Hasta este año, la cantidad de inscriptos se mantenía estable en la UBA, siempre apenas por encima de los 50 mil aspirantes. 2018 fue el año del pico: con respecto al año pasado, pasó de 52.376 a 58.150, lo cual implica un crecimiento del 11%.
Los datos del Ciclo Básico Común (CBC), a los que Infobae accedió en exclusiva, dejan ver que ese incremento se lo deben al avance en las facultades de Medicina, Ingeniería, Exactas y Odontología. "Si se lo compara con los números de la última década, es un récord", confirmó Jorge Ferronato, director del CBC.
Como cada año, Medicina acumula la mayor cantidad de alumnos, con la particularidad de que registró un aumento del 3%, lo que la aleja aún más de Económicas, la segunda en la lista de las facultades más requeridas. Por ello, no es casualidad que cuatro entre las once carreras más elegidas se dicten en sus aulas (Medicina, Nutrición, Enfermería y Kinesiología).
Otra rama de carreras que crecen son las ingenierías, que en 2015 superaron a Sociales -en baja- y en 2018 estiraron la brecha. Más allá del aumento de ingresantes, aún la tasa de graduación es baja. En promedio, en Argentina se gradúan 8.300 ingenieros por año y necesitaría, al menos, alcanzar los 10.000 para satisfacer las demandas del mercado laboral. Hay tan solo 1 ingeniero cada 6.300 habitantes cuando países de avanzada como China tienen 1 cada 2.000. En Brasil, por caso, hay uno cada 4.000.
Esa necesidad notoria empuja el interés, aunque también -aclara Ferronato- hay otros factores importantes. "La posibilidad de tener una salida laboral importante, pero no lo único. Se le suma el otorgamiento de becas tanto del Ministerio de Educación de la Nación como de la universidad, a ciertas políticas de estado de incentivo y, sobre todo, a la presencia de la facultad en los últimos años de las escuelas secundarias", agregó.
Sin embargo, surge un inconveniente dentro de la propia UBA. El CBC produce más del 70% de deserción entre los aspirantes a convertirse en ingenieros. Se anotan cerca de 4.500 y el año pasado llegaron 1.700 al primer año de la carrera. "Sigue siendo un número muy significativo. Hace poco solo llegaban 1.200, pero también necesitamos trabajar en el CBC para bajar los niveles de deserción. Buscar una enseñanza con un método orientado a las ingenierías que los motive", dijo a Infobae Alejandro Martínez, decano de la FIUBA.
Como contrapartida, hubo un decaimiento porcentual de inscriptos en Ciencias Sociales, Psicología y Filosofía. Justamente la facultad de Psicología había dado la nota el año pasado al superar, por primera vez, a Derecho. En 2018 se revirtió la tendencia, pero la carrera principal que se imparte en la sede -Psicología- se sostuvo como la segunda más elegida de las 90 que ofrece la UBA.
Pese a que aún no está finalizado el procesamiento de datos, se mantiene la paridad entre los tipos de gestión de donde provienen los alumnos, con las escuelas privadas apenas por encima de las públicas, y se suma una cantidad considerable de extranjeros.
Hay otra tendencia que se sostiene. En el CBC, desde hace años, hay una "división" de sus cursantes en tercios. Un tercio lo supera en tiempo y forma, es decir, en un año. Un tercio necesita un semestre extra para lograrlo. Mientras que el otro tercio abandona. "Mejoró un poco y llegó al 35% el que lo termina en regla, pero la deserción sigue siendo alta", advirtió Ferronato.
Una de las principales apuntadas es la escuela secundaria, por la "crisis de aprendizaje" con la que llegan los chicos a la universidad. "La educación en las etapas anteriores es deficiente, sobre todo, donde más se ve la falta de conocimientos es en las materias duras", consideró Martínez.
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