Aprender 2017 arrojó una buena y una mala noticia. La buena fue el incremento destacable en Lengua con respecto al año pasado. La mala: los chicos que están cerca de terminar el secundario presentan un nivel muy bajo en matemática. Tan así que al 69% de los alumnos le cuesta resolver operaciones sencillas.
En la presentación de los resultados a la prensa, Elena Duro, secretaria de evaluación educativa, se refirió al estancamiento en la materia. "Es una tendencia global la mejora en Lengua y el estancamiento en Matemática, excepto algunos países que implementan algunas prácticas innovadoras", dijo.
Por su parte, el ministro de educación, Alejandro Finocchiaro sostuvo: "Hace 30 años trabajamos en un sentido y los resultados no cambian. Quiere decir que algo no está bien". Por ello, adelantó sin precisar cuáles, comenzarán a implementar algunas prácticas innovadoras en las aulas, a la vez que fortalecerán la formación docente en la asignatura.
La pregunta que se dispara es: ¿por qué las otras materias mejoran pero Matemática no? Los expertos que consultó Infobae coinciden en que hay una pedagogía obsoleta, que no entusiasma a los alumnos y no logra hacer captar la abstracción de las operaciones numéricas.
"Sorprende porque estando en un nivel tan bajo la mejora es más sencilla. La línea de base fue Aprender 2016. Ahora habría que preguntar qué pasa que mejoramos en Lengua y Ciencias Naturales, pero no en Matemática", señaló María Cortelezzi, directora ejecutiva de Educar 2050.
Cortelezzi dice que hasta hoy se desarrollaron jornadas institucionales con profesores de matemática en la que se trabajó en comprensión lectora para enseñar a los chicos a entender las consignas, pero que eso no es suficiente. "Los jóvenes están pidiendo que la enseñanza sea diferente, piden por innovaciones que permitan llegar al aprendizaje desde otro lugar, que los conecte y se valore el aprender", agregó.
Por su parte, Juan María Segura, experto en innovación y gestión educativa, explicó que el gran problema es que quienes se gradúan, lo hacen con una "enorme falencia" en esta área del conocimiento. "Por esa razón, en parte, huyen de las ingenierías y carreras científicas", explicó.
Para Segura, la solución es clara: cambiar la didáctica y llevarla a un estilo divertido y desafiante u optar por una pedagogía práctica y tangible. "La vida cotidiana está plagada de problemas reales que demandan comprensión y dominio matemático. Y el problema hay que abordarlo con mayor energía y urgencia en los primeros 4 años de la escuela primaria, allí se marca la cancha", reflexionó.
En la comparación con las pruebas ONE de 2013 y Aprender de 2016 se detecta un estancamiento. No hubo ningún avance. Todavía el 41% está por debajo del nivel básico. A fines de contrarrestar esa deficiencia, en parte, se aprobó la Secundaria 2030, que debe empezar a implementarse a partir de 2019. En el nuevo modelo pedagógico, más horizontal y de proyectos integradas, están depositadas las esperanzas de mejora.
Sin embargo, ya desde este año el Ministerio de Educación cerrará acuerdos para trabajar con escuelas piloto. Un caso concreto fue el de Matific, un método que demostró avances de hasta el 34% en el rendimiento de chicos israelíes en matemática. Se trata de una plataforma de e-learning con juegos y 2.000 actividades interactivas que el alumno debe ir sorteando. En 2018, se instalarán en más de 100 escuelas argentinas.
Gustavo Zorzoli, además de rector del Colegio Nacional Buenos Aires, es profesor de Matemática. Considera que se debe "pensar una política muy fuerte" sobre cómo enseñar la materia. Su propuesta es reducir el contenido de las materias, pero profundizar en los conceptos nodales.
"Es difícil trabajar en proyectos porque nuestros profesores están formados de una manera disciplinar. Por otro parte, la matemática es abstracta, por lo que no se puede volver tangible todo y, de hecho, en la universidad piden mayor abstracción. Yo creo que habría que focalizar en las funciones, con menos extensión de contenidos y no tanta repetición", opinó.
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