimpíadas Internacionales de Química que se desarrollaron en París.
El joven, de 18 años y que cursa el sexto año en la Escuela N° 27 "Hipólito Yrigoyen" del barrio porteño de Monte Castro, finalizó en el puesto 15 entre los 578 participantes (del primer al 37 lugar son galardonado con la presea dorada) que llegaron desde distintos puntos del globo. La última vez que un representante nacional había ganado un oro había sido en 2010.
Su premiación en la prestigiosa competencia no es la primera. En la cita del año pasado (que tuvo lugar en las ciudades de Bratislava, Eslovaquia, y Praga, República Checa) también había tenido una actuación notable, al obtener una medalla de bronce.
La ministra de Educación e Innovación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, felicitó al joven en las redes sociales, y compartió una foto con él que tuvieron durante el acto de entrega de premios en las Olimpíadas del Saber en la Villa Olímpica, en diciembre del año pasado.
Manno integró el equipo nacional junto a Alejandro Altamirano, del Instituto General San Martín de Rosario, y a Tobías Viola Aprea, del Colegio Nacional de Buenos Aires, quien, por su parte, fue distinguido con una medalla de bronce.
Los alumnos se prepararon para el certamen bajo la instrucción de Lorena Acebedo, docente de ciencias exactas en la Universidad de Buenos Aires UBA. Como parte del reglamento, la mentora viajó con ellos y estuvo acompañándolos en la cumbre de ciencias.
La Olimpíada Internacional de Química es una competencia académica anual que se realiza cada mes de julio y en la cual participan estudiantes menores de 20 años que no estén matriculados como regulares en alguna institución superior al nivel secundario.
El concurso consta de dos exámenes, un teórico puntos y otro práctico. Ambos tienen una duración de hasta cinco horas, y se celebran en días diferentes. Las pruebas tiene un valor de 60 y 40 puntos respectivamente. La suma de los resultados determina el puntaje final del estudiante.
Un jurado científico, que se instala por el país anfitrión, sugiere las tareas. El jurado internacional, formado por los dos tutores de cada uno de los países participantes, analizan las pruebas de la competición y las traducen a la lengua de preferencia de sus estudiantes. En la evaluación definitoria, quienes quedan entre los puestos 38 y 101 se llevan una medalla de plata, mientras que del 102 al 196 son premiados con el bronce.
El próximo objetivo, tanto para Manno como para Altamirano y Viola Aprea, será en Portugal. Hasta allí viajarán en septiembre para representar nuevamente al país en la 24ª Olimpíada Iberoamericana de Química.
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