Después de 60 años, la Armada Argentina le restituyó a la Universidad de Buenos Aires (UBA) un predio de 224.000 metros cuadrados lindero con el Río de la Plata que por ley le pertenece a la alta casa de estudios.
En la sesión de este miércoles, el Consejo Superior de la universidad, integrado por los decanos de todas las facultades, representantes de los profesores, estudiantes y graduados, aprobó por amplia mayoría el convenio que el rector Alberto Barbieri firmó con el vicealmirante José Luis Villán, jefe de la Armada.
La extensión del terreno representa más de veinte manzanas. Está ubicado detrás de Ciudad Universitaria, y se extiende desde el predio del Círculo de la Policía Federal y la desembocadura al Río de la Plata del Arroyo Medrano hasta inmediaciones de la avenida Cantilo.
El convenio firmado menciona el decreto rubricado por el entonces presidente Arturo Frondizi en 1958 que le entrega a la UBA el predio para fines académicos, sociales y culturales. Una ley sancionada tres años después refrendó la transferencia, pero también autorizó a la Armada a disponer del predio hasta la construcción de una dársena que, medio siglo después, todavía no se llevó a cabo. Hasta el momento, en el predio funciona el Centro Naval, el Centro de Graduados del Liceo Naval y el club CUBA.
"Los terrenos siempre formaron parte de la Ciudad Universitaria. Sucede que hasta el momento nunca se pudieron usufructuar. Los reclamos de parte de la universidad siempre estuvieron, pero los cambios de gobierno con períodos militares incluidos dificultaron la restitución. En 2014 iniciamos la gestión formal con el Ministerio de Defensa y hubo voluntad política para llevar el reclamo legal hasta esta instancia", le dijo a Infobae el rector Barbieri.
Desde la universidad explicaron que primero deben tomar posesión y hacer un análisis del funcionamiento del terreno para luego decidir para qué lo utilizarán. La idea inicial es ampliar la actividad académica y de extensión, pero al mismo tiempo cobrarán un canon tanto al club como a la Marina para luego financiar becas o mejoras edilicias.
"Nadie tiene que entrar en pánico. No va a ser de la noche a la mañana. Somos conscientes que está el club CUBA y el Centro Naval en el predio con usos precarios. Nos vamos a sentar con ellos a acordar un usufructo con los niveles de mercado que correspondan y también usaremos parte del terreno para seguir avanzando en actividades académicas y de investigación", advirtió Barbieri.
La historia se remonta a 1958, cuando la Armada le otorgó el primer permiso a CUBA para utilizar el predio. A cambio, el club no paga un canon, pero sí tiene que mantener el canal de acceso a la bahía. De acuerdo al último balance de CUBA, de junio de 2018, los alquileres de amarras y marinas fue de 11 millones de pesos.
Luego, en 1962, la Armada le concedió al Centro de Graduados del Liceo Naval una parte del predio que, en el último convenio de 1988, figura como gratuito. Ya en 1990, el Centro Naval consiguió un permiso precario para utilizar la denominada "península" y una parte del espejo de agua, entre el lugar asignado a CUBA y el Centro de Graduados. El permiso se estableció de carácter oneroso, a pagar en obras que el Centro Naval realizaría y que, al momento de la desocupación, quedaba en beneficio del propietario del terreno.
En el nuevo convenio de restitución suscripto con la Armada, la UBA asumió distintos compromisos. El principal es la construcción de la dársena. En caso de que la Armada consiga el terreno para hacerlo, será la propia universidad la que pagará por la obra. A su vez, se contempla el mantenimiento de veinte sitios de amarre, de un acceso de rampa y varaderos, facilitar estructura cubierta para depósito de material naval y embarcaciones fuera del agua, así como para instrucción marinera y náutica.
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