Una experta japonesa explicó las cinco grandes diferencias entre su educación y la argentina

Japón tiene resultados de excelencia. Chizuru Ushida, profesora universitaria, visitó Buenos Aires y habló con Infobae. "A los maestros se les paga muy bien y no hacen paros", dijo

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Chizuru Ushida, en su visita
Chizuru Ushida, en su visita en Buenos Aires

Las pruebas PISA avalan el éxito de su sistema educativo. En las últimas evaluaciones, nunca bajaron del top 10 en las tres disciplinas que se miden: Matemática, Ciencias y Habilidad lectora.Tienen 9 años de educación obligatoria. Sus 9 años de educación obligatoria -seis de primaria y tres de secundaria- rinden frutos en Japón.

La doctora Chizuru Ushida, profesora en la Facultad de Estudios Extranjeros de la Universidad de Nanzan, vino de visita a Buenos Aires a brindar una serie de charlas y un workshop en la embajada japonesa. La experta habló con Infobae y marcó las principales diferencias entre su sistema educativo y el argentino.

No hay repitencia en la primaria

En Japón no existe el sistema de repitencia en primaria. Todos pueden avanzar al siguiente curso sin importar su nivel. "Importa más la armonía del grupo", explicó Ushida. Cuando hay dificultades de aprendizaje, tanto la escuela como la familia lo apoyan. Muchos niños, de hecho, van a un instituto privado para complementar su enseñanza.

La experta lo observa como una ventaja con respecto a Latinoamérica. "A veces los niños que se atrasan se frustran, ya no tienen tantas ganas de seguir estudiando. Habría que darles apoyo para que puedan alcanzar el nivel y no sea necesario que repitan", sostuvo.

La experto brindó conferencias en
La experto brindó conferencias en la embajada japonesa

Escuela pública como primera opción

En Japón las escuelas públicas funcionan "muy bien". Más del 90% de los alumnos va a escuelas públicas sin importar el pasar económico de sus familias. En las zonas rurales reciben la misma educación de calidad que en la ciudad. "No pierden días de clases por huelgas y entonces no afecta su aprendizaje. Muchos padres en Argentina eligen enviar a sus hijos a las escuelas privadas más allá de los costos", consideró.

La carrera docente, muy prestigiosa

Para ser maestro de primaria, deben estudiar en una universidad con formación específica. En secundaria pueden ser profesionales de otras áreas, pero también deben acreditar una certificación pedagógica que los habilite a dar clases. En Argentina, pese a que se intenta avanzar en la problemática, el 20% de los profesores de secundaria no tiene título habilitante.

A su vez, hay un ambiente muy competitivo. "En las escuelas públicas si no pasan un examen, no pueden dar clases. En las privadas es más fácil porque cada una establece sus propias instancias de ingreso. En Japón hay tantas barreras para ser maestro que obviamente la calidad sube y tiene un respeto social muy importante. Está muy bien visto ser maestro", dijo Ushida.

Los docentes japoneses están "muy contentos" con sus sueldos. "No hacen huelgas pese a que los gremios tienen mucho poder. Antes de una medida de fuerza, reciben una respuesta positiva", detalló. También es uno de los pocos trabajos en los que la brecha salarial de género no se presenta: las mujeres ganan lo mismo que los hombres.

Acceso restricto a la universidad

La población de los jóvenes disminuye en Japón, al mismo tiempo que aumenta la tasa de ingreso a la educación superior: ahora el 56,8% de los estudiantes que termina la secundaria entra en la universidad. "El problema que tenemos es cómo mantener la calidad. Algunas universidades no están cumpliendo el nivel", advirtió.

Tienen 777 universidades en total. Las más competitivas son las 86 nacionales, que dependen del gobierno japonés. Para ingresar en ellas, se debe aprobar primero el examen que organiza el ministerio de educación. Luego, hay que superar la prueba que diseña cada institución. Además, hay 600 privadas y 91 públicas (en la órbita de los gobiernos provinciales). Todas ellas también plantean exámenes de ingreso, aunque más "flexibles".

Argentina es uno de los pocos países con ingreso irrestricto a la universidad. En parte, es uno de los motivos que genera que solo se gradúe el 30%. "En Japón es muy difícil entrar, por lo que se termina recibiendo más del 90%. Creo que sería bueno introducir un examen de ingreso para seleccionar a los estudiantes. Así tienen más posibilidades de mantener la calidad", pensó.

Capacitación en el trabajo

En el último año de la carrera, más del 90% recibe el compromiso de tener un trabajo. Se gradúan en marzo e, inmediatamente, en abril empiezan a trabajar. Las universidades facilitan la información de búsquedas laborales y los estudiantes se postulan hasta en 100 compañías. Como primera instancia, envían un ensayo propio. Las otras fases de selección incluyen un examen escrito y una entrevista personal.

En muchos casos, los jóvenes consiguen trabajos con poca o nada relación con la carrera que estudiaron. Ushida explicó: "Es porque todavía las compañías piensan que pueden entrenar a los nuevos empleados. No importa tanto de qué facultad proviene".

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