Pese a que los resultados no indican lo mismo, la gran mayoría de los padres argentinos está conforme con la educación que reciben sus hijos. De hecho, el 84% la califica como buena o muy buena, por encima de la media global de 78%.
Los datos se desprenden de una encuesta de la Fundación Varkey a la que accedió Infobae. Las mismas preguntas se les presentó a padres de 29 países. En Argentina se despliega una paradoja: pese a que hay buena ponderación educativa, tan solo el 34% piensa que las escuelas públicas brindan enseñanza de calidad.
La cifra está por debajo de la consideración internacional (45%), pero, de igual modo, supera a la media que rige en otros países de Latinoamérica. Por caso, en Colombia el 30% piensa que son buenas las escuelas estatales, en Brasil el 28% y en México y Perú tan solo el 14% de los padres encuestados.
Asimismo, el 46% de los padres con hijos en escuelas públicas aseguró que los enviarían a una privada en caso de que pudieran afrontar los gastos. El número, más allá de ser alto, parece poco comparado con el 81% de Brasil que se mostró partidario de la educación privada. Si hubiera fondos adicionales para la escuela de sus hijos, casi la mitad (49%) de los adultos querría que se invirtiera en computadoras y tecnología.
Una de las búsquedas prioritarias de los padres es que sus hijos sean felices en la escuela. Eso dijo el 60%, mientras que el 45% optó por la seguridad personal y el 43% por su bienestar mental. Argentina sólo quedó detrás de España entre los países más preocupados por la felicidad.
En donde sí se destacan los padres argentinos es en ayudar a sus hijos con las tareas escolares. El 55% le dedica 4 horas o más por semana y el 29% le dedica 7 horas o más, cuando la media media global es del 25%. En el análisis pormenorizado, en el noroeste están los padres que más tiempo le invierten en asistir a sus hijos con los deberes. El 51% demanda 7 horas o más por semana.
De todos los países encuestados, los argentinos son los más satisfechos en cuanto a la cantidad de ayuda que dan a sus hijos. El 67 % dice que el número de horas que dedican es por lo menos adecuado.
La encuesta también demostró el valor que se le da a la universidad. Se les pidió que calificaran del 1 al 10 cuán importante creen que es que sus hijos sigan una carrera una vez terminada la secundaria. El 55% lo puntuó con 10, lo considera "extremadamente importante" para luego desarrollarse con éxito en la vida.
Otro de los aspectos en los que indagó el informe fue en la mirada sobre el futuro. Los argentinos resultaron menos optimistas que el resto de los países latinoamericanos. El 70% se declaró esperanzado, cuando en Perú ese índice asciende al 83%, por ejemplo.
Resultados globales
La encuesta se realizó en países de los cinco continentes. Pese a que la amplia mayoría está conforme con el nivel de educación que reciben sus hijos, no hay acuerdo en torno al progreso de los estándares en la última década: el 40% dice que mejoró y el 37% que empeoró. Algunos de los padres más pesimistas pertenecen a las grandes economías europeas, con los franceses y los alemanes a la cabeza.
En Asia sí están muy conformes con el avance de su educación. Avance que se refleja en las últimas pruebas Pisa, donde dominan todas las áreas. A nivel global, el factor más importante para los padres a la hora de elegir la escuela de sus hijos, aparte de la ubicación geográfica, es la calidad de los docentes.
"Es esperanzador ver que los padres de todo el mundo entienden la importancia de un buen docente. Nuestra investigación muestra que conceden gran importancia a la calidad de la enseñanza y tienden a pensar que cualquier monto adicional para la escuela debería ser gastado principalmente no en nuevas instalaciones ni en tecnología, sino en emplear a más docentes o en incrementar su salario", señaló Vikas Pota, director ejecutivo de Fundación Varkey.
En cuanto a ayudar a sus hijos con el estudio, una cuarta parte dedica 7 horas o más por semana. "Los padres de países con menores ingresos y economías emergentes tienden a dedicar cantidades más significativas de tiempo a ayudar a sus hijos fuera del aula que los de economías desarrolladas", sostiene el informe. El 31 % de los encuestados siente que no dedica tiempo suficiente, sobre todo, porque están muy ocupados. En general, se focalizan en los niños más pequeños.
Más allá de 2030 habrá trabajos que hoy no existen. Algunos puestos mutarán, otros surgirán y muchos desaparecerán. Más allá de la incertidumbre, el 64 % cree que la escuela está preparando a sus hijos para el futuro. Sin embargo, la preocupación que más apareció fue que no saber si los jóvenes conseguirán trabajo y, en ese caso, si serán exitosos.
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