En la Facultad de Sociales de la UBA se presenta una situación inusual: las autoridades decidieron suspender las clases por las fallas edilicias que identificaron en Santiago del Estero 1029, pero los estudiantes aseguran que la sede está en condiciones y mantienen abierta la Facultad pese al riesgo que implica.
Sociales está tomada hace tres semanas. Fue la propia ocupación, de acuerdo a un informe Secretaría de Hacienda y Administración de la Facultad, que ocasionó distintas anomalías que imposibilitan el normal dictado de clases: "Las condiciones de higiene y seguridad en el edificio no están garantizadas tras tres semanas de toma. Hay salidas de emergencia bloqueadas, pisos inundados porque taparon los desagües, oficinas administrativas tapiadas con sillas y candados", enumeró a Infobae una fuente oficial.
En un principio, la toma era total, pero luego en asamblea votaron por una modalidad más flexible, que permite el dictado de clases en algunas aulas, pasillos y calles, pero que impide el ingreso de las autoridades y personal administrativo en la Facultad.
Por las malas condiciones del edificio, el decanato decidió ayer dar marcha atrás a la primera decisión que habían tomado, que era abrir las puertas en el Día del Estudiante para que los alumnos encaucen el cuatrimestre.
"Pese a la voluntad institucional de mantener abierta la Sede Santiago del Estero durante el día 21/9 con el objetivo de no seguir perdiendo días de clases y retomar el ritmo cotidiano, nos vemos en la obligación de suspender todo tipo de actividad programada en dicha sede a partir del día de la fecha", dice el comunicado que difundieron ayer.
Pero los estudiantes que sostienen la toma no están de acuerdo. Según ellos, las condiciones están dadas para que Sociales siga abierta. Por eso, no cerraron las puertas e, incluso, algunos docentes están dando clases. "Lo que hay es una tensión entre los distintos claustros. Entre el decanato, los estudiantes el personal docente y no docente", explicaron cerca de la Facultad.
El panorama político en Sociales es complejo. Hoy el decanato está conducido por una alianza entre kirchneristas y radicales. El centro de estudiantes lo maneja la UES, que es cercana a la actual gestión e impulsa el levantamiento de la toma. En tanto, la ocupación está encabezada por grupos de izquierda que, por ahora, no piensan levantar la medida de fuerza.
En el medio está el cuatrimestre que, con la toma, corre riesgo. Para Sociales, las clases públicas son válidas, pero los docentes no pueden tomar asistencia porque las oficinas están cerradas. "Estamos haciendo todo lo posible para que no se pierda, pero es imprescindible la normalización de la vida institucional de la Facultad", dijeron desde el decanato.
Seguí leyendo: