Creó el modelo educativo que hoy está de moda en Latinoamérica: "La necesidad es la madre de la innovación"

Vicky Colbert es la fundadora de Escuela Nueva, una metodología centrada en el alumno que reduce el bullying y mejora los resultados académicos. "Lo que planteamos hace tantos años es lo que hoy sería la escuela del futuro", dijo en diálogo con Infobae

Los chicos trabajan en una de las sedes de Escuela Nueva (James Roh)

Se llama Clara Victoria Colbert, pero todos le dicen la doctora Vicky. Cuando la doctora Vicky empezó a desarrollar un nuevo modelo de enseñanza y aprendizaje en los '70, nunca imaginó que, algunas décadas después, su metodología se arraigaría en el saber popular como el camino a seguir, que inspiraría a buena parte de Latinoamérica, que recibiría las distinciones más importantes en educación por su trabajo.

Comenzó a pequeña escala. En un puñado de escuelas rurales, las más vulnerables de Colombia, se traspasó el mando del docente al alumno. Los chicos fueron protagonistas por primera vez, cada uno con su ritmo, trabajando en grupos. Los maestros abandonaron las clases magistrales, dejaron de dictar y se dedicaron a orientar a los niños, en forma personalizada.

Dos alumnos en el Colegio Gimnasio Santander Tunja (James Roh)

"Llevó muchos años logran instalar el modelo. Los primeros diez fueron de diseño de la intervención, buscando la estrategia para que se convirtiera en política nacional y después vino el proceso de internalización", rememoró con Infobae Vicky Colbert, fundadora de Escuela Nueva, la fundación implementa el modelo educativo. "Distintos organismos internacionales comenzaron a prestar atención a la transformación que llevábamos en las escuelas rurales. Logramos obtener evidencia empírica, científica, de nuestro éxito".

-¿Por qué lo desarrollaron en primer lugar?

-En Colombia, como en el resto de Latinoamérica, no había resultados en la educación básica, ni siquiera se lograba universalizar la primaria. La mayor problemática se presentaba en las escuelas rurales. Los materiales de entonces no funcionaban, había baja autoestima, abandono escolar. Todos esos problemas nos llevaron a repensar sistémicamente cómo hacer para lograr mejores ciudadanos.

Vicky Colbert junto a una alumna en la sede San Bernardo, Colombia (Hemerson Rodríguez)

-¿Creían que una transformación tan grande era posible?

-Sí, teníamos que cambiar la manera. Primero garantizar la básica y, para ello, había que cambiar el paradigma de la innovación. Siempre digo que la necesidad es la madre de la innovación. Necesitábamos estrategias que rompieran los moldes, que respetaran los tiempos de cada chico, que se centraran en el estudiante y que fomentaran el conocimiento en grupos.

A finales de los '80, los primeros resultados exitosos ya estaban a la vista. El Banco Mundial la reconoció como una de las reformas de política pública más exitosas alrededor del mundo. El rendimiento académico aumentaba al mismo tiempo que disminuían los conflictos escolares. Tan así que Escuela Nueva se adoptó como una estrategia universal en el sector rural. Todas ellas escuelas de plurigrado, tomaron al modelo educativo como uno de sus pilares para luchar contra la pobreza. Con el paso de los años, se convirtieron en el único país con mayores logros académicos en escuelas rurales que urbanas.

-Después se expandieron hacia las áreas urbanas…

-Lo que hace Escuela Nueva es lo que está de moda hoy. Es como la historia de Cenicienta. Nosotros comenzamos con las zonas más necesitadas, más pobres, y después nos trasladamos a regiones más urbanas, adaptamos el modelo y ya tenemos 20 mil escuelas. Lo que planteamos hace tantos años es lo que hoy sería "la escuela del futuro".

Los chicos trabajan en forma colaborativa (James Roh)

-¿El método es trasladable independientemente del contexto?

-El modelo es replicable según el contexto porque tiene una estrategia internacional, pero también trabaja según las necesidades de cada país. Tiene una parte genérica con prototipos ya diseñados y otra parte adaptada, de ajuste, por ejemplo, a la currícula. De hecho, muchos países latinoamericanos se interesaron en Escuela Nueva. En 18 países se replican modelos similares.

En el medio de su expansión, en ocasiones, chocaron contra los sindicatos, que veían una posible reducción de personal docente que, luego se demostró, no fue tal. A lo largo de los años, Unesco llevó a distintas delegaciones de directores y maestros argentinos a conocer cómo funciona Escuela Nueva, más allá de que después no se desarrolló ningún proyecto específico.

-¿Con qué se encuentra alguien que visita una de las sedes de Escuela Nueva?

-Lo primero que ve son niños haciendo cosas. En parejas, en grupos o individualmente. Trabajan con guías de aprendizaje diseñadas. El rol del docente ya no es el de una clase magistral, es el nuevo rol para el siglo XXI. Ya no se encarga de dar la información, sino que va pasando de grupo en grupo haciendo preguntas. Comprueban que los chicos, cada uno con su ritmo, aprenda.

Los docentes orientan el aprendizaje de los niños (James Roh)

-¿Cómo logran cambiar al docente?

-Es uno de los retos. Las facultades siguen enseñando bajo modelos pedagógicos anteriores, por lo cual se presenta una contradicción. Nosotros buscamos compensar lo que les enseñan en su formación. Primero, queremos que experimenten la misma metodología que luego pondrán en práctica. Después, exponemos escuelas demostrativas; los docentes no cambian si no es a través de imágenes. Tercero, no dejamos al maestro solo. Formamos redes de apoyo para resolver inquietudes en forma colaborativa.

-¿Qué resultados los avalan?

Cuando ya logramos resultados académicos de excelencia, cuando logramos que los chicos aprendieran lengua y matemática, también resolvimos los conflictos escolares. La Universidad de Londres constató que existe una convivencia pacífica en las instituciones, que no hay bullying. Redujimos los estereotipos y aumentamos la tolerancia para generar un mejor clima. Los chicos todo el tiempo están aprendiendo a través del diálogo y la interacción.

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