En los últimos años, acaparó menciones internacionales como uno de los casos de éxito educativo a seguir. La OCDE, por caso, en 2017, la incluyó en "El manual de los ambientes innovadores de aprendizajes" junto a otras cuatro iniciativas en el mundo. Innova Schools es una de red de colegios privados "low cost" que se consolidó en Perú y gana atención fuera de su país de origen.
Los expertos la observan como una de las innovaciones educativas más potentes de la región, sobre todo por su potencial de ser escalable. "Si la metodología de las escuelas Innova funciona como esperan sus administradores, si los aprendizajes en sus miles de estudiantes trascienden a su paso por la escuela, no encuentro ninguna razón para no animar a los gobiernos a que la emulen. Es una esperanzadora historia, de la que muchos deben tomar nota", analizó Juan María Segura, consultor en innovación y gestión educativa, en su último libro, Yo qué sé, Recargado.
El proyecto arrancó en 2005. Jorge Yzusqui Chessman lo impulsó en forma personal y comenzó con solo tres escuelas. Optó por un modelo de aprendizaje que definen como "socioconstructivista" y se basa en la indagación. El objetivo es que cada alumno sea capaz de construir su propio conocimiento. Lograr educación de calidad a un bajo costo de la mano tres pilares: autonomía, trabajo colaborativo y plataformas tecnológicas, que les permite a los estudiantes avanzar a su propio ritmo.
En primaria y secundaria utilizan el modelo blended learning, que integra la computadora al servicio del un aprendizaje más autónomo. En la etapa grupal, los estudiantes aprenden en grupos de cuatro a seis integrantes: colaboran entre sí, con la mediación de un profesor que facilita que la interacción.
El espacio se vuelve central. Según Segura, "las escuelas son modernas, espaciosas, con diseño y equipamiento adecuado, con aulas multimediales, laboratorios y espacios especialmente pensados para favorecer el trabajo en equipo y la interacción entre estudiantes". Hay pleno acceso a Internet.
"Comencé porque tenía el convencimiento de que nuestro país no iba a ser nunca sostenible en el largo plazo, porque hay un acceso desigual al conocimiento. Solamente un 15% de los chicos peruanos tiene acceso a educación de calidad. La propuesta siempre tuvo como premisa el bajo costo. La cuota mensual es de 150 dólares, es decir, 1500 dólares anuales; muy similar a lo que el Estado peruano invierte por alumno, entre 1.200 y 1.300 dólares", le dijo a Infobae Yzusqui Chessman, fundador y director general de Innova Schools.
Cinco años después, la empresa Intercorp se sumó a la iniciativa y la cadena de escuelas despegó. Hoy son 40 mil alumnos distribuidos en los 54 colegios que tiene Innova. Todos ellos, salvo uno en México, desplegados en el territorio peruano. Los resultados, que reflejan las pruebas de aprendizaje, respaldan la metodología. En cuarto grado, por ejemplo, el porcentaje de alumnos de escuelas públicas urbanas que aprobó lectura en la evaluación nacional de 2018 fue del 36%. En los 12.000 colegios privados peruanos fue del 43% mientras que el promedio de Innova llegó al 65%.
En la región, el gran determinante educativo sigue siendo el nivel socioeconómico. Mientras más rico es el hogar de donde proviene el chico, más posibilidades de que aprenda más. Cuando se mide al modelo que impulsa Chessman con las diez escuelas más caras de Perú, la comparación es pareja. En lengua está por debajo (76% de aprobados contra 65%), pero en matemática lo supera (67% contra 62%).
"Medir solo el éxito de un modelo educativo por sus resultados en pruebas sería injusto", planteó el director. "Tenemos otros indicadores que nos hacen ver que estamos en el camino correcto. Por ejemplo, el 65% de los estudiantes que egresaron pasaron el examen de ingreso y se encuentran estudiando en la universidad. Incluso algunos de nuestros estudiantes postularon e ingresaron a las universidades norteamericanas más prestigiosas".
-¿Dónde vio la necesidad de replantear el modelo de enseñanza?
-Es que los colegios se convirtieron en lugares en los que los alumnos no se sienten cómodos. Hoy ya no son felices yendo al colegio. La estructura vigente funcionaba hace 50 años, pero hoy ya está obsoleta. Lo que hicimos fue repensar el modelo, hacer mucha investigación para saber qué necesitaban los alumnos para sentirse felices. El resultado fue un modelo blended learning, que combina un 30% de aprendizaje individual a través de plataformas y un 70% de trabajo en grupo.
-¿Cómo describiría un día típico de clases en sus colegios?
-Las clases constan de tres momentos: una etapa de motivación, otra de construcción y otra de cierre. Capturar la atención de los alumnos es una de las cosas más difíciles que existe. Por eso, dedicamos especial énfasis a mantenerlos motivados. En la construcción, los estudiantes preparan monografías o investigaciones. La evaluación no es solo un examen al final. Se va construyendo continuamente. En el cierre, el profesor les lanza un reto, ya sea una pregunta o un video, y los alumnos construyen en grupos e indagan. El maestro va de mesa en mesa y cuando ve que se acercan a la respuesta genera un debate. La indagación es la base de nuestro modelo.
-¿El profesor cómo se adapta a ese cambio?
-El profesor cumple el rol de guía o coach cuando, en general, han sido diseñados para alumnos receptores, más bien pasivos. Nos lleva tres años generar el cambio de un docente que recién ingresa. Reciben 120 horas de capacitación anuales, que desarrollamos para cubrir sus necesidades. En general, son mujeres madres, con poco tiempo para capacitarse por fuera de su horario laboral. Entonces adaptamos los cursos para que los puedan hacer en el transporte público de camino al colegio, a través del celular, por ejemplo. También tienen acceso al repositorio de contenidos en donde pueden preparar sus clases.
-¿La idea es expandirse también por fuera de Perú?
-Sí, queremos seguir avanzando en Perú y llegar a otros países. Los países en América Latina no avanzamos en educación. Ya es un fenómeno que venimos observando hace tiempo. La razón principal es porque en los procesos educativos el alumno no está en el centro. Hay otros intereses que impiden que se hagan las reformas pertinentes. Mientras no seamos capaces de comprenderlo, será muy difícil crecer como región. Y el esfuerzo tiene que ser tanto público como privado. Los dos sectores son necesarios.
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