La evaluación Aprender 2017 arrojó dos datos innegables: los chicos del último año de la secundaria mejoraron en lengua y sostuvieron un muy mal nivel en matemática. En la comparación con el Operativo Nacional de Evaluación (ONE), realizado en 2013, los dos enunciados cobran aún más fuerza.
De acuerdo a un informe del Observatorio Argentinos por la Educación, hay una mejoría de 14 puntos porcentuales en comprensión lectora desde 2013, pero una caída de 4 puntos en la resolución de operaciones matemáticas.
Por amplio margen, la jurisdicción de mayor crecimiento en los últimos cuatro años fue la Ciudad de Buenos Aires, que lidera el ranking de las dos materias. Los chicos porteños mejoraron 22 puntos en lengua y se mantuvieron estables en matemática. La Provincia de Buenos Aires, por su parte, creció en términos porcentuales 12 puntos en lengua y cayó 7 puntos en matemática.
En lengua, todas las provincias crecieron en su rendimiento, pero Salta fue la de menor avance (solo dos puntos). En la posición con respecto a otras provincias, la que más mejoró fue Córdoba (subió nueve puestos) y la que más bajó fue Santa Fe (cayó siete escalones). Jujuy, Misiones, La Rioja, Corrientes y Catamarca experimentaron grandes avances, pese a que ocupan algunos de los últimos puestos.
En matemática la situación es bien distinta. Solo siete provincias mejoraron su rendimiento con respecto a las pruebas ONE. En puntos porcentuales, la que más mejoró fue Jujuy (4 puntos arriba) y la de mayor caída fue Río Negro (11 puntos abajo). A diferencia del resto de las destacadas, Córdoba sí marcó un avance y se estableció en el segundo puesto.
Entre las provincias de peor calidad educativa se mantiene la tendencia. Chaco, Formosa y Santiago del Estero, en ese orden, ocupan las últimas posiciones en las dos materias. En lengua, más de la mitad de sus alumnos están en el nivel básico o por debajo. En matemática, ese índice se dispara por encima del 80%.
La brecha educativa nacional es notoria en diversos aspectos y no escapa a la territorialidad. Entre la primera jurisdicción, que es CABA, y la última, que es Chaco, hay 35 puntos de diferencia en lengua y 41 en matemática.
La realidad contra la opinión
La realidad educativa no se condice con la mirada que tienen los adultos sobre ella. Hace pocos días, una encuesta de la Fundación Varkey a padres de 29 países, reveló que el 84% de los argentinos cree que la educación que reciben sus hijos es buena o muy buena.
En la misma línea, una encuesta que acompaña el informe del Observatorio indica que más de la mitad de los ciudadanos de CABA y Provincia de Buenos Aires (55,6%) está conforme con la calidad educativa en el país. Tan solo el 9% de los encuestados la consideró muy mala.
"Las opiniones sobre la calidad educativa exhiben una distancia significativa con respecto a los resultados de aprendizaje. Esto plantea un desafío doble: por un lado, entender qué es lo que la sociedad está valorando del sistema. Por el otro, poder generar conciencia en la opinión pública sobre esta brecha", consideró Ignacio Ibarzábal, director ejecutivo del Observatorio Argentinos por la Educación.
Cuando la encuesta preguntó por cómo creían que había evolucionado la educación, los resultados fueron menos optimistas. El 44% cree que se mantuvo igual, el 30% piensa que empeoró y el 23,5% considera que se mejoró.
Según el informe, hay datos que permiten sustentar las distintas posturas. Para la opinión mayoritaria de estancamiento, los resultados de PISA desde 2000 hasta 2012 arrojaron resultados similares en las tres áreas (ciencias, matemática y lectura).
Sin embargo, en la comparación regional, Argentina estaba por encima de otros cinco países -Brasil, Chile, México y Perú- al principio, pero en la última prueba que participó quedó en cuarto lugar. Como dato positivo, destacan que en las últimas dos décadas se incorporaron casi un millón de estudiantes nuevos a la secundaria y que la matrícula del nivel inicial creció un 38% en doce años.
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