Desde hace ya unos años estaba instalado el rumor en los pasillos de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), pero recién en abril se confirmó: el nuevo rector sería laico. Se cortaría, de ese modo, una tradición eclesiástica en la UCA, que en sus 60 años de historia tuvo dos obispos y tres sacerdotes como líderes.
El nuevo rector es Miguel Ángel Schiavone, de 64 años, que venía de ser decano de la Facultad de Ciencias Médicas. Doctor en medicina egresado de la UBA, especialista en clínica médica y en salud pública. Fue docente en diversas universidades y es autor de numerosas publicaciones sobre salud pública. Fue subdirector médico del Hospital Fernández entre 2001 y 2007, subsecretario de salud de la ciudad de Buenos Aires, presidente de la Sociedad Argentina de Administración Hospitalaria. En los últimos días, fue uno de los expositores que se manifestó en contra del aborto en el Congreso.
El arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, junto al rector saliente, monseñor Víctor Manuel Fernández, le comunicaron la decisión y Schiavone asumió el 25 de abril. Sin embargo, su juramento se realizó recién ayer a las 18:30, en el auditorio San Agustín, ubicado en Alicia Moreau de Justo 1300.
"Asumir este rol me impactó muy fuerte emocionalmente. Poder conducir la UCA llena de orgullo a cualquiera. En una etapa avanzada en mi carrera profesional podría decir que este es el premio final. Es lo máximo en lo que uno puede alcanzar en el nivel educativo. Por eso, además de la alegría, conlleva una gran responsabilidad", le dijo Schiavone en una entrevista a Infobae.
-¿Con qué panorama se encontró en los primeros días como rector?
-Me encontré con una universidad saneada, floreciente y pujante, con un cuerpo directivo de lujo, con la búsqueda de excelencia académica en los docentes. Con una universidad referente en el sistema.
-¿Lo sorprendió la designación, ser el primer rector laico?
-Había en la universidad la idea desde hace algún tiempo, en medio de la apertura de la Iglesia. Por supuesto que todos los decanos albergábamos alguna esperanza, porque todos esperamos llegar a este punto. Cuando me lo confirmaron me sentí orgulloso de haber sido el elegido.
-¿Cree que es un mensaje de la Iglesia?
-Sí, forma parte de la apertura que viene desde el Concilio Vaticano y se sustenta en los últimos documentos del Papa Francisco. El último documento vinculado a las universidades y facultades eclesiásticas, el Veritatis Gaudium, hace referencia fuertemente a este tema.
-¿Va a haber un cambio en el estilo de conducción?
-No hay dos personas iguales. Cada persona tiene un estilo distinto. No me cabe la menor duda, pero la misión y la visión de la UCA se va a mantener inalterable. Eso no es negociable. Probablemente cambiaremos procedimientos y técnicas en la medida de estar más preparado para la gestión, pero los valores y la identidad no se van a modificar. Es el espíritu que heredo y voy a tratar de mantener.
-¿Cuáles van a ser los ejes de su gestión?
-Vamos a elaborar un nuevo proyecto institucional 2018-2022. El proyecto va a ser participativo. Vamos a abrir el diálogo a todos los integrantes de la comunidad educativa. Los ejes van a ser la enseñanza y la formación. Cómo va a ser la formación en los próximos años.
-¿Va a haber un cambio pedagógico en la universidad?
-No tanto pedagógico, sino de técnicas con la incorporación de la carrera docente en la universidad. También el desarrollo de redes de saber y conocimiento que hoy permiten las nuevas tecnologías. Vamos a poner el foco en educación virtual no pensando que va a reemplazar al docente. Una computadora no reemplaza la relación docente-alumno, pero amplía las posibilidades del ser humano. Además, trabajar en la interdisciplina, en la investigación, la extensión y responsabilidad social que es un elemento sustantivo para nosotros en la fe católica. El nuevo proyecto forma parte de la reacreditación que recibimos de CONEAU el año pasado.
-¿En qué consiste esa reacreditación?
-Todas las instituciones tienen una evaluación externa de CONEAU. Todas nuestras facultades estaban validadas por el organismo, pero nosotros pedimos la reacreditación de toda la universidad en su conjunto. Fue un proceso de casi dos años porque hay un montón de etapas previas como visitas y generación de informes.
-Dentro de ese proyecto, ¿está la idea de trabajar en avances edilicios?
-No estoy pensando en poner más ladrillos. Así como en salud no hacen falta más camas y se necesita ser más eficiente en la gestión de esas camas, en educación no hacen falta más aulas. Si somos eficientes en la gestión e incorporación de educación virtual, no harían falta más construcciones. En algunas facultades hay quejas por falta de aulas, pero la realidad es porque todos van a las 5 de la tarde y a la mañana están vacías. No está en mi idea construir, pero sí trabajar en el mantenimiento y desarrollo de lo ecológico en mis cinco años de gestión.
-¿Cómo espera que lo recuerden una vez que haya terminado su gestión?
-En todos los lugares en los que estuve, me recuerdan con afecto y como un trabajador. Me he movido no por intereses personales. Para mí, lo primero es la institución. Me gustaría que me recuerden sabiendo que todo lo que hice fue por mejorar la institución, relegando cualquier "chapa" profesional.
Seguí leyendo: