Melina Furman es bióloga, pero se acercó a la educación tras un interrogante: ¿cómo es que aprenden los chicos? Y más aún, ¿qué es lo que hay que hacer para despertar su deseo por aprender? Con esas premisas, se presentó en el stand que tiene la plataforma educativa TICMAS en la Feria del Libro.
"Todos los que enseñamos lo hacemos con el mayor esfuerzo de dejar algo que valga la pena. Por eso, siempre el educador tiene que pensar qué es lo realmente importante para que sus alumnos se lleven a la vida. Y al momento de enseñar tiene que estar claro que decir algo no implica que el chico lo haya aprendido. El aprendizaje es mucho más laborioso y debe conectar con la propia vida. Si uno rememora todo lo que aprendió en la escuela, dice ¡cuánto tiempo perdido!", dijo la especialista en un diálogo que mantuvo con Patricio Zunini.
La disertante llamó a trabajar más concienzudamente la currícula escolar. "De todos los temas hay algunos que son importantes y otros menos. A los realmente importantes se le dedica más tiempo, a los que ayudan al desarrollo de habilidades, a enseñar a pensar. Siempre hay que preguntarse qué es lo importante. Muchas fechas y nombres no son tan importantes. Enseñar de otra manera no es descuidar la currícula", sostuvo.
Sin embargo, para ella, lo experiencia de aprendizaje que se da en el hogar puede ser incluso más potente que la que sucede en el aula. "A veces sentimos que la gran decisión nuestra es a qué escuela mandamos a nuestros hijos, pero la educación se construye en casa. A veces no nos damos cuenta del gran peso que tiene eso. No será educación formal, pero sí probablemente sea la más importante de todas", remarcó.
Furman se refirió a su libro Guía para criar hijos curiosos, publicado el año pasado. "El libro nace de una combinación de dos mundos. El laboral, todo lo relativo a la educación y mi trabajo como maestra, y mi experiencia como mamá de mellizos. Empecé a sentir como mamá educadora que había un montón de pistas que nos podían servir para hacer cosas en casa, para incentivar el aprendizaje en el hogar. En el camino muchas familias me mandaron actividades que ellos hacían", expresó.
En ese contexto, advirtió, el juego puede ser un gran aliado del aprendizaje. "El gran secreto es que sean experiencias auténticas. Siempre tenemos que jugar el juego completo, no por partes. Hacer algo auténtico, una pregunta que haya que debatir, investigar", apuntó y dio el ejemplo de una familia que intentó responder a la pregunta de ¿quién aprende más rápido: los grandes o los chicos? Y lo hizo a través de ver quién podía decir de corrido toda la letra de una canción.
Con respecto a la tecnología, la clave está en cómo se usa. "El celular puede ser un enemigo o un amigo del aprendizaje según cómo lo usemos. Usarlo para tirar la punta del ovillo puede ser genial, pero si nos quedamos con eso, no alcanza. En la medida que algo nos interesa mucho, nos invita a indagar. Aprender es algo que hacemos toda la vida y nos hace felices", señaló.
Furman también presentó la nueva publicación que coordina de Educación que aprende de la editorial Siglo XXI. Se llama Inventar para aprender y remarca la importancia de la "cultura maker" en los jóvenes. "Que los chicos hagan inventos, que trabajen con software para programar tiene un plus del aprendizaje materializado en algo concreto".
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