En 2009 viajaron por primera vez al paraje Árbol Blanco, en Santiago del Estero, como alumnos del colegio Moorlands. Una vez egresados decidieron volver para saludar a la comunidad que les había abierto las puertas. Ya desde 2010 se tornó una costumbre y se consolidó una misión de fondo: ayudar a los chicos que viven allí.
"Éramos un grupo de jóvenes que le destinábamos todas nuestras semanas santas a visitar a esta gran familia. Después de varios viajes y ya contando con más herramientas, con algunos nos dimos cuenta de que podíamos hacer mucho más de lo que estábamos haciendo. Y ahí nos empezamos a juntar entre varios y a pensar diferentes proyectos. Crecimos mucho a lo largo de todos estos años y entre tantas idas y vueltas armamos la asociación civil enfocándonos en tres pilares estratégicos: educación, salud y talleres recreativos", contó Nicole Fusilier.
Nicole preside la Asociación Civil Una Sola Familia, conformado por ex alumnos del colegio de Pilar, todos por debajo de 27 años. El proyecto se enfoca en Árbol Blanco, un paraje que se encuentra a 120 kilómetros del norte de Quimilí, departamento de Moreno.
La comunidad está compuesta por 50 familias que se dedican, sobre todo, a actividades agrícolas y ganaderas. Algunos tienen sus propios terrenos, pero muchos trabajan como peones "golondrina" en los campos de la región. Su realidad, en general, es muy precaria: no cuentan con baños dentro de su vivienda, no tienen alumbrado público, redes de agua, cloacas ni gas.
"Nuestro objetivo es que los chicos terminen el secundario con los conocimientos necesarios que les permitan un futuro con autonomía. Lo que buscamos es promover un desarrollo integral y darles herramientas educativas que generen igualdad de oportunidades. En definitiva, queremos que los chicos puedan tener las mismas oportunidades que nosotros tuvimos", explicó Fusilier.
Para ello, llevan adelante dos programas. Por un lado, el programa de apoyo escolar, que busca reforzar la formación académica de los chicos que viven en el paraje. "Actualmente nos encontramos buscando donaciones para poder financiar este programa", remarcaron desde la asociación civil.
Por otro lado, tienen un programa de becas que hoy llega a 22 chicos. Esa necesidad surge porque no hay escuelas secundarias en Árbol Blanco. Entonces los adolescentes deben trasladarse a otros pueblos para poder terminar su educación obligatoria. Sucede que muchos de los padres no cuentan con los recursos suficientes para afrontarlo.
A su vez, como el único espacio para los chicos era la escuela primaria, junto con la comunidad construyeron una ludoteca en el paraje, pensando este espacio como "un tercer maestro".
Pero también "Una sola familia" brinda asistencia médica. Realizan controles médicos, capacitaciones y forman a agentes sanitarios. En cada agosto viajan con médicos para hacer los chequeos pertinentes a la comunidad.
El último punto que toca la ONG es el recreativo. Desde mayo de 2015, dictan un taller de deporte. Los chicos entrenan los jueves con un profesor de educación física que también se encarga de hacerlos partícipes en torneos con jóvenes de otros pueblos. Además, todas las Semanas Santas realizan un torneo de fútbol en el paraje que los vincula con otras comunidades.