Se trata de uno de los pocos modelos a imitar en el mundo. En Finlandia, la prestigiosa educación que obtienen los niños y jóvenes se remite a las buenas decisiones que se tomaron a lo largo de estos últimos años. En un país con 5.5 millones de habitantes, las políticas públicas –sostenidas, sin importar el gobierno que esté al frente– fueron direccionadas exclusivamente hacia la educación.
Para ubicarla en contexto, por ejemplo, sus estudiantes de 15 años suelen colocarse en los primeros lugares en las tablas de medición PISA, que evalúan la lectura, las matemáticas y las ciencias.
El acceso a la educación es completamente gratuito. El almuerzo y los libros también están incluidos. Las tareas casi que no existen, la currícula se puede modificar y la felicidad del alumno es el objetivo número 1. "No tienen más de 4 horas de clases diarias. Cada 45 minutos, poseen un recreo de 15 minutos. Fomentan que se despejen al aire libre, que jueguen, se muevan y se vuelvan creativos. Que no se aburran", dice a Infobae Juan Cruz Dall'Asta, estudiante de la Universidad del Salvador, quien se encuentra en Finlandia realizando un intercambio que durará seis meses.
Sus docentes son de excelencia y se les exige aprobar una maestría de cinco años para dar clases. "Imaginate que se presentan 300 para iniciarla y solo quedan alrededor de 70, es muy complicado", agregó Dall'Asta, quien se está especializando en Ciencia de la Educación (sobre todo educación especial e inclusiva).
"Cada escuela debe respetar la currícula, aunque pueden modificar algunas cuestiones. Si bien está estipulado, por ejemplo, que en Helsinki (capital del país) y en el norte del país se enseñe lo mismo, no debe dejarse de lado que si en el norte hace -20°, a los niños se les deben inculcar técnicas de supervivencia, porque viven allí. Y eso es lo que hacen: fusionar los conocimientos, ensamblar el aprendizaje", agregó Dall'Asta.
El phenomenon learning es un modelo pedagógico, dispuesto hace pocos años, que rompe con las materias divididas para trabajar en proyectos transversales que involucran distintas asignaturas y hacen al alumno protagonista del aprendizaje. Se trata de un método que sustituye las tradicionales asignaturas por proyectos y trabajos de investigación.
"El phenomenon learning hace que los alumnos no adquieran conocimientos aislados, sino que lo hacen de manera conjunta y activa a través de proyectos. Participan, planifican, investigan y evalúan su propio proceso que pudo haber incluido ciencias y matemáticas en un mismo trabajo", dijo el estudiante argentino.
Las autoridades del país nórdico aseguran que la forma tradicional de educación mundial no prepara a los niños y adolescentes para el futuro, ya que no necesitarán un pensamiento transdisciplinar, sino mirar los problemas con distintas perspectivas, afrontarlos y usar herramientas de distintos tamaños para resolverlos.
El joven de 27 años también contó: "Vine por la Universidad del Salvador. Es parte de una especialización en Ciencia de la Educación. Estoy hace un mes y medio, viviendo con un compañero de Etiopía. Parte del intercambio es practicar como docente, por eso le doy clases a alumnos de 5to y 6to grado de una escuela primaria. Es una actividad especial, en donde abordamos la cultura argentina".
"Los varones me preguntaban por Messi o por la música que escuchamos en Argentina. Les puse tango y folclore y les gustó mucho. Las chicas nos preguntaban por la gente, por cómo eran los argentinos. Son muy pequeños y no realizan preguntas tan profundas, pero les interesa saber qué comemos o qué deportes practicamos", agregó.
"Estoy anotando observaciones para realizar un análisis detallado cuando vuelva a Buenos Aires. Cada día me encuentro con algo nuevo y sé que me esperan algunas sorpresas más por descubrir. Me estoy encontrando con cosas muy distintas acá en Finlandia. También noté que hay mucho mito alrededor de la educación aquí: son mucho más simples de lo que creemos", aseguró Dall'Asta.
"Tienen las cosas muy claras. En segundo grado, por ejemplo, pueden elegir qué idioma quieren estudiar. La voz de los más pequeños es muy escuchada, se los deja jugar y aprender en un ambiente en donde no se respira autoritarismo sino acompañamiento. Pero la libertad se da dentro de un marco de normas claras, no es una anarquía: la currícula nacional se respeta, pero permite que cada escuela tome sus decisiones respecto a ella".
En Finlandia hay 4.800 escuelas de enseñanza primaria, secundaria y superior.
Kirsti Lonka, profesora de psicología educativa en la Universidad de Helsinki, le explicó a la BBC: "Tradicionalmente la enseñanza se ha definido como una lista de materias y datos que uno debe adquirir -por ejemplo la aritmética o la gramática- con un poco de decoración alrededor, como clases de cívica".
"En la vida real nuestro cerebro no está dividido en disciplinas; pensamos de manera muy holística. Y cuando pensás en los problemas del mundo -crisis globales, migración, la economía, la era de la posverdad- realmente no le damos a nuestros niños las herramientas para lidiar con este mundo intercultural", sostiene.
Lonka cree que "es un gran error hacerle creer a los niños que el mundo es sencillo y que si aprenden cierta información estarán listos para encararlo. Aprender a pensar, aprender a entender, estas son las habilidades que importan y además hacen que aprender sea mucho más divertido, lo que promueve el bienestar".
"Utilizan todos los espacios, con muchas actividades: desde la naturaleza hasta un concierto de música. Visitan museos o empresas. Conviven con el mundo virtual (videojuegos), porque también creen que allí, no solo por la diversión, pueden aprender. Los alumnos, desde chicos, utilizan a la tecnología como un aliado y la involucran en su desarrollo y en el propio contexto que eligen para estudiar", concluyó Dall'Asta.
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