A menudo, cuando un estudiante se plantea pasarse a otra universidad o incluso cambiar de carrera, se topa contra un entramado burocrático que, en ocasiones, lo hace desistir. De ahí, en parte, una de las tasas de graduación más bajas del mundo: en Argentina tan solo 30% se gradúa. Si se consideran solo las universidades públicas, el número cae al 21 por ciento.
El Gobierno busca mecanismos que faciliten la movilidad y disminuyan la deserción. Uno de sus ejes es el reconocimiento del trayecto formativo. En agosto, todas las facultades de ingeniería se comprometieron a aplicar un sistema de acreditación de materias más flexible. El acuerdo se hizo extensivo en noviembre a las carreras de Arquitectura, Diseño e Informática. La intención, anuncian, es que en el corto plazo también Química, Biología, Agronomía y Veterinaria ingresen en el esquema.
La última novedad es el pasaporte universitario que busca concentrar y reflejar toda la actividad académica del alumno para promover el intercambio entre carreras e instituciones. Para, de ese modo, evitar un cúmulo de trámites engorrosos a la hora de intentar el reconocimiento de las equivalencias.
La iniciativa tiene el potencial de alcanzar 2.015.597 estudiantes; el total entre universidades públicas y privadas. Sin embargo, aún se encuentra en una fase incipiente y resta que se le informe a las autoridades de las casas de estudio de sus pormenores.
La barrera contra la que pueden chocar es la autonomía de las universidades. Hasta el momento, la mayoría de las instituciones expiden certificaciones que solo contienen información académica relativa a la cantidad de materias aprobadas. Dejan afuera actividades académicas, investigación o extensión universitaria que pueda haber realizado el estudiante. El ministerio "invita" a que empleen el nuevo documento, pero su confección dependerá de las casas de estudio.
El pasaporte se presenta solo como una herramienta. El ministerio de educación se encargará de generarla, por lo cual será único. Luego, en la articulación entre distintos estudios, cada institución tiene la potestad de coordinar sus pautas a través del Consejo de Universidades.
Por el momento, a nivel nacional, hay 700 acuerdos firmados que comprenden al menos una materia. La UBA firmó un convenio de cooperación con la Universidad de Córdoba, que propicia un mapa curricular de todas las carreras -con materias, seminarios y talleres incluidos- para establecer posibilidades de movilidad y de incluso pergeñar planes de estudio con dependencia compartida. "Lo hacemos solo con la UNC porque tenemos casi la misma estructura académica y oferta de carreras", explicó a Infobae Catalina Nosiglia, secretaria académica de la UBA.
Asimismo, el anuncio promueve beneficios económicos para la tarjeta. Descuentos en transporte, pase libres en museos, hasta precios más accesibles en teatros y cines.
Información que recomiendan contenga el Pasaporte
-Datos institucionales como nombre de la institución universitaria, facultad o departamento, carrera de pregrado o grado.
-Datos personales del estudiante como nombre y apellido, tipo y número de documento de identidad.
-Fecha en la cual el estudiante interrumpió sus estudios, en caso de pase definitivo a otra institución.
-Pase temporario para el desarrollo de obligaciones académicas en otra institución.
-Todos los distintos conceptos reconocidos como tramos curriculares: ciclos, prácticas, asignaturas, materias con su correspondiente calificación.
-Información extra que dé cuenta de la trayectoria estudiantil como prácticas, pasantías, tareas de investigación, actividades de extensión, participación de programas de intercambio.
-Firma y aclaración de las máximas autoridades de la institución.
La propia casa de estudios imprimirá y hará entrega del pasaporte que, en su versión física, será una tarjeta que solo tendrá los datos personales y de carrera, más el logo de la entidad. Sin embargo, un código QR permitirá la consulta directa a través del Sistema Informático Universitario donde se encontrará el resto de la información académica.
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